Siguiendo la estela de escenas históricas del cine propuesta por Alice le Directrice, y para agradecerle el baile de Salmita, cuelgo este mítico soliloquio del gran Samuel L. Jackson en "Pulp Fiction", la película que lanzó al verborreico y cinéfago Quentin Tarantino (uno de los ídolos de Alice) a la combinación fama-prestigio que todo autor sueña. He de decir que me aprendí este Ezequiel 25:17 de memoria para un ejercicio de clase de inglés, en el que teníamos que copiar y traducir un diálogo de cine. La profesora no se recuperó del trauma. Está en inglés y sin subtitular. Ni puñetera falta que hace.
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