RSS
Weblog dedicado al mundo del cine, tanto clásico como actual. De Billy Wilder a Uwe Boll, de Ed Wood a Stanley Kubrick, sin distinciones. Pasen, vean y, esperemos, disfruten. Si no es así, recuerden que NO han pagado entrada.
15

EL LARGO ADIOS



Tranquilos, que intentaré que sea lo menos largo posible. Como bloguera vuestra que soy, os debo una explicación, y esta explicación que os debo os la voy a dar. He llegado a un punto en el que necesito tomar un descanso. No sé si será definitivo o no, el tiempo lo dirá. Recuerdo cuando empezó el rodaje de La linterna, el entusiasmo que pusimos: los posts se sucedían inintierrumpídamente día tras día, y no se cerraba ni en agosto. Pero quieras que no, el tiempo va desgastando, y para gente con poco talento e ideas como yo, cada vez resultaba más difícil encontrar un tema sobre el que tratar, así que los posts poquito a poco se fueron espaciando. Creía que esa podía ser la mejor solución posible, pero me temo que no es así. Esto ya se estaba convirtiendo en una obligación más que una diversión, y eso hacía que cada vez mis posts fueran más mecánicos, y vosotros no os mereceis eso, sino alguien que sea capaz de daros el 100%. De todas maneras, no me puedo quejar, ya que la mayoría de los blogs no llegan a durar un año, y éste tiene cuatro, que se dice pronto.

La verdad es que estoy muy contenta de la experiencia, ha sido una de las más gratificantes de mi vida, ya que me ha permitido juntar dos de mis pasiones, el cine y escribir, y hemos conseguido mucho más de lo que esperábamos (de hecho no esperábamos nada), recibiendo una respuesta magnífica de vuestra parte. Vosotros habeis hecho que sigamos adelante, dándonos fuerzas. Gracias a todos vosotros, a los que han ido dejando comentarios con una fidelidad admirable, y a los que habeis estado ahí, sencillamente leyendo nuestros posts, aunque no os hubierais atrevido nunca a participar. Seguiremos viéndonos por el ciberespacio.

Por supuesto no puedo dejar a agradecer de una manera especial a mi fiel colaborador, Marcbranches, él aceptó sin dudar mi propuesta de participar en este proyecto, haciendo que subiera de nivel considerablemente. A pesar de que siempre se ha empeñado en marcar nuestras diferencias, poniéndome a mi como una clasicona a punto de la jubilación (no tanto) y a él como l'enfant (tampoco tanto) terrible friki que siempre le ha gustado ser, lo cierto es que tenemos muchas más cosas en común de lo que parece.Algún día mademoiselle la directrice le pagará todos los atrasos que le debe.

No quiero ponerme sentimental, ya que como he dicho no sé si será un adios definitivo o sencillamente un au-revoir. Me encantaría que si vuelvo siguierais conmigo, aunque sé que eso es difícil y lo comprendo. Digamos que la linterna no se ha apagado, sino que está con el piloto de stand by.

4

UN BUEN CEBO NO ASEGURA UNA BUENA PESCA



No sé si seré yo, demostrando mi incipiente cinefilia o no, pero creo que hay películas que ya desde pequeños nos dejan marcados y se nos quedan grabadas en el subconsciente; de tal manera que si tenemos la oportunidad de volver a verlas al cabo del tiempo, es como si saltara un muelle en nuestra memoria y dijera "¡es esta!". De todas maneras, he de confesar que me pasó con muy pocas películas (y tan distintas como Damas del teatro o Ciudadano Kane). Pues bien, una de ellas fue El cebo.

En este caso creo que es bastante lógico que me impresionara, ya que trataba de un asesino de niños que deberían tener mi edad cuando la vi, más o menos. Cuando volví a verla años después me asombró que fuera una película española, ya que no lo parecía en absoluto. Recordaba mucho a El vampiro de Düsseldorf, y aunque no llegaba a su brillantez técnica, era una digna sucesora.

Por lo visto yo no debí de ser la única persona a quien le impresionó la película, ya que Sean Penn hizo un remake en El juramento.Tras su mas bien fallida aunque interesante Extraño vínculo de sangre, ésta fue su siguiente apuesta como director, y la verdad es que supuso un avance respecto a la anterior, aunque sigue teniendo una ligera predilección por los efectismos de cámara.

Para ser un remake está bien tratado, ya que profundiza en los personajes y les da un cierto tono existencialista que no está mal.Siendo un actor de su categoría, su fuerte es dirigir al reparto, y lo consigue, aunque supongo que no le resultaría demasiado difícil, porque menudo grupito que consiguió, aunque algunos se limiten a salir tan sólo cinco minutos: Jack Nicholson, Robin Wright, Benicio del Toro, Mickey Rourke,Sam Shepard, Vanessa Redgrave, Patricia Clarkson, Aaron Eckhart,Helen Mirren y Harry Dean Stanton (impresionante). Aunque hay alguna escena que si que es copiada escrupulosamente del original, hay bastantes diferencias, sobre todo en el final, mucho más descorazonador y fatalista. Sin embargo esas excesivas tomas de Nicholson hablando solo me sobran un poco. El original era de una concisión admirable: iba directamente al grano sin perder un minuto, y además contaba ni más ni menos que con Goldfinger como malvado. En este remake no llegamos a saber exactamente quien era el asesino, pero en la original, aunque tenía un final feliz me encantaba la manera en que el policía ocultaba a la niña que estaba herido jugando con las marionetas y resultaba más turbadora. No puede decirse que la versión de Penn sea mala, porque no lo es, y ojalá todos los remakes tuvieran el nivel del suyo, pero sencillamente la original es mucho mejor... o la marca que dejó a los que la habíamos visto anteriormente es demasiado fuerte.Aún así, como parece que Sean Penn cada vez va ascendiendo más como director, vale la pena seguirle la pista.
5

JUEGO DE CORAZONES




Parece que fue ayer cuando hablaba de que hay actores que tienen una especial relación con el cine, coqueteando sin cesar con los directores del momento. Lo mismo que dije de Tom Waits puede aplicarse al guapo californiano Chris Isaak.Ahí están sus colaboraciones con Jonathan Demme o Bertolucci, pero sin duda una de las mejores fue con David Lynch. Aparte de participar en la banda sonora de Corazón salvaje, Lynch dirigió el video de la canción Wicked game. Pero supongo que no lo recordaréis, ya que el video más famoso no fue ese, sino el que rodó con Helena Christensen, en el que ambos se revuelcan en la playa, para deleite del personal (obsesos, que sois unos obsesos).Pero como este es un blog de cine, aunque no lo parezca, el video lo dirigió Lynch y la canción me encanta, aquí está (aunque confieso que también me gusta más el segundo).
7

VERONA BEACH STORY




Hay directores que tienen un estilo tan propio que llama la atención, convirtiéndolos enseguida en promesas, que pueden cuajar o no, el tiempo se encarga de dejarlos en el lugar que corresponde. Baz Luhrmann tiene una carrera muy corta, Tras su debut con El amor está en el aire, su siguiente proyecto fue bastante ambicioso: una versión del Romeo y Julieta de Shakespeare, pero como no se había hecho nunca ( y eso es difícil de decir, dada la infinidad de adaptaciones que ha tenido la historia),llamada Romeo + Julieta

Pues bien, es curioso, pero a pesar de no ser una película redonda, casi diría que soporta mejor los nuevos visionados que Moulin Rouge, y ya dejó bien claro cuáles serían las virtudes (y defectos) de su director, que al final da la impresión que es muy parecido a una bebida carbónica: ya que empezó con mucha fuerza y se ha evaporado con facilidad.

Por un lado tenemos una mezcla considerable de estilos,desde el spaguetti western al musical, todo ello traspasado a la actualidad y a Verona Beach, donde la rivalidad de dos familias, la de los Capuleto y los Montesco, lideradas por Paul Sorvino y Brian Dennehy ha llegado al punto de convertirse en una guerra. (¿Un duelo tal vez entre mafia italiana e irlandesa? si, por favor). Si a ello le añadimos un ritmo trepidante y una buena elección de la banda sonora, parece que la cosa va bien.

