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COSECHA AZUL, O EL DESCANSO FINAL DE ANAKIN SKYWALKER



¿Alguien puede llegar a imaginarse qué hubiese sido de “El retorno del Jedi” en manos de David Lynch? ¿Han Solo comiendo donuts? ¿Luke soñando con enanos entre cortinas rojas? ¿Leia montándose un numerito erótico con C3PO en un sórdido hostal de Alderaan, para luego despertarse, con el cabello rubio platino, en medio de un bosque de Endor?

Puede que esto parezca el arranque de un monólogo del Club de la Comedia, pero tiene su base científica. Lynch estuvo muy cerca de ser el elegido por George Lucas para dirigir el capítulo final de la Santísima Trilogía. Finalmente, y como era de preveer, Lynch rehusó la oferta, bajo la rotunda argumentación de que “esto es de Lucas”. Así pues, mr. Papada se puso a dirigir el Episodio VI, eso sí, contratando a un puching ball baratito (Richard Marquand) para que se llevara las galletas si la cosa no funcionaba, algo que, por otra parte, era empíricamente imposible. El universo estaba en armas, expectante ante el cierre definitivo de la saga galáctica. Tal fue así, que el rodaje se inició bajo el título del falso proyecto “Blue Harvest (Horror Beyond the Imagination)”, con camisetas con el ficticio título incluidas. La cosa no coló durante demasiado tiempo, y se hizo imposible evitar las aglomeraciones de curiosos. Así pues, y tal como estaban las cosas, Luquitas se decidió a realizar la película que querían sus fans. En concreto, los de menos de 13 años.

El retorno del Jedi” es, sin duda, la peor película de la trilogía original, y, vista justo después de “El imperio contraataca”, puede incluso provocar purulencias cutáneas e irritaciones de esfínter. El nivel de descompresión se reduce al mínimo, los personajes se infantilizan, sus actores se hastían -algunos, como Harrison Ford, quien rogó a Lucas que matara a su personaje, dan la impresión de que están deseando que se acabe ya el suplicio- y el discurso se explicita hasta sobrepasar el subrayado: Lucas 1, Lawrence Kasdan 0. Salvan el film, curiosamente, Mark Hamill y algunas set-pieces espléndidas que, por sí solas, ya justificaban el visionado del largometraje, e incluso hoy no han sido superadas. El arranque de la película es, de por sí, preocupante: lo que debía de ser un épico rescate (el de Han Solo de las garras de Jabba) en consonancia con la grandeza del final del anterior capítulo, se convierte en una estiradísima presentación, uno por uno, de los históricos personajes de la saga; si ese era realmente el plan de Luke (esperar un tercio de película a que R2 le lance la espada-láser), a Obi Wan le queda trabajo para una trilogía más... Entretanto, por fin hemos visto in situ al verdadero villano de la historia, que no es Vader sino el Emperador, un Ian McDiarmid inquietante cuyo gran momento, de todas maneras, habría de llegar 20 años más tarde. Así, la película va cerrando cabos (la despedida de Yoda o el verdadero vínculo entre Luke y Leia) mientras su edad mental se va reduciendo progresivamente a medida que los protagonistas llegan a la luna de Endor para desactivar las defensas de, ojo al alarde de imaginación, la Estrella de la Muerte 2.0. En el momento en el que aparece el primer ewok se puede situar oficialmente el fallecimiento de la saga “Star Wars” como obra cinematográfica para adultos, pasando a ser un nuevo producto del Disney Channel; este estado de regresión mental dura hasta... hasta... hasta... mierda, hasta hoy. Mecagüenlasguerrasclonyenlosorejonesdejarjar. Eso sí, nos salva el día la extraordinaria persecución de los speeders entre los árboles de Endor, muestra inequívoca del talento visual de Marqu... de Lucas, que sitúa al espectador al borde del vértigo en una escena cuya única banda sonora es el motor de los aparatos.

