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¡MADAGASCAR! ¡CONSTANTINOPLA!





Este pasado viernes se estrenó en los Yuesei la nueva película de Woody Allen, “Scoop”, del que podéis ver el tráiler en su página oficial, aquí. En este film, Woody Allen recupera su vena más cómica y su protagonismo en pantalla para narrar la historia de Jane Spence (Scarlett Johansson), una estudiante de periodismo americana de visita en Londres que se ve envuelta en una aventura paranormal. Durante un espectáculo de magia en el que es escogida como voluntaria por el mago interpretado por Allen, Jane presencia la aparición de un fantasma que le ofrece la exclusiva de su vida: el temido asesino del tarot, cuyos crímenes traen de cabeza a Scotland Yard, no es otro que el joven de origen noble Peter Limon (Hugh Jackman). Dispuesta a no dejar escapar la primicia, Jane urde un elaborado plan para seducir a Limon y descubrir sus secretos.
A servidor aquí presente, que siempre ha albergado especial debilidad por los diálogos cinematográficos ingeniosos, elaborados y bien construidos, cada film de Allen es como una noche con Scarlett Johansson (hablando de la reina de Roma) y Angelina Jolie (noche de charla en una biblioteca, por supuesto…), pongamos por caso. Siempre me ha subyugado su manera de combinar humor con intelectualidad, su manera de desmitificar el elevado mundillo del cultureta de mediana edad, su sano empeño en reírse de sí mismo y de sus circunstancias, y su interés por temas universales como la religión, la muerte, la pareja, el sexo (pareja y sexo no siempre son lo mismo…). Un tipo que es capaz de combinar sin problemas su pasión por el cine de Fellini con su adhesión inquebrantable a los New York Knicks de la NBA, huyendo del standard gafapasta intelectualoide. Todo el mundo sabe que, igualmente, es un apasionado del jazz. Pero quizás sea menos conocida su afición por la magia. Así que, abracadabra, vamos a por ello-oye.

Se puede decir con seguridad que una de las mayores aficiones de Woody Allen, aún hoy en día, es la prestidigitación, que practicó de muchacho y que aún hoy sigue dominando. Si dispone de tiempo libre en plató o en sala de montaje, saca una moneda y la hace evolucionar de un dedo a otro, le da la vuelta por debajo de la palma y la deposita de nuevo sobre el índice, donde la recoge el segundo nudillo del dedo medio, y así sucesivamente. Hace juegos de manos con los billetes de banco, los dobla, los redobla, los esconde… En resumen, utiliza los pequeños juegos de magia para estar permanentemente haciendo algo, y mantener ejercitados los dedos. Tiene montones de libros de magia en su biblioteca, muchos de ellos comprados en la adolescencia. Pasaba más tiempo practicando trucos que estudiando, y así desarrollaba la disciplina de practicar y practicar constantemente que aún mantiene. La magia como evasión, pero no sólo eso. Empezó a aficionarse con 13 años, viendo los programas de Milton Berle por la tele, y a dar la barrila a los amigos con sus primeros juegos. A los 15 años se presentó a un par de programas de magia de la tele, intentando que le cogieran para hacer alguna actuación como mago aficionado. Fracasó, quizás debido a los nervios, aunque él lo niega vehementemente. Pero siguió ejercitando sus dotes de prestidigitador, convirtiéndose en un personaje de lo más popular en su escuela (cosa que yo nunca conseguí: no era capaz ni de darle más de dos vueltas al yoyó. Así es imposible convertirse en el rey del recreo). Llegó a plantearse seriamente convertirse en tahúr, y sacó considerables sumas de dinero en partidas de cartas o de dados amañadas junto con amigos (el Virgil Stackwell de “Toma el dinero y corre” es una buena parodia de esos días “delictivos”). Luego aparecieron el jazz, la literatura y, en particular, su sentido del humor, y arrinconaron a la magia en su escala de valores. Pero nunca del todo, y la prueba está en su filmografía. Incluso sin considerar la teta gigante de “Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo…” como elemento fantástico (eso convertiría a Pamela Anderson en… dos elementos fantásticos…), hay varias referencias al universo de la magia en el cine de mr. Allen. Desde la resolución final de “Sombras y niebla” en un circo, a través de espejos mágicos, al hipnotizador de “La maldición del escorpión de Jade”, que somete a la gente a su voluntad tan sólo diciéndoles las palabras “Madagascar” y “Constantinopla” (lo he intentado con mi casero para rebajarme el alquiler y no ha funcionado) (cagüentó); pasando por esa “Alice” que se vuelve invisible por mor de unas hierbas mágicas; el final de “Comedia sexual de una noche de verano”, con esa bola que visualiza los espíritus del bosque; o el episodio “Edipo reprimido” del ménage à troi “Historias de New York" , en el que la madre de Allen desaparece en la caja de un mago, en un espectáculo, para posteriormente aparecérsele… en el cielo, para continuar con su profesión de atormenta-hijos. Podríamos alargar la lista con la multitud de elementos fantásticos que salpican su obra: los argumentos centrales de “La rosa púrpura del Cairo” o “Zelig”; ese Robin Williams desenfocado de “Desmontando a Harry”; la ceguera repentina de Allen en “Un final made in Hollywood”… Por no hablar de la obra teatral del cineasta “La bombilla que flota”, en la que el protagonista es Paul Pollack, el hijo de un humilde matrimonio, que trata de evadirse del mundo a través de la magia.

Sr. Allan Konigsberg (nombre real, para los pobres ignorantes, de Woody Allen): no puede hacerse usted una idea de lo que me alegro de sus fracasos en aquellos OT de la magia a los que se presentó. Gracias a esos rechazos, he podido disfrutar de innumerables momentos de carcajadas, reflexión y buen cine. Tres cosas que podrían llenar toda una vida.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola a los dos, pues nada, que aprovecho que le he estado hechando un vistazo al blog (me ha gustado mucho por cierto, muy buenos articulos, aunque aun tengo cosas por leer) y os dejo por aqui un saludillo y un "animo!" para que sigais escribiendo cosas tan buenas (y yo que las lea).

suerte

marcbranches dijo...

Gracias por tus ánimos lillo. Efectivamente, que tú las leas... Y cualquier comentario que aportes será bienvenido (siempre que sea elogioso y con voluntad de idolatría a tus maestros alicia y marcbranches).

 
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