La elección de la pareja protagonista fue muy afortunada. Leonardo DiCaprio dió un paso más para convertirse en el favorito de las carpetas de las quinceañeras (la verdad es que era una monada), y al igual que Claire Danes tenía la edad y apariencia necesaria para los personajes:jóvenes, ingenuos y apasionados, resultando totalmente convincentes como adolescentes que se enamoran por primera vez.Por unos momentos Luhrmann deja la cámara tranquila y se limita a disfrutar de las miradas de la parejita en escenas como la de su primer encuentro.

Pero el barroquismo que tango le gusta a Luzhman a veces ahoga un poco la historia y se vuelve innecesario, con fallos tan garrafales como el de convertir al mejor personaje de la obra, Mercucio (de quien hay que opina que Shakespeare acabó con él para que no ocurriera al revés), en un drag queen, o el innecesario aspecto a lo Max Cady del sacerdote que interpreta Pete Postlethwaite

La escena del primer duelo o un John Leguizamo pletórico y con una pinta impresionante son algunos más de los valores positivos de la película, haciendo que, a pesar de sus excesos, funcione. ¡Quien pudiera volver a creer en el amor a primera vista!.
2

LOS HOMBRES DE VERDAD NO BAILAN




Hay películas que, aunque no sean maravillas, tienen una escena que las convierte en memorables. Si preguntas a alguien si ha visto In & out, seguro que lo primero que recuerda es la escena en la que Kevin Kline se pone un cassette interactivo para descubrir si es homosexual o no. La idea en sí ya es buena, pero si encima le añadimos los hilarantes comentarios de la cinta "Recuerda a Schwarzenegger. Si ni siquiera sabe caminar" (cuanta razón tiene), la excelente actuación de Kline, que siempre tuvo un don especial para la comedia, y la música discotequera contribuyen a que la escena se convirtiera automáticamente en un clásico. .. aunque me ha entrado una duda ¿acaso Tony Manero también era homosexual?
4

MI HERMANO DEL ALMA



Hay películas que dejan bastante mal cuerpo; aunque se puedan reconocer sus virtudes, nos dejan tan hechos polvo que no apetece volver a verlas, como mínimo hasta que haya pasado bastante tiempo, a no ser que se tenga cierta vena masoquista (que por supuesto es una opción totalmente válida). Pues bien, dentro de esa categoría de películas estaría Inseparables.

Tras La mosca David Cronenberg estaba empezando a ser considerado como un director "serio" y no era el típico director de películas de terror (algo que ya sabíamos). Para su siguiente película decidió partir de una historia real de dos hermananos, ya que como siempre la realidad supera la ficción. Unos gemelos, Elliot y Beverly Mantle (Jeremy Irons) son absolutamente idénticos, pero en realidad son distintos. Beverly es tímido y sensible, y Elliot es decidido y conquistador. Ambos comparten su pasión por la ginecología, especialmente por las mutaciones del sistema reproductor femenino, y -dada su diferencia de caractéres- mientras uno de ellos seduce a las mujeres, es el segundo el que se encarga de rematar la faena. Todo parecía funcionar bien, hasta que aparece Claire (Geneviève Bujold),

Claire tiene una malformación genética que le impide tener hijos, lo que la convierte en la chica ideal para los hermanos Mantle, pero Beverly se enamora de ella. Cuando ella descubre el juego de los dos, Beverly entra en una profunda depresión autodestructiva que desemboca en tragedia.

Hasta aquí no hay nada de especial, de hecho el argumento podría servir para cualquier comedia de los Farrelly, pero lo que la diferencia es su atmósfera malsana y opresiva: desde las batas de los doctores, que hacen que parezcan los sacerdotes de una extraña religión, pasando por el diabólico instrumental quirúrgico que inventan, digno de la mente de H.R. Giger, para acabar con la enfermiza relación de dependencia mútua de los dos hermanos, todo contribuye a crear una sensación de malestar; hasta una escena aparentemente inocente como un baile acaba teniendo algo de perturbador.

Por supuesto hacía falta un buen actor para desempeñar los dos papeles, y Cronenberg encontró al intérprete perfecto en Jeremy Irons, capaz de hacer que cada uno de los personajes parezca distinto, pese a ser iguales: la forma de mirar o andar hacen que sepamos distinguir en cada momento quien de los dos es, pero a la que llega cierto punto de la película las identidades se vuelven más confusas y resulta más difícil diferenciarlos. En su momento se habló bastante del gran avance tecnológico que había permitido rodar las escenas en la que aparecía interpretando los dos personajes, pero los avances de la actualidad hacen que ahora nos parezca algo natural; es la calidad de su actuación lo que hace que no pase el tiempo, ya que ése es el mejor efecto especial que puede haber...¿me explico?.
8

TO GLAM OR NOT TO GLAM




Sin duda uno de los movimientos musicales más curiosos que ha habido es el glam-rock. A continuación de los hippies, con su desenfreno, el glam dió un paso más adelante e ironizó sobre la identidad sexual, hasta el punto de que todo músico perteneciente al movimiento decía que era homosexual, ya que sino estaba mal visto. Lo que importaba era la imágen;lejos del camino que estaba tomando la música hacia el rock sinfónico y psicodélico, el glam pretendía recuperar la frescura y el poder de provocación del rock and roll de los comienzos. La música era importante -por supuesto- pero la imágen adquirió un protagonismo determinante: purpurina, plataformas, plumas... todo estaba permitido en los setenta.

Todd Haynes consiguió su primer gran éxito como director con Velvet Goldmine, que fue considerada una basura por parte de la gente y la crítica, y por otro se convirtió automáticamente en una película de culto. ¿Hace falta decir por qué lado me decanto?

Con una estructura totalmente irregular, ya que los cambios temporales son frecuentes y se usan tanto técnicas de videoclip como de documental, Haynes nos muestra la historia de Brian Slade (Jonathan Rhys Meyers), una gloria del glam que murió asesinada en un concierto. Como si de Ciudadano Kane se tratara,un periodista,Arthur Stuart (Christian Bale) decide investigar esa muerte.

Más que un biopic al uso, Haynes hace un retrato de una época, centrándolo en el principal símbolo de su movimiento, y desde luego el mejor representante del glam fue David Bowie. Los parecidos de Slade con Bowie son evidentes, pèro como el Gran Duque Blanco no estaba dispuesto a que hicieran una película sobre él, no cedió los derechos de sus canciones para la misma, y hasta encontró que el protagonista no tenía carisma (?), se tuvieron que usar canciones de otros grupos como Roxy Music, Lou Reed,o T-Rex, pero aún así hay suficientes guiños y referencias como para saber que se refiere a él. Del mismo modo,Kurt Wild (Ewan McGregor)recuerda muchísimo a Iggy Popp, pero como he dicho, lo que cuenta al final es el retrato de esa época.

Probablemente ahora sería difícil encontrar un reparto mejor: Jonathan Rhys Meyers, aparte de tener el físico perfecto para el personaje, tiene una magnífica voz; al igual que Ewan McGregor pone toda su carne en el asador, sin el más mínimo tipo de prejuicio.De Ewan ya sabemos de sobras lo mucho que le gusta cantar y desnudarse, así que lo pasaría en grande, su Gimme danger es de las que dejan la boca abierta, y ni el propio Iggy podría ponerle alguna pega.Que encima Tony Colette hiciera de esposa de Slade y Christian Bale del periodista que investiga su muerte fue un auténtico lujo.

Así que olvidáos vuestros prejuicios, arriba la purpurina y las plumas. El glam ha muerto... ¡viva el glam!
12

CIUDADANO ROBBINS




Si hay algún actor desaprovechado en la actualidad, sin duda uno de ellos sería Tim Robbins. Este alto actor californiano, hijo de un músico y una actriz, creció en el Greenwich Village, rodeado de un ambiente sumamente liberal, progresista e intelectual. Ya en la universidad dirigió un grupo de teatro. Comenzó pronto en el cine, haciendo varios papeles pequeños, pero su descubrimiento llegó con Los búfalos de Durham, donde le robó el estrellato a Kevin Costner, y conoció a la que sería su mujer: Susan Sarandon (it's a bingo, que diría Waltz). Los dos formaron una de las parejas más sólidas de Hollywood, compartiendo los mismos ideales políticos lo que desgraciadamente acabó por perjudicar sus carreras,al convertirse en los principales representantes de la progresía hollywoodiense (una versión yanki de Ana Belén y Victor Manuel, vamos).