Ha quedado dicho que uno de los sustentos de “El retorno del Jedi” es Mark Hamill, aunque más bien habría que decir Luke Skywalker. George Lucas no suele ser demasiado sutil en sus metáforas, pero sí muy efectivo, y durante toda la trilogía ha estado dibujando la clave psicológica del desarrollo de Luke a través de su ropa. Del blanco nuclear de la primera parte (todo inocencia y pureza derivadas del desconocimiento), pasando por el caqui (color verde Yoda + blanco nuclear) de “El imperio contraataca”, llegamos al negro contundente y amenazador de “El retorno del Jedi”. Así, la actitud de Luke se mueve entre el manejo soberbio de los poderes que está aprendiendo a manejar, y la humanidad latente que ebulle en su interior, y que incluye los sentimientos de piedad hacia sus amigos y, más importante todavía, hacia su padre. Luc... Marquand se luce en el montaje paralelo de las tres secuencias finales, cual director de circo de tres pistas, aunque para ello tenga que alargar sin sentido (a golpe de discurso villanístico bwa-ha-ha del Emperador) el inicio de las hostilidades entre Vader y Luke. La redención de Darth Vader, plena de dignidad, cierra un círculo que luego sabríamos que en realidad aún no se había abierto, y da paso a un vergonzante epílogo con baile boy scout incluído y foto para la posteridad.

Del proceso de infantilización que sufrió el proyecto hablan a las claras los diferentes cambios en el guión y la estructura que se han ido conociendo a posteriori. Lando Calrissian iba a fallecer junto al Halcón Milenario en la batalla final (de ahí aquella frase de Han Solo, mirando al Halcón: “tengo una extraña sensación, como si no fuese a verla más”); se barajó la posibilidad de que Luke se pusiese la máscara de Vader y se quedase en la Estrella de la Muerte junto a su padre; los ewoks iban a ser una tribu de wookies, pero desde producción se decidió que tenían que ser unos bichos “simpáticos”; Kasdan estaba de acuerdo con Harrison Ford en matar a Solo al inicio del film, para reforzar la impresión de que nadie estaba a salvo; y, como todo el mundo sabe, se cambió a última hora el título del film (originalmente, “La venganza del Jedi”), puesto que, como todo el mundo sabe, los jedi tienen el corazón puro y no se vengan de nadie: puede que maten millares de soldados imperiales, pero lo hacen con un enorme pesar en sus midiclorianos... En definitiva, movimientos de guión que llevaron a “El retorno del Jedi” a una dirección ambivalente, sacrificando el camino adulto y complejo que había imperado en la soberbia “El imperio contraataca” en aras de la conquista del espacio infantil. Lo que parecía una simple concesión para abrir el cierre de la Santísima Trilogía al máximo público posible, se transformó, quince años después, y para desolación e irritación de millones de fans, en un sello de marca. Pero esa es otra historia, muy, muy lejana...

15 comentarios:

Josep Lloret Bosch dijo...

Muy buen análisis, sí señor, que deja poco a añadir.

Salir del cine y pensar que la cosa había finalizado muy mal (los ewoks son horripilantes imitaciones de mimosín, totalmente insufribles) fue un error, ya que en realidad sólo fue el principio de una debacle que, vista la publicidad del penúltimo (parece que Lucas siempre tiene otra idea más para sacar dinero) engendro aparecido en los cines, tiene visos de eternizarse y martillear a diversas generaciones.

Por no hablar de la invasión de muñequitos, camisetas, juguetes, etc.

Una infantilización muy rentable, cabe suponer, quizás adecuada a la reconversión del público que acude al cine; hay que reconocer que Lucas tiene ojo de lince para captar los gustos del personal, aunque sin duda ha colaborado en acelerar el trámite.

Saludos.

marcbranches dijo...

Como cuando se estrenó "El retorno" yo era aún un tierno infante, no supe apreciar todas las atrocidades que significaba esta película. Todo me parecía bien, aunque ya en aquel momento los ewoks patinaban en mis neuronas. Luego, en posteriores revisiones, me di cuenta del bajonazo que suponía, pero todavía me parecía perdonable. Luego, al ver el Episodio I y el II, caí en la cuenta de que "El retorno del Jedi" no era el final, sino el principio del fin, que es mucho más apocalíptico. No he querido ver "Las guerras clon": ya he tenido suficiente. Saludos, joven.

