Luc Besson es de los que creen que no es incompatible hacer cine comercial de acción y que sea de calidad; probablemente la que es su mejor obra y buena prueba de ello es Leon: el profesional.
Mathilda (Natalie Portman) es una niña con nombre de calypso que vive con unos padres que no la comprenden y la ignoran la mayor parte del tiempo. El problema es que están metidos en un asunto de tráfico de drogas con policía corrupta por enmedio, y en un ajuste de cuentas los policías se los cargan. Mathilda, que se libró del tiroteo por casualidad, a la que vuelve a casa ve lo que ha pasado y para huir de los asesinos se esconde en la casa de su vecino, Leon( Jean Reno – Juan Moreno para los amigos-), que resulta ser un “limpiador”, un asesino a sueldo. A la que lo descubra decide contratar sus servicios para vengar la muerte de su familia.
Hasta aquí todo muy normal y típico: venganza, ojo-por-ojo y todo el rollo, pero lo que hace distinta a El profesional son sus protagonistas.
Mathilda es una irresistible Lolita (Natalie demostró que seguía siéndolo en Beautiful girls); no sólo se sentirá atraída por Leon, a quien confiesa su amor, sino que también se muestra fascinada por su profesión, y quiere aprender a ser una “limpiadora” como él.
Para mayor sufrimiento/gozo de pederastas, Natalie se disfraza de Marilyn Monroe y Madonna en una de las escenas mas divertidas de la película, ante un aturdido Leon, que es incapaz de imitar a nadie, salvo al siempre impasible John Wayne.
Leon es un ser solitario, cuya única compañía es una planta (nunca me había preocupado tanto por una planta como en una de las escenas de tiroteo, increible pero cierto!). Persona de muy pocas palabras, está orgulloso de ser todo un experto en su profesión; de hecho, recuerda mucho a ese samurai que fue Alain Delon en El silencio de un hombre, y si Alain tenía un pájaro, Jean tiene una maceta. Cuando Mathilda acuda a él en busca de ayuda, hará que toda su forma de vida cambie, desconcertándole.
Los dos están estupendos, y su relación juega con todo tipo de matices amistad, padre-hija, amor...o quien sabe, tal vez sea una mezcla de todas ellas.
Gary Oldman es el malo de la función; en esta ocasión no necesita ninguna caracterización especial de las que nos tiene acostumbrados, pero tampoco le hace falta para estar espléndido: es un tipo verdaderamente peligroso y traicionero, aunque nos sorprenda con la mejor frase de la película : “ Me encantan estos breves momentos de calma antes de la tempestad… siempre me recuerdan a Beethoven… ¿lo oyes?”.
Danny Aiello también está muy bien como protector y tutor de Leon, demostrando que se puede tener dignidad en cualquier profesión.
Cuando le dan el “toque de gracia”a León está maravillosamente resuelto: el está cerca de la salida, por fin va a encontrarse con Mathilda; de repente, la música para y la pantalla se queda en blanco; volvemos a ver la salida y vemos como la cámara va bajando lentamente, hasta llegar al suelo.
A la que Mathilda plante la maceta en un jardín, al ritmo de una balada de Sting, comprendemos que por fin León ha echado raices.
1 comentarios:
Definitivamente a mí me van los antihéroes. Imposible que un Superman o un Agente 007 salga airoso de una peli que nace de una situación absurda y se desarrolla más absurdamente aún. Sin embargo, ahí está el Nota, aguantando el tipo (muy a su pesar seguramente, que eso cansa) rodeado por sus amigotes y sus neuras varias. Desde fuera nos lo tomamos a risa, pero el asunto es serio, al final todo tiene un cómo y un por qué. Bajo mi punto de vista, muy bueno el guión y geniales los actores, y es que como he dicho ya, no todo el mundo es capaz de sacar tanto de tan poco.
Por cierto, qué poco se prodiga Jeff Bridges últimamente. Es una lástima.
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