Pero nadie puede discutir su calidad como intérprete, y ahí están sus actuaciones en Cadena perpétua, Vidas cruzadas, El juego de Hollywood, Arlington road,o la versión gafapasta de El paciente inglés que es La vida secreta de las palabras, por nombrar algunas;las cuales ya le habrían hecho merecedor de un Oscar, aunque sólo consiguió uno como secundario por Mystic river, uno de los dramas más intensos del tio Eastwood, que lo emparejó con la otra conciencia política de Hollywood, Sean Penn. A diferencia de él, Robbins ha demostrado ser más versátil y estar dotado para la comedia, convirtiéndose en un perfecto James Stewart o Cary Cooper en El gran salto o hasta tener el punto necesario de romanticismo y guapura como para poder trabajar con Meg Ryan en El genio del amor.

Por si eso no fuera poco, ha demostrado ser un estupendo director. Su primera película, Ciudadano Bob Roberts,un falso documental sobre un cantante protesta de derechas que se mete en política, le permitió rememorar sus tiempos de cantante folk, La traducción española del título, el hecho de ser opera prima, su juventud, el retrato de un todopoderoso, e incluso un cierto parecido físico con Orson Welles hicieron que se comparara con Ciudadano Kane. Su siguiente película, Pena de muerte, aparte de contar con unas estupendas interpretaciones de Sarandon y Penn, mostraba perfectamente todos los argumentos tanto a favor como en contra de la pena de muerte, A continuación vino Abajo el telón, que no se sabe si por casualidad o no, hacía que se le volviera a relacionar con Welles,al explicar toda la accidentada historia que tuvo su montaje teatral de The craddle will rock. Aunque el resultado final fue fallido, no por ello dejó de ser interesante, y contó con un reparto espectacular.

Pero ahora llega lo malo: también ha participado en películas como La verdad sobre Charlie, City of ember o La guerra de los mundos (al menos en esta última él era lo mejor), y su paticipación en La linterna verde parece que va por ese camino; la verdad es que no se prodiga demasiado en las pantallas, aunque siempre resulta agradable verle y le echamos de menos,

5

EL BARITONO Y LA EXTRAÑA FAMILIA



Cualquier cinéfilo que se precie sabe que una película "maldita"tiene algo especial que la diferencia del resto, y por lo tanto son rarezas sumamente apreciadas (lo sé, somos raritos). Si hablamos de cine español, sus películas "malditas" pueden contarse con los dedos de una mano (Arrebato y alguna más), pero sin duda la joya de la corona de todas ellas es El extraño viaje.

El grandísimo Fernando Fernán Gómez ya había demostrado que era un director más que correcto con películas como La vida por delante, pero su consagración y -al mismo tiempo- maldición le llegó con una curiosísima mezcla de géneros que no gustó nada a la censura. Basado en un hecho real, el crimen de Mazarrón, Luís García Berlanga hizo un argumento que luego Pedro Beltrán convirtió en guión.(Mazarrón, guión... estoy perdiendo facultades, me voy a Sacedón)

Se nos muestra la vida de un pequeño pueblo español, con la misma precisión que Calle mayor. La rutina sólo la rompe la llegada de un grupo de músicos. Una de las mujeres más ricas del pueblo, doña Ignacia (Tota Alba), empieza a tener una relación secreta con Fernando (Carlos Larrañaga), el cantante de la banda, pero sus dos hermanos Paquita (Rafaela Aparicio) y Venancio (Jesús Franco) parecen estorbarla.

Como ya he dicho, uno de los principales aciertos de la película es la mezcla de géneros como el terror (con noches de tormenta a oscuras, puertas que chirrían, fantasmagóricas apariciones...), con el suspense, ya que no sabemos qué ha pasado en realidad ni quien ha muerto, y la comedia costumbrista con los perfectos retratos de la vida del pueblo. Todos ellos se combinan perfectamente, sin que predomine uno más que otro, formando un conjunto de lo más coherente.

Todos los personajes se nos muestran como víctimas de un ambiente opresivo del que quieren escapar, de una u otra manera. Fernando es un gigoló de tres al cuarto, un cantante frustrado que se aprovecha de las mujeres para conseguir algo de dinero; Paquita y Venancio son dos desgraciados que viven totalmente dominados por su hermana, y hasta Ignacia, que sería la típica mala de la película, gracias a la impagable cara de bruja de Tota Alba, es otra víctima, ya que sueña con otro tipo de vida, que es imposible debido a la represión del pueblo, hasta que la aparición de Fernando hace que se conviertan en realidad todas las fantasías sexuales.Todos sueñan con irse lejos para respirar algo de libertad. Si no es una buena metáfora que venga Billy WIlder y lo vea.

La magnífica fotografía, y las excelentes interpretaciones de Rafaela Aparicio (memorable en su ataque de pánico), Jesús Franco (antes de convertirse en el Ed Wood español) y Tota Alba, sin olvidar el estupendo plantel de secundarios, hacen de El extraño viaje una película prácticamente única en la historia del cine español que no os debéis perder.
10

NOCHES DE MADRID EN ALTA MAR




¡Qué dura es la vida del lobo de mar, rayos y truenos! Por las barbas de Neptuno que las largas estancias en la mar curten a cualquiera. Una película como Master and commander, que olía a salitre, mostraba a un capitán tan obsesionado con un barco como Ahab con Moby Dick, como el que interpreta Russell Crowe. Aún así, siempre tenía tiempo para ponerse a tocar con su amigo el doctor Maturin (Paul Bettany). Aunque no compartan las mismas ideas y los dos sean duros de pelar, ambos muestran su lado más sensible tocando inspiradamente la Musica notturna della strade di Madrid de Boccherini. Si señor, así me gustan los hombres, que lo cortés que quita lo valiente. ¿Alguien dijo bromance?
8

DE SALANDER A WALLANDER



¿Os habéis fijado que estamos sufriendo una lenta, sutil, pero imparable invasión vikinga? Sin duda su principal estrella es una joven hacker con piercings y tatuajes, pero ahí están también Déjame entrar, y a esta moda tendría que añadirse la adaptación televisiva del que es considerado el Sherlock Holmes de los países nórdicos: Kurt Wallander.

Wallander es un personaje creado por Henning Mankell (que está casado con la hija de Ingmar Bergman, lo que añade más pedigrée a su historial) y sus obras han tenido un éxito enorme, aunque en España sean mas bien desconocidas. Su personaje central, el inspector Wallander, está muy lejos de los típicos héroes de acción: es un hombre maduro, ya con sus michelines y papada, ha pasado un divorcio traumático, tiene un carácter melancólico y cada vez le cuesta más entender la sociedad en la que vivimos.

Las novelas de Mankell en realidad tienen bastante en común con las de Larsson (en realidad más bien sería al revés), ya que ambas muestran que tras los muebles de IKEA, o los Volvo algo huele a podrido en los países escandinavos; serán los más altos, rubios, modernos y todo lo que queráis, pero el mal también habita en el paraíso, y eso es lo que desmoraliza constantemente a Wallander.

No puede hablarse de una serie al uso, ya que la primera y segunda temporada tan sólo han tenido tres episodios, cada uno de hora y media de duración, con casos totalmente independientes, por lo que casi podrían considerarse como películas.La belleza de los paisajes naturales contrasta con la sordidez de los relatos, con escenas visualmente tan hermosas como la de una muerte en un campo de girasoles. No abundan los actores conocidos, a excepción de Branagh como el protagonista y unas breves apariciones de David Warner haciendo de su padre, pero todos ellos tienen la habitual competencia y profesionalidad británica a prueba de todo.

Dada la popularidad del personaje, era importante encontrar alguien que lo interpretara adecuadamente, sin defraudar a los seguidores. No sé cómo lo hizo el actor sueco que protagonizó otra versión de la serie, pero Branagh está muy contenido y muy bien, resultando especialmente convincente en sus escasos estallidos dramáticos. De todos los episodios, el que más me gustó fue el segundo, Cortafuegos, sobre un grupo de hackers (no, no aparecía Lisbeth), siendo el más flojo el primero, ya que era más convencional.Porque si alguna pega se ha de poner a esta serie, que está claramente por encima de la media, como atestiguan sus premios, es su falta de innovación, aunque eso no impide disfrutar de ella. Lo dicho: ¡que vienen los suecos!.
13

ME LLAMO BOURNE, JASON BOURNE





Para los que creen que los remakes son siempre peores que el original, hay algunas excepciones que no lo confirman: La cosa o La mosca -por ejemplo-; pero no sólo eso, en ocasiones el remake supera de tal modo al original que se convierte en una saga. Poca gente recordará un telefilme llamado El caso Bourne, con Richard -lifting- Chamberlain; lo que nadie podía imaginar es que daría pie a una de las mejores trilogías de los últimos años, la de Jason Bourne.

