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Weblog dedicado al mundo del cine, tanto clásico como actual. De Billy Wilder a Uwe Boll, de Ed Wood a Stanley Kubrick, sin distinciones. Pasen, vean y, esperemos, disfruten. Si no es así, recuerden que NO han pagado entrada.
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EL REY HA MUERTO, VIVA EL REY



Ñoras, ñores, acabamos de cerrar página de una de las series que, poco a poco, se ha ido colando para colocarse entre una de las mejores dentro de la época de oro de la televisión, lo que no es poco.  Me refiero, por supuesto, a Breaking bad.

La suerte ha hecho que coincidiera su final con el de otra serie que empezó muy alto, Dexter, lo que ha hecho mucho más cruel la diferencia entre ambas. Mientras que la serie del famoso asesino en serie de Miami tenía sus altibajos y no ha convencido al final de sus seguidores, Breaking bad comenzó de una manera muy modesta, con una primera temporada muy corta que denotaba la falta de confianza que tenían en ella, pero temporada a temporada, su interés ha ido aumentando sin parar, hasta llegar a unos capítulos finales realmente no aptos para cardíacos y dejando a todos más que satisfechos.

¿Qué tiene de especial esta serie? Sus protagonistas no son jóvenes ni guapos, ni buscan nuestra simpatía, y probablemente ese seria uno de los motivos por los que las cadenas tenían tantos reparos en aceptarla. ¿Una serie sobre un fracasado profesor de química, cercano a la jubilación, a quien diagnostican un cáncer y decide convertirse en "cocinero" de droga, a fin de asegurar el porvenir de su familia? ¿A quien podía intereresar eso? Qué equivocados estaban.

Vince Gilligan ya había trabajado en una serie que había contribuido a cambiar la televisión: Expediente X, y tomó buena nota de la forma de entenderla de Chris Carter ; de hecho buena parte del reparto de Breaking bad pasó  por Expediente X, de modo que ¿quien sabe si empezó a crearse allí, entre persecuciones del FBI y abducciones extraterrestres?

Creo que ya ha llegado el momento de hablar del reparto de BB, porque uno de los motivos fundamentales de su éxito han sido las extraordinarias interpretaciones que nos ha regalado.

Comenzamos con Bryan Cranston, que encarna a Walter White. Su evolución de gris profesor a amo del mundo de la droga ha sido magistral, dotándola de infinitos matices, hasta el punto que puede hablarse de dos personas distintas: Walter  y su "alter ego", Heisenberg. Lo que tienen en común ambos son un ego descomunal, su inteligencia, perfeccionismo y una capacidad para mentir y/o manipular sin límites. En realidad, Heisenberg es la forma en que salen a la superficie facetas de él que siempre había tenido, pero nunca se había atrevido a demostrar.




A su lado está Jesse Pinkman, ex-alumno de Walter y camello de tres al cuarto, a quien acude éste para que le introduzca en el negocio de la droga y le ayude a fabricarla. Jesse habría sido feliz si su vida hubiera seguido como hasta entonces, con sus trapicheos y sus amigos frikis, pero el cruzarse con el mejor cocinero de droga del mundo poco a poco le irá destrozando, a medida que van ascendiendo.  De pocas luces, y acostumbrado a que todo el mundo le menosprecie, tan sólo tiene una norma absolutamente inquebrantable: a los niños hay que dejarles en paz. El personaje tenía que haber muerto la primera temporada, pero la actuación de Aaron Paul y su química con Cranston le hicieron imprescindible, ya que su relación es una de las mejores cosas de la serie: los dos empiezan despreciándose, pero necesitándose mutuamente, por lo que poco a poco van creando una especie de dependencia paterno-filial. Es sumamente significativo que siempre, hasta los tres últimos capítulos, Jesse siempre llamó a Walt "Mr. White", como muestra de respeto, o que Walter llamara a su hijo "Jesse" en una ocasión.

