Jamás se habría podido imaginar
Charles Dogson que lo que fue un mero pasatiempo para Alicia Liddell y sus hermanas se convirtiera en todo un fenómeno cultural. Sus hábiles juegos de palabras (una tortura para un traductor),sus acertijos lógicos,la forma de burlarse del sistema de educación victoriano, así como el modo de enfrentar un mundo de fantasía frente a una realidad grís, rígida y aburrida han hecho que generación tras generación caiga fascinada por el encanto de
Alicia en el país de las maravillas.
Ha habido muchísimas versiones de su obra, y de todo tipo, desde las que respetaban fielmente el texto, a las que la convertían en un sanguinario juego de ordenador, o una serie de ciencia ficción, pero sin duda la que más expectación ha causado es la de
Tim Burton con
Alicia, alguien con una imaginación tan poderosa como la de
Carroll.¿Qué se podía esperar del cruce de dos personalidades así?
Pues bien,aún hemos de añadir otra personalidad más a la lista.
Walt Disney hizo una versión en dibujos animados de la historia, y aunque falleció su estilo sigue siendo invariable. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, que diría
Pedro Navaja , y si hace años
Burton se fue de los estudios
Disney por ser demasiado "
oscuro" y "
rarito", ahora vuelve a ellos como un triunfador. Pero aún así se han de dejar las cosas claras: por muy
Burton que sea, estamos hablando de una película
Disney, así que nada de pasarse de listos.
Más que una adaptación, deberíamos hablar de una versión-homenaje, que retoma los personajes tanto de Alicia en el país de las Maravillas como de Alicia a través del espajo, hasta mezclando alguno, como la Reina de Corazones y la Reina Roja, y los envuelven en una nueva aventura, con una Alicia que ya no es una niña, sino una jovencita a punto de prometerse, pero que no termina de encontrarse a gusto en la sociedad victoriana y de hecho ha olvidado todo lo que pasó en el País de las Maravillas.
Todos sabemos que el punto fuerte de
Burton es su poder visual y la cuidada y perfecta ambientación de sus películas. Aquí podía
lucirse, aunque su imaginario es mucho más oscuro y gótico que el de
Carroll, pero ha tenido el buen gusto de dejarse influir por las ilustraciones de Tenniel, como puede verse con el Galimatazo. Eso no impide que se haya tomado algunas libertades, como la
cabeza de la Reina Roja, el aspecto
colorista y apayasado del Sombrerero Loco, o los ligeramente siniestros Tararí y Tarará.
¿Y
Disney? Bueno, queda un entretenimiento para toda la familia,un lirón que podría ser Mickey y una reina Blanca que se mueve como una típica princesa
Disney.
¿Pero queda algo de
Carroll? Aparte de los personajes y algunos juegos de palabras, o el placer de poder escuchar a
Johnny Depp recitando una estrofa de El galimatazo,poca cosa más, pero por supuesto sin nada de la carga subversiva de la obra original. No puede ponerse ninguna objeción a la selección de voces:
Christopher Lee,
Michael Sheen,
Stephen Fry o
Alan Rickman, pero al final ha quedado un resultado que no es ni
Burton, ni
Carroll ni
Disney, quizás debido a que cada uno de ellos tiene una personalidad propia muy definida acaba siendo una especie de "
tierra de nadie"... o tal vez sean las gafas 3D.