Que un director especializado en documentales como Greengrass diera el salto a un blockbuster de acción podía resultar sorprendente, pero lejos de ello lo que hizo es dar un realismo a la historia que le favorecía mucho. Vale que la primera entrega la rodó Doug Liman, pero hasta el propio Damon reconoce que tan sólo rodaría una nueva entrega si Greengrass estuviera en el proyecto.

Un muchacho es encontrado herido de gravedad en alta mar; tiene amnesia y no recuerda absolutamente nada de su pasado, ignorando quien es. Sus problemas empiezan cuando descubre que es Jason Bourne, un asesino a sueldo del gobierno para los asuntos sucios. No es coincidencia que Jason Bourne y James Bond tengan las mismas iniciales, pero sin embargo los dos son muy distintos: mientras Bond disfruta siendo una máquina de matar y ligando sin parar, Bourne tiene remordimientos, no le gusta matar a los indefensos, es absolutamente monógamo, y su novia no tiene nada de chica Bond. No usa ingeniosos gadgets, ni coches espectaculares, ni tiene esa sofisticación canalla del agente 007; a cambio domina las últimas tecnologías y corriendo puede ser tan letal como con un deportivo.Los dos viajan mucho, pero ahora no se busca el exotismo.

Otra de las principales diferencias es que Bourne, una vez ha descubierto quien es, y ha comprobado que no le gusta nada, decide abandonar la organización, y sacar al aire todos sus trapos sucios; algo totalmente impensable en el mejor agente al servicio de Su Majestad.

Aunque las tres películas forman un conjunto totalmente sólido y coherente, casi que mi favorita es la última, El ultimatum de Bourne. Si en todas la acción es fundamental, aquí es adrenalina pura,magníficamente rodada de principio a fin, sin dejar un respiro al espectador.

Matt Damon encontró a uno de sus mejores personajes; su juventud y aspecto de chico bueno no le impiden ser frío y despiadado cuando hace falta, pero además el reparto que ha participado en toda la saga es absolutamente deslumbrante: Joan Allen, Chris Cooper, Brian Cox, Clive Owen, David Stathaim, Albert Finney... Además, si Bond tenía una sintonía que le identificaba, Bourne tiene Extreme ways, lo que termina de demostrar que Bourne es el Bond del siglo XXI. ¿Inconveniente? Que cuando Damon y Greengrass han vuelto a trabajar juntos, todo el mundo lo que ha esperado es un nuevo Bourne, y Bourne -como Bond- sólo hay uno.
3

SESIÓN GORE DE PSICOANÁLISIS




Hay cosas que resultan totalmente lógicas y previsibles. Que alguien tan obsesionado por el poder de la palabra, el teatro y el psicoanálisis como Mankiewicz hiciera De repente, el último verano, era sólo cuestión de tiempo.

De una de las obras más extrañas e inquietantes de Tennessee Williams, se hizo una adaptación que capta perfectamente el espíritu de la obra, y eso era bastante difícil, ya que lo exagerado y truculento de la historia hacían que en manos de otro hubiera rozado el absurdo, ya que mezclar homosexualidad, canibalismo, la búsqueda de Dios y una lucha de clases muy "sui generis" podía ser demasiado (de hecho estuvo censurada en España,cosa rara).

Nos encontramos ante un auténtico duelo entre dos mantis religiosas: la Sra. Venable (Katharine Hepburn), y Catharine(Liz Taylor). Son muy distintas: una es culta y refinada, y la otra sensual e impulsiva, pero ambas tienen una personalidad fuerte y cada una a su manera ha luchado por dominar a un hombre, Sebastian, aunque en realidad él las manipuló a ellas.

La verdad es que el blanco y negro le sienta muy bien a la película; el blanco del luto de la Sra. Venable, el del cielo cegador del verano, o el irreal invernadero sólo podían haber sido fotografiados así. Hacían falta dos grandes actrices para las protagonistas, y Mankiewicz no sólo las encontró, sino que añadió otro as a la partida. Montgomery Clift como el doctor que se tiene que enfrentar a las dos mujeres. La idea de que interpretara tanto al doctor como a Sebastian (aunque nunca se le llegue a ver el rostro) también está bien pensada, ya que en realidad tenía más del segundo que del primero, pero ambos tienen en común la fascinación que siente por las dos mujeres, inclinándose finalmente por la más joven y carnal (tonto no era).

Katharine la Grande está sencillamente perfecta, y es absolutamente fascinante ver cómo, tras oir la confesión final, en unos segundos envejece ante nuestros ojos. Aunque la supera Hepburn, como era de esperar, Liz Taylor ya tenía experiencia en interpretar papeles de Tennessee Williams, y estaba en su apogeo físico, con lo que mantiene el tipo ante Katharine, que no es poco, y además nos obsequia con algunos de sus más bellos primeros planos.

Afortunadamente, la presencia de estos tres monstruos no consigue anular al resto del reparto, ahí están Mercedes McCambridge como la débil y rastrera madre de Catherine, y su ambicioso hijo, o las escenas en el centro psiquiátrico, que ganan en fuerza dramática visual, imposible de conseguir en teatro. Una obra desmesurada y cautivadora, para disfrutar una noche de verano... a la sombra.
7

BURTON EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS



"Beware the Jabberwock, my son!
The jaws than bite, the claws that catch!

Jamás se habría podido imaginar Charles Dogson que lo que fue un mero pasatiempo para Alicia Liddell y sus hermanas se convirtiera en todo un fenómeno cultural. Sus hábiles juegos de palabras (una tortura para un traductor),sus acertijos lógicos,la forma de burlarse del sistema de educación victoriano, así como el modo de enfrentar un mundo de fantasía frente a una realidad grís, rígida y aburrida han hecho que generación tras generación caiga fascinada por el encanto de Alicia en el país de las maravillas.

Ha habido muchísimas versiones de su obra, y de todo tipo, desde las que respetaban fielmente el texto, a las que la convertían en un sanguinario juego de ordenador, o una serie de ciencia ficción, pero sin duda la que más expectación ha causado es la de Tim Burton con Alicia, alguien con una imaginación tan poderosa como la de Carroll.¿Qué se podía esperar del cruce de dos personalidades así?

Pues bien,aún hemos de añadir otra personalidad más a la lista. Walt Disney hizo una versión en dibujos animados de la historia, y aunque falleció su estilo sigue siendo invariable. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, que diría Pedro Navaja , y si hace años Burton se fue de los estudios Disney por ser demasiado "oscuro" y "rarito", ahora vuelve a ellos como un triunfador. Pero aún así se han de dejar las cosas claras: por muy Burton que sea, estamos hablando de una película Disney, así que nada de pasarse de listos.

Más que una adaptación, deberíamos hablar de una versión-homenaje, que retoma los personajes tanto de Alicia en el país de las Maravillas como de Alicia a través del espajo, hasta mezclando alguno, como la Reina de Corazones y la Reina Roja, y los envuelven en una nueva aventura, con una Alicia que ya no es una niña, sino una jovencita a punto de prometerse, pero que no termina de encontrarse a gusto en la sociedad victoriana y de hecho ha olvidado todo lo que pasó en el País de las Maravillas.

Todos sabemos que el punto fuerte de Burton es su poder visual y la cuidada y perfecta ambientación de sus películas. Aquí podía lucirse, aunque su imaginario es mucho más oscuro y gótico que el de Carroll, pero ha tenido el buen gusto de dejarse influir por las ilustraciones de Tenniel, como puede verse con el Galimatazo. Eso no impide que se haya tomado algunas libertades, como la cabeza de la Reina Roja, el aspecto colorista y apayasado del Sombrerero Loco, o los ligeramente siniestros Tararí y Tarará.