Tampoco hay que olvidar a maravillosos personajes secundarios como  Gus Frigg (Giancarlo Esposito), un impeturbable capo de la droga que se  oculta bajo una capa de respetabilidad en el negocio de los "Pollos hermanos", Mike (Jonathan Banks), su sereno y profesionalísimo "Mr. Lobo" particular, Saul Goodman (Bob Odenkirk), el abogado que se encarga del blanqueo del dinero y defensa de Walt, o el cuñado de éste último, Hank (Dean Norris), un agente de la DEA que se va obsesionando con el creador de la meta azul.

Y no olvidemos el tratamiento del color de la serie,su humor negro, sus colds openings, el uso de la cámara en ocasiones tomando el punto de vista de objetos, o que fueran capaces de convertir un episodio que aparentemente era de relleno, tan sólo con los dos protagonistas principales encerrados, en una pequeña maravilla llamada "The fly", por no decir que nos han dejado un puñado de frases que ya han pasado al repertorio colectivo, como " I'm the one who knocks", "Say my name", "Yeah, Mr. White! Science!" o muchas más.

Todo esto y mucho más fue (o ha sido) Breaking bad, una muestra de lo mucho que pueden llegar a ser las series. ¿Habrá dejado el trono vacío?


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DE NEW JERSEY A ATLANTIC CITY: AMERICAN GANGSTERS




¿Qué os parece si jugamos un poco al juego de buscar las diferencias? Dos series soberbias sobre el mundo de la mafia,ambas de la sacrosanta HBO, con Terence Winter como guionista, actores que han trabajado en ambas... ¿pero son iguales? Como se decía en mis tiempos jóvenes, "es lo mismo, pero no es igual".

Primero fueron Los Soprano; las cosas estaban empezando a cambiar en el mundo de la televisión y la cadena de nuestros amores despegó a la fama; fue un pequeño paso para la cadena, pero un gran paso para la historia de la televisión.  Quería ser un homenaje a películas del tipo El padrino o Uno de los nuestros (el tímido cameo de Scorsese es una buena prueba de ello), pero mostrado de una manera mucho más realista y desencantada, hasta con un cierto punto de parodia por decirlo así, ya que los gangsters son viejos, gordos y horteras, reflejando la decadencia de la mafia en la actualidad. Por lo visto la ley RICO ha hecho estragos, los delincuentes tienen mucho menos aguante y cualquier rata de tres al cuarto es capaz de delatar a sus compañeros a cambio de entrar en protección de testigos y vender el guión de su historia a Hollywood.
 
Boardwalk empire fue otra cosa: La HBO ya se había consagrado y por eso podía permitirse el lujo de que Scorsese participara de una manera mucho más activa, produciéndola y dirigiendo el episodio piloto. Ahora la cadena era consciente de su poder, y se embarcó en una lujosa superproducción, con una maravillosa reconstrucción del Atlantic City de los años 20. Vivimos el comienzo de la edad de oro de los gangsters, en plena ley seca, por lo tanto todo era glamour y un mundo desconocido del que estaban comenzando a descubrir las posibilidades. Además, tiene el aliciente de que encontramos a viejos conocidos como Al Capone, Lucky Luciano...

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Hablemos un poco de los dos personajes principales de ambas series: los dos son líderes natos, con una inteligencia superior a la de la gente que les rodea (enemigos incluidos), una relación más bien conflictiva con su familia y ambos tienen unos sueños que harían las delicias de Freud. Pero puede decirse que aquí acaban las similitudes. Tony Soprano es un personaje fictício, un auténtico monstruo pero de una humanidad fascinante, ya que todo en él es desmesurado. Nucky Thompson está basado en un personaje real, Nucky Johnson, y vive con dos caras: por un lado es el respetado tesorero del Ayuntamiento, pero al mismo tiempo maneja todo tipo de chanchullos; como muy bien le dijo el malaventurado Jimmy "no se puede ser un gangster a medias", por lo que hasta la segunda temporada no le vimos usar un arma, ya que siempre dejaba el trabajo sucio para los demás, aunque cuando por fin se decidió a hacerlo no le ha costado ningún esfuerzo. Es mucho más cerebral que Tony, aunque en parte eso tal vez se deba a que es irlandés, no italiano.

