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LA MUJER DEL CUADRO




Este año se ha cumplido (entre otros) el centenario de Otto Preminger (buena cosecha la del 1906), de modo que no podíamos dejar que acabara sin hablar de una de sus películas mas famosas.
Laura empieza con la voz en off de Waldo Lydecker (Clifton Webb) lamentando la muerte de Laura Hunt (Gene Tierney). Este personaje merece que nos detengamos un poco en él: de gusto exquisito y lengua despiadada, primo hermano por derecho propio del Addison deWitt de Eva al desnudo, con constantes frases brillantes tipo “Lamentaría ver a los niños de mis vecinos devorados por los lobos” o “ Escribo con pluma de ganso mojada en veneno”, es un egoísta consumado (“Laura me consideraba el más inteligente, ingenioso e interesante hombre que ella jamás hubiera conocido. Y yo estaba completamente de acuerdo con ella sobre tal punto”), hasta que conoce a Laura. El cambiará su imagen, la volverá sofisticada, la introducirá en sociedad ... en definitiva, el creará a la mujer de sus sueños.
Pero este Pigmalión se encontrará con el problema de que Laura prefiere a los hombres altos y de aspecto musculoso (que desagradecidas somos las mujeres, ¿verdad? , seguro que un hombre no prefiere a una chica con “poderosas razones”); y si somos malos, comprendemos los motivos para ello al ver la sonrisita con que Dana Andrews contempla a Clifton Webb cuando sale de la bañera donde escribe sus artículos. Al principio Waldo conseguirá ahuyentarlos dejándolos en ridículo, pero llegará un momento en que eso ya no será suficiente, y Laura querrá casarse con un mujeriego, Shelby Carpenter, interpretado por un joven Vincent Price, que aún no había descubierto su vena terrorífica. El asesinato de Laura cambiará los planes.
Un policia duro,Mark MacPherson (Dana Andrews), que está acostumbrado a tratar con “muñecas” y usa un juguetito para aliviar la tensión, será el encargado de investigar el caso. Poco a poco, cada vez se sentirá mas fascinado por la personalidad de esa mujer, totalmente distinta a las que había conocido hasta entonces. Tras una velada oliendo su perfume, mirando sus vestidos, escuchando su música y contemplando su retrato, se quedará dormido... en ese momento, como si de “Vertigo” se tratara, Laura reaparecerá de entre los muertos.
La felina belleza de Gene Tierney hacen comprensible que todos los hombres acaben a sus pies, y aunque Clifton Webb luce con luz propia, tanto Dana Andrews como Vincent Prince o la pérfida ama de llaves de Rebeca, Judith Anderson , cumplen perfectamente con su papel; el uso de la fotografía y la música hicieron el resto para convertir a esta película en uno de los clásicos del cine negro, aunque aquí no hay gangsters, sino gente rica de moralidad mas que dudosa y la femme fatale no es malvada, aunque es el detonante de todo.
Dedicado a nuestra Laura Hunt particular.

4 comentarios:

DiegoAlatristeyTenorio dijo...

Me encanta esta película. Música, diálogos, fotografía, pero sobretodo, una encantadora e inusual protagonista femenina, que pone el dedo en la llaga de la cuestión de género en fecha tan temprana –1944-. Laura no es una vampiresa clásica del cine negro, ni la esposa abnegada. Es generosa, está empeñada en ver la parte buena de las personas, pero no descuida su vehemencia profesional. Es una mujer resuelta y angelical al mismo tiempo.

La parte mala de Laura son los demás: El Pigmalión de éxito que quiere la creación en exclusividad, el gigoló que se deja querer. Las mujeres de sus pretendientes la envidian y la odian. El interés, los celos, la pasión, la envidia, brotan a su alrededor provocados por ella sin quererlo. Parece abocada a un pathos trágico, como si fuese la Pandora de la mitología griega, colmada de virtudes pero portadora de la tragedia. El happy end final cierra una historia que hubiera ganado con un epílogo más sugerente y abierto.

Alicia, esa escena que has puesto;Dana Andrews, dormido bajo el retrato, despertando, frotándose los ojos ante la mujer cuya muerte investiga. Un inusual doble travelling, de acercamiento y alejamiento que precede la aparición de la mujer, es bajo mi punto de vista la mejor de la película, una auténtica maravilla y muestra excelente de hacer buen cine.

PD: Feliz año nuevo a todos!!

Un abrazo.

marcbranches dijo...

Ah, ¿ya estamos a final de año? Pues nada, feliz año entonces...

Un abrazo, J.R.

alicia dijo...

Yo también creo que esa escena es la mejor de la película, Juan Ramón, casi sugiriendo que podría ser un sueño o que Laura ha vuelto de entre los muertos por la obsesión que siente por ella el policía. Aún así, me gusta mucho la imagen de Gene Tierney bajo los focos, sometida a un interrogatorio que tiene mas de personal que de profesional. Y, por supuesto, mi debilidad por Clifton Webb.
Feliz año, Juan Ramón.

Laura Hunt dijo...

Totalmente de acuerdo con vosotros en cuanto a la escena que comentáis, sin duda la mejor de la película, una de esas escenas que se te quedan grabadas en la memoria. Recuerdo la primera vez que vi Laura, siendo una cría (aquellos tiempos en que era habitual ver este tipo de películas en televisión... y a horas "decentes"). Me fascinó. Yo quería ser como Laura, y por eso cuando me registré por primera vez en un foro de cine, elegí su nombre como identidad "forera".

Por otro lado, destacar al gran Clifton Webb, antológico como Waldo Lydecker: un gran personaje que él borda. Es imposible imaginarse a otro actor interpretándolo.

En fin, poco tengo que añadir a tu estupenda reseña, Alicia. Me ha gustado mucho. Y gracias por la dedicatoria, que me ha hecho mucha ilusión.

 
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