¿Y Disney? Bueno, queda un entretenimiento para toda la familia,un lirón que podría ser Mickey y una reina Blanca que se mueve como una típica princesa Disney.

¿Pero queda algo de Carroll? Aparte de los personajes y algunos juegos de palabras, o el placer de poder escuchar a Johnny Depp recitando una estrofa de El galimatazo,poca cosa más, pero por supuesto sin nada de la carga subversiva de la obra original. No puede ponerse ninguna objeción a la selección de voces: Christopher Lee, Michael Sheen, Stephen Fry o Alan Rickman, pero al final ha quedado un resultado que no es ni Burton, ni Carroll ni Disney, quizás debido a que cada uno de ellos tiene una personalidad propia muy definida acaba siendo una especie de "tierra de nadie"... o tal vez sean las gafas 3D.
5

LA FORZA DEL DESTINO, MICHAEL




Creo que a estas alturas ya debéis saber que soy una acérrima fan padrinera, y por supuesto no podía faltar en la minisección de cine-ópera esta joya con la que Coppola nos obsequió a todos en El padrino III, la parte más desencantada y shakespeariana de la saga. En varias ocasiones (El padrino incluido) Coppola ya había jugado mezclando escenas musicales con otras dramáticas y de violencia, pero nunca consiguió un resultado mejor que en esta ocasión. Un aventenjado Michael Corleone, que quiere conseguir una apariencia de respetabilidad, ve como todos sus planes se van abajo; entre ellos, el que su hijo le salga rana y quiera ser cantante de opera. Van al estreno de La caballería rusticana (que casualmente trata sobre la vendeta), y los sucesos se suceden a un lado y otro del escenario, haciendo difícil distinguir cual es la auténtica representación. Ver cómo Talia Shire se convierte en una implacable y latina lady Macbeth es una gozada, pero no la única maravilla de esta larga escena, que acaba con uno de los gritos más desgarradores de la historia del cine: el de Michael ante la muerte de su hija. Tan sólo sentaos y disfrutad.
9

YO FUI DE COPAS CON UN ZOMBI



Mi novio es un muerto. Se limita a estar todo el tiempo sentado frente al sofá, viendo la tele o jugando a la playstation, y de ahí ir al pub del barrio, para tomar una cerveza con su amigote, que lo único que sabe hacer bien es imitar al mono de Duro de pelar, y eso un día, tras otro, tras otro…Pero yo soy joven, tengo ganas de ver cosas nuevas, de modo que le he hecho un ultimátum: o cambia o le dejo.

No, no os habéis equivocado y esto no es El diario de Patricia. Aunque lo que dice Liz lo podrían suscribir multitud de mujeres, es el punto de partida de Zombies party, el castizo título que le dieron a Shaun of the dead, una divertidísima parodia de las películas de muertos vivientes, que sirvió para descubrir al equipo Pegg/Wright/Frost, del que ya os hablé al comentar Arma fatal, otra película que no os podéis perder.

Pues bien, después de que Liz le haya dado el ultimátum a su novio Shaun, tendrán que enfrentarse a la mayor aventura de su vida…, que es ni más ni menos que ir al pub para refugiarse de los zombies que lo están invadiendo todo.

Una de las principales normas de la parodia es tener suficientes elementos que sean reconocidos por el espectador, y esto se cumple perfectamente en la película, con detalles recurrentes como el típico susto por alguien que aparece por detrás sin avisar –por ejemplo-, pero se corre el peligro de que los propios personajes se conviertan también en una parodia, no siendo creíbles, aunque éste no es el caso, ya que están lo suficientemente bien dibujados como para que el público se identifique con ellos: los problemas de Shaun (Simon Pegg) con su novia, la incapacidad de ver la realidad de su madre (ya sea que la relación de su hijo y su esposo no es buena, o que su marido se ha convertido en un zombi), los celos de la amiga de Liz… el neardental que interpreta NIck Frost.., todo ello regado con impagables notas de humor, como por ejemplo el ensayo para hacerse pasar por zombis, o el repertorio de armas domésticas que usan,.entre los que se cuentan discos (aunque se entretengan a hacer una selección) y un montaje frenético

El final no puede ser más divertido y políticamente incorrecto, con los zombis convertidos en mano de obra barata, y Liz y Shaun condenados a no salir prácticamente de su casa, aunque ya lo tengan perfectamente asumido… al fin y al cabo ha conseguido lo que siempre quería: pasarse el día tranquilamente ante el sofá. .
6

PARA QUEDARSE HELADO




Ya he hablado en otras ocasiones de las relaciones de cine y publicidad, son dos medios que se necesitan mútuamente y se mezclan contínuamente. No me gusta hacer progaganda de ninguna marca, y como soy un bicho raro que no ve la televisión, igual estais hartos de ver este anuncio -no lo sé; si es así lo siento-, pero cuando se juntan Bryan Singer y Benicio del Toro, años después de Sospechosos habituales, con la excusa de un falso trailer de una película de acción de ladrones de guante blanco, como mínimo creo que la cosa merece verse. Otra cosa es que el Che se revuelva en la tumba viendo a su doble vendido al capitalismo... Pero eso es otra historia.
4

LOS DUELISTAS



Frost/Nixon trata de uno de esos momentos que hacen historia, incluso cuando nadie se esperaba que fuera a ser así; no la historia que aparece en los libros, sino la que realmente recordamos al cabo del tiempo.

Tras el escándalo Watergate, que costó la dimisión de Richard Nixon, había una cierta insatisfacción, dado que el presidente en ningún momento admitió su culpabilidad, y Gerald Ford lo terminó de “arreglar” concediéndole un indulto; pero cuando parecía que ya todo estaba perdido y ya no se iba a conseguir nada, la persona que menos se imaginaban consiguió lo impensable: que el ex presidente dijera “ sí, he pecado”.

Con el formato de un falso documental, se nos muestra todo el proceso que llevó a la realización de la entrevista televisiva de Nixon por David Frost. Dos personas con más puntos en común de lo que puede parecer a simple vista: Frost era un locutor popular y mujeriego, no era un entendido en política, pero deseaba a toda costa que se le considerara un presentador “serio” y dar el salto a programas mucho más ambiciosos. Nixon sabía que esa era su oportunidad para preparar su regreso a la política, y –tal vez- recuperar la presidencia. Como dice Nixon en una reveladora conversación telefónica, los dos buscan lo mismo, pero sólo uno de ellos podía ganar.

Con las cosas así, la entrevista acabó convirtiéndose en una especie de partido de boxeo, en el que ambos cometieron el error de infravalorar a su adversario. Frost pensaba que a la primera conseguiría una confesión en toda regla de Nixon, y éste que al tratarse Frost de un locutor con tan poca experiencia en entrevistas políticas, sería fácil de manejar. Además, demuestra ser un experto en guerra psicológica, y antes de cada grabación le dice a su contrario una frase “off the record” para desconcertarle. Por eso, cuando en la última grabación, Frost hace lo mismo con él, sabemos quien va a ser el ganador final.

Hacían falta dos buenos actores para aguantar este duelo, y tanto Michael Sheen como Frank Langella están en muy buen nivel, repitiendo los papeles que interpretaron en Broadway. Sheen se estaba convirtiendo en el actor del momento tras La reina, y parece sentirse especialmente a gusto en películas que tratan temas políticos. Langella hace un gran trabajo tanto físico como de voz, de un Nixon acomplejado por su falta de carisma, pero de una mente rápida y astuta.

Lo mejor que puede decirse de la película es que no parece que sea de Ron Howard, y cuenta con secundarios de lujo como Toby Jones o Oliver Platt, aunque están más bien desaprovechados, a excepción de una escena de Platt. Curiosamente, la presencia de Kevin Bacon recuerda otro duelo entre un joven inexperto y un todopoderoso superior, haciendo que esperemos que en cualquier momento se diga “¿Ordenó un código rojo, señor presidente?
7

MI ANGEL DE LA GUARDA VE DOBLE



Hace pocos días del centenario del nacimiento del llamado “emperador”, el gran Akira Kurosawa, y como homenaje he elegido una de sus películas que no es de las más famosas, pero que ya dejaba ver claro cual iba a ser su estilo, pese a que fue una de las primeras, pero que supuso un cambio en su trayectoria.