Ironías del destino, Winter dijo que si se hubiera elegido a alguien para interpretar a Nucky por su parecido con el original habrían elegido a... James Gandolfini.

Resumiendo: dos series perfectamente complementarias e imprescindibles, dos joyas de la televisión, que confirman que si Shakespeare viviera en nuestros tiempos no escribiría sobre reyes (a menos que quisiera hacer una comedia), sino sobre estos otros "monarcas" del mundo del crimen.

Y como regalo, aquí está la promo de la próxima temporada de Boardwalk empire
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... PERO NO CON TU CANCIÓN






Si señor, así da gusto. Cuando vi El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford sentí que Andrew Dominik tenía madera de cineasta y por eso tenía ganas ver su siguente película. La verdad es que ha tardado lo suyo, pero la espera ha valido la pena. Mátalos suavemente de entrada parece la típica película de ajuste de cuentas entre gangsters, y ésta maravillosa escena del tiroteo (que demuestra lo bien que ha aprendido la lección de Marty en el uso de la música), así lo parecen mostrar, pero hay algo más que eso. Los discursos de Obama a lo largo de toda la cinta casi forman parte de su banda sonora, mostrando a unos EEUU en una profunda crisis, pero -como siempre-  los políticos viven en Los mundos de Yupi, totalmente ajenos a la realidad. Aunque ellos son los responsables de la crisis, no comprenden que la culpa la tiene un sistema que ya de entrada estaba echado a perder por su hipocresía, como  explica perfectamente Brad Pitt en su demoledor discurso final. 


Cuando hasta un matón tan curtido en batallas como el que intrepreta James Gandolfini, (el fucking boss de New Jersey, con el permiso de Bruce Springsteen) tiene que rebajar su salario o un par de colgaos muy fumaos hacen tambalear la seguridad de una banda, es que algo va mal, porque América no es un país, tan sólo es un negocio. ¿Qué canción se oye con los títulos de crédito del final? Money, no podía ser otra. Así que  fukin' pay me y Blonde apuntadísima en mi agenda. Sigue así, Dominik.

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WHAT'S UP, DOC?




La Gran Bretaña está viviendo una celebración, como diría nuestra Roza  ¿y porqué? os direis ¿El nacimiento del hijo del príncipe William? No, algo mejor. Doctor who cumple 50 años, y eso no es moco de pavo. Pocas veces una serie consigue durar tanto, se convierte en un icono popular,  cuenta con dos spin-off en su haber, como Torchwood y The Sarah Jane adventures y ha servido de inspiración, sin ir más lejos, a Fringe.

¿Qué tiene de especial esta serie? Sin duda el principal reclamo es su protagonista, aunque deberíamos hablar de protagonistas, ya que uno de los aciertos de la serie, y uno de los detalles que ha facilitado su larga duración, es que el personaje no muere, sino que se regenera, por lo que ha sido interpretado por diferentes actores, y todos ellos le han dado su toque personal. De hecho ha ido evolucionando, ya que al principio por lo visto era mucho más misterioso y malhumorado y con el tiempo cada vez se ha ido volviendo más jóven y arrolladoramente simpático, aunque manteniendo su toque de locura.

El paso del tiempo, sin embargo, no puede negarse en ciertos aspectos, como el que los archienemigos del Doctor, los Daleks o los cybermen tengan una pinta tan rudimentaria, aunque no han querido modificar su aspecto ya que forma parte de la tradición e incluso tenía su encanto de serie B, pero los enemigos más modernos, así como la ambientación, sí que han mejorado mucho, y un factor definitivo de su actualización ha sido el trabajo de dos grandes guionistas: Russell T. Davies y Steven Moffat, que dieron un empuje increible a la serie, relanzándola de nuevo y consiguiendo un éxito sin precedentes.