El ángel borracho trata sobre un médico, Sanada (Takashi Simura), que es un gruñón borrachín, que una calurosa noche de verano un paciente, Matsunaga (Toshiro Mifune), llega diciendo que se ha clavado un clavo en una mano al darse un golpe con una puerta. El doctor no es tonto y enseguida descubre que se trata de la herida de una bala, pero lo que le preocupa más es cómo tose, ya que podría ser tuberculosis, pues abunda por la zona debido a las condiciones poco sanitarias del barrio.

Matsunaga es un gansgter y no hace caso de los consejos del doctor; cuando le confirman que está enfermo se derrumba (mucha pinta de machote, pero a la hora de la verdad…), y a partir de ahí se establece una peculiar relación entre médico y paciente: una y otra vez Sanada le aconseja que cambie su forma de vida, y una y otra vez se enfada con él a la que ve que no lo ha hecho.

Una ciénaga apestosa es usada varias veces como metáfora, no sólo de Matsunaga, ya que su enfermedad no sólo es física sino también moral, sino de todos los que viven en el barrio,lleno de pobreza. Como muy bien le dice el doctor a Matsunaga, nunca podrá curarse si no cambia de entorno.

Y ahora vayamos a las que serían las constantes de este director; aparte de que aquí trabajó con sus dos actores favoritos (Mifune y Simura), está la relación de maestro/alumno que también aparece en muchas de sus películas, la climatología es una de los elementos dramáticos de la historia, y por supuesto el humanismo lo impregna todo: Sanada no es un hombre perfecto, ni mucho menos, tiene demasiado mal genio y su afición por la bebida no es nada ejemplar, pero se preocupa por la gente, convirtiéndose en un ángel de la guarda para sus pacientes, como muy bien demuestra la escena en la que le llaman por la noche para atender a Matsunaga, y él no para de protestar diciendo que no piensa ir, pero su mujer sin decir nada ya se ha puesto a prepararle todo, porque le conoce y sabe que acabará yendo a cuidarle.

En la parte interpretativa, el que sale mejor parado es Simura, totalmente convincente y entrañable en su papel; en su primera colaboración con Kurosawa, Mifune demostró que era una presencia impresionante, dotando un atractivo al personaje que ni siquiera el director había imaginado. Aún así se nota un poco la falta de experiencia de Kurosawa, en escenas como la de un frenético baile o la de un sueño, que han quedado anticuadas, pero la película sigue siendo una buena muestra de cómo sería la carrera de un gran director.
9

BAÑO DE MULTITUDES




Si una película se mediera por las escenas que han sido capaces de impresionar al espectador, Juegos secretos estaría muy bien situada, ya que cuenta con tres auténticamente memorables. Una de ellas, (la más Light, si queréis, pero una de la que sugiere más cosas) nos muestra la escena de pánico colectivo que provoca la irrupción de un corruptor de menores (Jackie Earle Haley, el futuro Freddy Krueger) en una piscina, irónicamente, ante la presencia de Patrick Wilson, que en Hard candy también quería mucho a los niños. Como la cosa está bastante revuelta (y si no, que se lo pregunten a Ratzinger Z) en cuestión de segundos se vacía la piscina, provocando más histeria que el falso tiburón de Spielberg (”¡él me obligó!”).

Y ya que he mencionado a Benedicto, como soy muy respetuosa con las normas, me voya tomar unos días de descanso espiritual, de los que espero venir totalmente renovada.
10

DULCE PÁJARO DE JUVENTUD



Hay películas que forman parte de la educación sentimental de cada persona; algunos jóvenes de cierta época se sintieron identificados con Antoine Doinel, demostrando su ya incipiente cinefilia; pues bien, en mi caso dos de las películas que marcaron mi adolescencia fueron dirigidas por Elia Kazan, y eso es algo que siempre le reconoceré, aunque luego cambiara mi concepto sobre él. Una fue Al este del Eden, y la otra Esplendor en la hierba. En ambas se retrata una parte del pasado, y hay un hecho histórico que sirve de detonante del drama: la guerra en una y el gran crack de la Bolsa en la otra.

Basada en un guión del escritor William Inge, Esplendor en la hierba trata la relación de uno de los chicos más ricos del pueblo, Bud (Warren Beatty), con una chica de familia más modesta, Deanie (Natalie Wood). Los dos se quieren, pero hay un pequeño problema: él está con las hormonas revueltas y necesita desahogarse, pero ella ha recibido una educación muy estricta por parte de su madre, que está obsesionada con que llegue virgen al matrimonio. La solución para él es fácil, se lía con el putón verbenero de la case y ya está, pero para ella es muy más difícil; la dualidad de lo que siente y lo que le han enseñado hace que enferme psicológicamente. Curiosamente, su enfermedad supondrá la salvación de su familia, al tener que vender sus acciones para afrontar los gastos médicos poco antes del hundimiento de la Bolsa.

Kazan fue un gran director de actores. Warren Beatty no era James Dean, pero en su primera actuación supo dar la imagen de chico guapo que en realidad lo que desea es llevar una vida sencilla; aún así le superó Natalie Wood que consiguió una de sus mejores interpretaciones; tampoco podemos olvidar a Pat Hingle como el padre de Bud, en uno de esos papeles “bigger than life” del cacique del pueblo, deseoso de que su hijo siga su camino.

Seguro que a los jóvenes de ahora les debe parecer absurda toda esta represión sexual, pero creo que cualquiera de ellos puede identificarse con la confusión ante el despertar a la sexualidad, o la influencia de lo que opinan nuestros padres sobre nuestro comportamiento. Además, muestra perfectamente la diferencia entre el amor de la adolescencia, idealizado, y el amor adulto, que conoce los defectos y limitaciones de la pareja, basado en el compromiso… pero eso no implica que no podamos evitar recordar con nostalgia y cariño al primer amor, que siempre permanecerá como algo especial en el recuerdo, como muy bien muestra el poema que da título a la película, y que no es una oda a Jamaica, como os podíais pensar.
13

TIEMPOS REVUELTOS (LA SERIE)



Sé que probablemente me estoy poniendo un poco pesadita con el tema, pero finalmente parece que el gran momento que están atravesando las series norteamericanas se está, confirmando con directores como Martin Scorsese, Steven Spielberg o la flamante ganadora del Oscar Kathryn Bigelow ya han dado el salto. No es casualidad que la mayoría de ellos lo hagan para la cadena que sirvió de detonante para esta edad de oro y cuyas siglas ya se han convertido en un equivalente de calidad: la gloriosa HBO.

Antes había habido algún que otro caso aislado, como el de Tarantino, que dirigió un episodio de Urgencias y dos de CSI, pero ahora la tendencia ya parece ser imparable. De hecho, Spielberg comenzó en la televisión, hace unos años volvió a ella con Hermanos de sangre y ahora estrena lo que podría ser su continuación, o sencillamente otro punto de vista de la misma historia: The pacific, que podría formar un todo con Salvar al soldado Ryan, y asimismo produce United States of Tara. Bigelow tampoco es una novata en la televisión, pues había participado en Homicide y Karen Sisco, pero The miraculous year podría ser su gran espaldarazo en este medio. Marty produce Broadwalk Empire y dirige el episodio piloto, escrita por uno de los guionistas de Los Soprano, Terence Winter, y lo poco que hemos podido ver hasta ahora de ella es sencillamente espectacular.

No sólo los directores han caído rendidos ante las posibilidades del nuevo medio, también los actores han encontrado ahí un refugio, lejos de las pantallas verdes, efectos especiales y 3D, y así podremos ver a Dustin Hoffman y Nick Nolte en Luck, sobre la mafia de la hipica, dirigda por Michael Mann y escrita por uno de los guionistas de Deadwood. Todd Haynes dirigíría a Kate Winslet en una versió de Milderd Pierce, y la lista cada vez se irá haciendo más larga.

Pues bien ¿qué os parecería si no pudiéramos disfrutar de todas estas maravillas, al menos a nuestro gusto? El pasado viernes se aprobó la llamada “Ley Sinde”, y en su disposición final permitirá que el gobierno pueda cerrar “by the face” cualquier página web, a fin de evitar la piratería en Internet. Una vez más, los políticos viven totalmente de espaldas a la realidad. Me parece muy bien que persigan a los que se dedican a hacer copias ilegales para su venta, pero otra cosa muy distinta es el que ve online o se descarga para uso particular cualquier cosa. Internet es una herramienta poderosísima, que ha conseguido que la cultura en cualquiera de sus formas esté al acceso de cualquiera, con todo lo que eso conlleva (para bien y para mal). Creo que desde la imprenta no ha habido ningún invento que haya hecho tanto por la democratización de la cultura. Eso ha implicado muchas cosas. Por ejemplo, la televisión se ha quedado desfasada: la gente quiere verla cómo y cuando quiere, pasando de la dictadura de los interminables anuncios. Además, hay películas o series que, por los motivos que sean (los caminos de las distribuidoras son inescrutables) tal vez no lleguen nunca a nuestro país, o tarden mucho en llegar: con Internet ese problema ya no existía. Para protestar por la aprobación de esta ley, el viernes numerosas páginas web, entre ellas la emblemática seriesyonkis.com cerraron durante todo el día. La revolución silenciosa ha empezado.
2

WASHINGTHON, CAPITAL



En una tontorrona comedia romántica de cuyo nombre no quiero acordarme (y no quiero parafrasear al Quijote), el protagonista explicaba a un amigo cuales iban a ser sus armas de seducción y éste decía “¿Como Denzel?” “Mejor que Denzel”, le respondía, a lo que su amigo exclamaba “¡Nadie es mejor que Denzel!”. Creo que esta escena refleja mejor que nada lo hondo que ha calado el actor sobre el que vamos a hablar a continuación.

Denzel Washingthon empezó en la televisión, y al igual que George Clooney, su principal éxito fue interpretando a un médico, en Saint Elsewhere, y eso le permitió dar el salto a la pantalla grande, pero si nos fijamos en uno de sus primeros papeles en el cine, en Historia de un soldado, como Peterson, el militar concienciado sobre su raza, serviría muy bien para definir cómo serían sus personajes en el futuro; de ese modo fue Biko en Grita libertad, un soldado perteneciente a un regimiento compuesto por negros que lucharon en la guerra de la Sucesión para dejar de ser esclavos (que le hizo merecedor de un Oscar como actor de reparto)en Tiempos de gloria, o Malcom X.

Si ha habido algún director al que le haya preocupado la problemática racial ese ha sido Spike Lee, y Denzel se convirtió en su actor favorito, con títulos como Mo’ better blues, Una mala jugada y Malcom X, aunque no volverían a repetir hasta varios años después con Plan oculto, que pese a su calidad ya era un entretenimiento puro y duro.

Como no puede irse de panfleto por la vida, también hay películas comerciales en su repertorio, desde las de terror sobrenatural como Fallen a recreaciones de cine negro como El demonio vestído de azul (donde le ganaba Don Cheadle), y la verdad es que no dice demasiado en su favor que su director favorito a la hora de trabajar sea el hermanísimo (El fuego de la venganza, Deja vu, Asalto al tren Pelham 1,2,3)

Huracán Carter fue una de esas típicas películas destinadas a conseguir una nominación al Oscar: biopic de boxeador, en este caso encarcelado injustamente. No es Toro salvaje, pero reunía todos los requisitos para complacer a la Academia, aunque no lo ganó en esta ocasión, sino con Training day. La imagen de Denzel y Halle Barry abrazados sosteniendo cada uno su estatuilla hizo tanto por la igualdad de derechos afroamericanos como todos los discursos de Martin Luther King juntos; no se podía ofrecer mejor imagen del Black power que la de ellos dos, tan guapos y elegantes, y sin duda fue un gran paso adelante para la era Obama que se acercaba.

Películas como Philadephia o John Q.tenían algo de esa carga de de denuncia social que parecían ser tan de su agrado al comienzo de su carrera, aunque combinándolas con blockbusters del tipo de El informe pelícano o American gangster. Ha trabajado también como director en Antowne Fisher y The great debaters y tal vez pueda prometer más en este aspecto últimamente que como actor, ya que películas como El libro de Eli, con la que podemos verle ahora en cartelera, no creo que contribuyan mucho a su carrera.
4

CONCURSANTE



La globalización tiene efectos muy curiosos. Ahora ya puedes ir al rincón más apartado del planeta, pero seguro que encontrarás un McDonald’s o en la televisión pasarán alguna versión de un programa tipo La ruleta de la fortuna, Gran hermano o ¿Quiere ser millonario?.

Oh Danny Boy(le) es un director algo irregular, aunque interesante, y con Slumdog millionaire consiguió reverdecer laureles,con una película que curiosamente recuerda más a sus orígenes de lo que parece.

Estamos en la versión hindú de ¿Quiere ser millonario? y un muchacho que proviene de las calles de Bombay, Jamal (Dev Patel), está a punto de llevarse el premio gordo del concurso, lo que hace que crean que está haciendo trampa ¿cómo es posible que sepa todas las respuestas alguien que es medio analfabeto?.

Mediante flashbacks vemos toda la historia de Jamal; una infancia que recuerda a las novelas de Dickens, con un buceo escatológico incluido como el de Trainspotting. Jamal y su hermano Salim viven a un paso entre la picaresca y la delincuencia, ya que no tienen muchas más opciones, y mientras uno acaba ingresando en una banda el otro se hace repartidor de te para teleoperadores. Por su exotismo y colorido podría recordar a Ciudad de Dios, pero no van por ahí los tiros.

De repente, la trama da un giro y se convierte en una especie de Quiz show, en el que se demuestra la corrupción de los concursos televisivos, aunque usando métodos más extremos que los de la película de Redford.

El ritmo es ágil, la cámara se mueve sin cesar y la historia tiene interés, con alguna que otra pincelada de humor. Además, la última parte tiene el suspense necesario, culminando en una escena de los más significativa: el triunfo de Jamal mientras Salim muere en una bañera llena de billetes, al más puro estilo tío Gilito.

El único fallo que le encuentro es que, aparte de que ya era previsible cuál iba a ser la última pregunta, ésta es demasiado fácil, cuando uno de los argumentos de la desconfianza que tenían de Jamal es que concursantes de una cultura mucho mayor no habían conseguido superar las pruebas, pero aún así se ve con agrado y el numerito musical final tipo Bollywwod consigue que el espectador se vaya con un buen sabor de boca.

Tal vez la mezcla de estilos e influencias sea una muestra más del poder de la globalización, y que ésta tenga sus aspectos positivos… aunque las cejas de Sobera siguen siendo inimitables.
15

YO TAMPOCO BEBO VINO




La verdad es que me tienen un poco hartita con toda esa histeria adolescente por Crepúsculo. Hordas de quinceañeras asistiendo al estreno del trailer (si, si, trailer) de la tercera entrega de la saga, como si fuera el gran acontecimiento del año. Ni que Robert Pattinson fuera el primer vampiro sexy y/o romántico (táchese lo que no proceda) que ha habido. Y si no, que se lo digan a Gary Oldman, que en el Dracula de Coppola sí que era romántico a más no poder, aunque no fuera tan guapo (ni falta que le hacía). Por si hubiera alguna duda sobre ello, la gran Annie Lennox le terminó de dar aún más romanticismo con la bellísima Canción de amor para un vampiro. ¿Hay color o no hay color?.
6

EL CIELO PUEDE ESPERAR



Empujada por un trailer que me gustó mucho, e ignorando las críticas tan poco positivas que tenía, decidí ir a ver The lovely bones. Eso demuestra que no hay que hacer demasiado caso ni a unas cosas ni a otras.

El pequeño hobbit nos había dejado con las ganas de saber cual sería su siguiente película tras un proyecto tan ambicioso como El señor de los anillos; después hizo King Kong, que en realidad fue la oportunidad de quitarse de encima una fijación de la infancia, de modo que casi no cuenta, y a continuación The lovely bones.

Basada en un best seller, trata sobre una niña, Susie Salmon ( Saoirse Ronan) que es asesinada y desde una especie de “cielo” personal observa cómo transcurre la vida de su familia sin ella.

Lo mejor de la película son los trozos “terrenales”; está muy cuidada la ambientación sesentera y tiene interés ver cómo reacciona cada miembro de la familia ante el hecho del asesinato de Susie, que les va destrozando poco a poco. Desde el padre, Jack (Mark Wahlberg), obsesionado por encontrar al culpable, a la madre, Abigail (Rachel Weisz), que prefiere ignorar el hecho y empezar una nueva vida. Pero no estamos hablando de La habitación del hijo, ni nada por el estilo.