El único superviviente del planeta Gallifrey, y por lo tanto último señor del tiempo (o al menos eso dice) tiene más de 900 años (ya hemos perdido la cuenta de su edad aproximada) y se dedica a recorrer el tiempo y el espacio a bordo de la TARDIS, una nave con la apariencia de cabina de policia y más grande en su interior que en su exterior -como no paran de decir sus visitantes-. Nadie sabe su nombre, por lo que sus seguidores los identificamos por números, y tan sólo cuenta con un destornillador sónico como única arma, ya que no cree en la violencia.

Dicen que el Doctor favorito de cada uno es aquél con el que has crecido, o el primero que has visto; en mi caso no ha sido así, y sin desmerecer a Cristopher Eccleston o a Matt Smith, (del  resto no puedo opinar), creo - y por lo visto es la opinión de la mayoría- que el mejor de todos ha sido el número Diez, David Tennant, ya que supo combinar perfectamente el lado divertido y alocado con una profundidad emocional poco vista hasta entonces y hasta incluso dotándole de su lado oscuro: su tremenda soledad o la enorme carga que supone haber acabado con civilizaciones enteras.

Permitid que comente un detalle que parece salido de la serie, pero es real como la vida misma:  David Tennant  está casado con Georgia Moffet, la hija de Peter Davison, que fue el número Cinco, y para complicar más las cosas, Georgia hizo de hija del Doctor en uno de los episodios, de modo que es casi imposible separar dónde empieza la realidad y la ficción.

Otro de los secretos de su éxito es lo tremendamente "british" que és, por muy extraterrestre que sea; no hay más que echar un pequeño vistazo a algunos de los invitados que aparecen a lo largo de la serie para  comprobarlo: Shakespeare, Dickens, Agatha Christie, Winston Churchill, la reina Victoria..., o que haya dedicado capítulos a ocasiones tan especiales como el bombardeo alemán de Londres, la coronación de Isabel II o las olimpiadas del 2012.

Esta especie de Don Quijote intergaláctico no hay duda de que necesitaba un Sancho Panza a su lado; alguien que tuviera los pies en el suelo y frenara cuando hiciera falta su entusiasmo y sus excentricidades. Esa tarea ha recaído a lo largo del tiempo en las llamadas "companions", chicas que no se han limitado a ser floreros, sino que han demostrado su valor y fidelidad: así hemos tenido a Rose (Billie Piper), con quien tuvo una complicidad total, la bellísima Martha (Freema Agyeman), la divertida Donna (Catherine Tate), Amy (Karen Gillian) -que podría considerarse un cruce entre Rose  y Donna-, o la última de ellas, Jenna-Louise Coleman, de la que todavía no sabemos su nombre definitivo, pero parece prometer mucho.

La relación del Doctor con sus "companions" digamos que siempre ha sido un poco peculiar; la mayoría no pueden evitar enamorarse  de alguien tan encantador que les ofrece todo un universo lleno de aventuras y misterios, pero siempre se ha tratado de una relación platónica, ya que el señor del tiempo nunca ha demostrado el más mínimo interés romántico por ellas. Si con Rose casi estuvo a punto de romperse ese distanciamiento, y con Martha el recuerdo de Rose hizo que el Doctor fuera incapaz de fijarse en ella,  a base de tenacidad y "hello, sweeties", la única que ha sido capaz de llevarle ante el altar ha sido la companion a tiempo parcial River Song (Alex Kingston). Pero, por supuesto, son un matrimonio nada convencional, del mismo modo que también lo fue su noviazgo.

Se espera que el episodio conmemorativo de tos 50 años de la serie sea muy especial, para que los que generación que tras generación la han seguido se sienten ante el televisor, rememoren el pasado, contemplen el presente e intuyan lo que les puede traer el futuro. ¿Quien sabe? Quizás hasta encontremos la respuesta a la eterna pregunta: Doctor.... ¿who?



 
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