Sin embargo, lo peor son las escenas “celestiales”; sin duda Jackon tiene un imaginario, aunque sin llegar a los extremos de Tim Burton, Terry Gilliam o Guillermo del Toro, y aquí tenía la oportunidad de echarle rienda suelta; se ha de reconocer que algunos momentos son muy bellos, pero el conjunto resulta más bien empalagoso y con un cierto tufillo de new age que no le favorece nada, que llegan a bordear el ridículo cuando por fin Susie llega al cielo. Tampoco queda demasiado claro el porqué la familia de Susie sospecha de George Harvey, y las interacciones de los dos mundos no siempre son afortunadas.

El reparto es muy interesante, y aunque Rachel Weisz y Mark Wahlberg se limitan a cumplir con corrección, Saoirse Ronan se confirma como joven promesa a tener en cuenta, ya que sus ojos y su sonrisa lo dicen prácticamente todo, Stanley Tucci sigue siendo un robaescenas consumado y Susan Sarandon se apodera de cada una de las escenas en las que aparece con toda la facilidad del mundo. Pero aún así nos deja una enorme duda: ¿Seguro que la ha dirigido al mismo Jackson de Criaturas celestiales?

9

AND THE WINNER ¿IS...?




Fin de semana de Oscars, como ya sabréis. Pero la verdad es que la gala de este año promete ser una de las más aburridas, debido a las pocas sorpresas que se esperan entre los ganadores. Christoph Waltz y Mo’Nique terminarán de llenar sus estanterías de los premios ganados éste año, los pitufos tridimensionales arrasarán y el rey del mundo se convertirá en el rey del Universo, y aparte de la alegría que sería ver por fin a Jeff Bridges con un Oscar, poca cosa más que valga la pena. Pero ya estamos acostumbrándonos mal, y puede decirse que últimamente no hay gala en la que no esté nominado algún español. Aparte de Pe, que ya se está convirtiendo también en una habitual de la ceremonia, esta vez está nominado como mejor corto de animación La dama y la muerte, de Javier Recio, que además es el primer corto español en 3D. Ritmo trepidante, humor y un We’ll meet again con tanto significado como cuando lo usó Stanley Kubrick en ¿Teléfono rojo? volamos hacia Moscú. Les deseo toda la suerte del mundo.
7

EJERCICIO DE VOYEURISMO



Pese a su apariencia de director comercial, Hitchcock fue uno de los que se dedicó a hacer más experimentos cinematográficos, de los que normalmente salió victorioso. Uno de ellos fue La ventana indiscreta.

En primer lugar nos encontramos con una unidad de lugar (un apartamento) y de tiempo (todo sucede correlativamente en dos días seguidos), como excusa, el protagonista, L.B. Jeffries (James Stewart), está con una pierna escayolada y mata el tiempo observando a sus vecinos. Eso permite mostrarnos al resto del vecindario desde su punto de vista, y no es casualidad que las ventanas tengan el mismo formato que una pantalla de cine panorámica, ya que al mostrarnos lo que ve Jeffries, el espectador se convierte en mirón también (en realidad siempre lo ha sido, para qué vamos a negarlo).

Es verano, hace mucho calor y por eso todo el mundo está con las ventanas abiertas. Jeffries es fotógrafo deportivo, y tiene las visitas de su novia, Lisa (Grace Kelly), una millonaria que quiere casarse con él, pero él tiene sus dudas. Casualmente (o no), todo lo que observa Jeffries tiene que ver con el amor: una bailarina rodeada de pretendientes, una solterona amargada, una ardorosa pareja de recién casados o un matrimonio que discute frecuentemente.

Una mordaz enfermera, Stella (Thelma Ritter, impagable, como siempre) es su otra visita habitual y forma con Lisa sus únicos contactos reales con el mundo exterior. A la que le parece descubrir que uno de sus vecinos ha cometido un asesinato las cosas se complican, pero su inmovilidad le hacen que esté indefenso.

Prácticamente sin banda sonora, tan sólo con los ruidos ambientales, Hitchcock supo transmitir perfectamente la sensación claustrofóbica y esa necesidad de cada vez espiar más a los vecinos que requería la película. Eso no impide que haga virtuosismos como el de la primera aparición de Grace Kelly (uno de los besos más bellos rodados por Hitch, que casi parece un sueño, aunque no exento de erotismo) o escenas como la de que, después de una discusión con su novio, Lisa entra en la habitación del asesino y consigue coger un anillo, todo ello sabiendo que está siendo observada por Jeffries, y finalmente consigue escapar con el anillo en el dedo, con lo que demuestra dos cosas: ha conseguido la prueba que buscaban, y ha “pillado” definitivamente a Jeffries.

Para qué recordar absurdos remakes como Disturbia, o incluso una versión con Christopher Reeve; el original sigue siendo igual de moderno y fresco que en el primer momento. Parafresando un famoso anuncio "busque, compare, y si encuentra algo mejor... véalo"
3

EN CRANFORD SIEMPRE OCURRE ALGO



Vale que las series televisivas están viviendo una era de oro, con propuestas de lo más innovadoras e ingeniosas (por supuesto, no estoy hablando de las españolas); pero de vez en cuando gusta ver una pieza de artesanía tan bien hecha como Cranford.

Seguro que a la que empiece a decir de qué trata muchos huirán como alma que lleva el diablo, diciendo que es de esas típicas series para mujeres. Bueno, ellos se lo pierden. Pues bien, Cranford es una miniserie de la BBC, basada en las novelas de Elizabeth Gaskell, una escritora victoriana, que retrata las vivencias de una pequeña comunidad, en la que –como dice uno de los personajes- “siempre ocurre algo”.

Esta miniserie de cinco capítulos es una auténtica delicia (su brevedad, comparada con la extraordinaria longitud de las series actuales, también es un aliciente), convirtiendo ese pueblecito inglés en uno más de esos lugares idílicos donde le gustaría perderse a uno, como Calabuch, Inisfree o Cicely, llenos de gente entrañable que viven sin prisas y disfrutando cada minuto, lejos de nuestro estresado ritmo de vida actual.

A este remanso de paz llega un joven médico, que altera la tranquilidad de las jóvenes (y no tanto) del lugar, y ese viene a ser el motivo principal sobre el que giran la multitud de historias secundarias, que sirven para mostrarnos la vida de la localidad.

Uno de los principales aciertos de la serie es que constantemente oscila entre la comedia y el drama, con una naturalidad pasmosa, prácticamente en la misma escena, aunque sale ganando el sentido de humor y se ve de principio a fin con una sonrisa. Por supuesto que ayuda mucho el excelente reparto de actores, tan perfectos como es habitual en los británicos, destacando en el lado cómico Imelda Staunton como la cotilla oficial del pueblo, siempre corriendo de un lado a otro como una gallina clueca en busca de novedades, y en el lado dramático Judi Dench como la entrañable solterona que vive a la sombra de su estricta hermana.

Este mundo, en el que las apariencias y las convenciones sociales lo son todo, de tal modo que hasta se tienen que ir a esconder si quieren chupar una naranja o se hacen piruetas con las velas para que estén en perfecto estado para las horas de visita –que son sagradas- , está a punto de sufrir un cambio radical con la llegada del ferrocarril, y se nos muestra a una aristocracia agonizante y conocedora de que está llegando a su fin, así como un proletariado que está empezando a reconocer que tiene unos derechos, como el de saber leer y escribir, lo que les causa no pocos problemas, ya que la clase superior no lo acepta.

Hay parejas de todos los tipos y edades, desde la del doctor y su joven enamorada y la formada por Judi Dench y Michael Gambon, ya casi en el final de sus vidas, pero como ya he dicho la alternancia de comedia y drama hace imposible que todas terminen bien, ya que la muerte casi viene a convertirse en una protagonista más. Por eso se les perdona que en el último capítulo los finales felices se acumulen y precipiten, ya que ha habido tantas muertes que los personajes se lo merecen… aunque también nos han enseñado que ninguna felicidad es eterna...
 
Copyright 2009 LA LINTERNA MÁGICA. All rights reserved.
Free WordPress Themes Presented by EZwpthemes.
Bloggerized by Miss Dothy