Möbius el Crononauta dijo...

Los putos Ewoks son un coñazo... un planeta lleno de Wookies, eso si habría sido espectacular.

En lo demás, tal vez tengas razón, no sé. ¿El plan de Luke de rescate tiene pies y cabeza? ¿A quién le importa con Leia yendo por ahi en bikini, y encadenada a un mafioso baboso?

Desde luego era el principio del fin, pocos lo supimos ver en aquél momento. Pero como principio del fin, está muy bien. ¿O es que sólo lloro yo cuando Luke le pide ayuda a Darth, que está que si sí o si no? Maldita sea, cumple el sueño de todo currito: mandar a tomar por túnel de viento a su jefe.

Saludos

marcbranches dijo...

Olvidé comentar en el post que Carrie Fisher demuestra, por primera y única vez en su carrera, que, efectivamente, tiene piernas.

Y sí, efectivamente, sólo lloras tú. Sensiblero.

Sesión discontinua dijo...

pues mira por dónde, yo si que quiero ver las guerras clon, porque me parece que papá Lucas ha encontrado una forma barata y sencilla de prolongar la saga todo lo que haga falta, por muy mala que sea. Y si no tienen éxito en el cine estoy seguro de que las estrenará en los canales temáticos o directamente en el videoclub.....

Y en cuanto a la infantilización, coincido contigo en que es la película en la que se produce ese giro y el exantema súbito está garantizado. No obstante, la continuación de la 2ª trilogía ahonda en esa línea infantilizante, aunque esta vez es al revés: empieza como un episodio apócrifo de Barrio Sésamo y acaba intentando emular el estilo y la épica de la saga anillil de Tolkien (por entonces en pleno auge de público y mediático). Eso es todo lo que tenía que decir.

Nos leemos!!!!!

Möbius el Crononauta dijo...

Strong men also cry... que diría Lebowski. No, ese no. El otro.

marcbranches dijo...

Tienes razón, sesión, en que el infantilismo de la nueva saga va a menos conforme se van sucediendo los episodios, aunque yo no veo la analogía anillística. Saludos.

Según Miguel Bosé, los chicos no lloran, Mobius. ¿Un kleenex?

Anónimo dijo...

Creo que todos estamos de acuerdo que era muy difícil de superar la oscurísima y casi perfecta "El Imperio Contraataca", pero la tercera tenía que seguir una línea comercial so pena de que el negocio se le viniera abajo a Lucas. ¡No me puedo imaginar un fin de la saga en manos de DAvid Lynch, un director al que en más de una ocasión se le ha ido la olla, pero hubiera sido interesante.
Mira, yo he aceptado con cierta comodidad esa "blandenguería" de la serie. Me gusta, a pesar de todo, por el buen rato que me hizo pasar cuando los cines todavía no estaban en los centros comerciales.
Un Abrazote.

Anónimo dijo...

Bueno, el pobre Marquand, además de morirse la mar de joven, no pasará a la historia como un director muy pallá, pero procede recordar que, antes de la que comentas, había dirigido la más que interesante El ojo de la aguja, una película a reivindicar muy seriamente. Tal vez por eso, Lucas pensó en él.

La infantilización de la serie corre pareja, creo, al secado de las neuronas de Lucas (hay quien dice que corre pareja al divorcio de su primera esposa, auténtica mente pensante de la productora). Después de la oscurísima e interesantísima El imperio... (dirigida, por cierto, por Irving Keshner, otro buen artesano que tampoco pasará a la historia), no sólo nos encontramos con la que cierra de la trilogía, sino con una productora que no se desvió un ápice del cine infantil políticamente correcto.

marcbranches dijo...

Anro, yo he tragado con la infantilidad progresiva de la saga por puro seguidismo, pero reconozco que, a pesar de que bromeo mucho con mi condición de fan de la Santísima Trilogía, me he distanciado bastante de todas las propuestas de Lucas desde "La amenaza fantasma", que esperé con mucha ansia y que fue una enorme decepción.

FXavier, no conocía esa relación (posible) entre el divorcio de Luquitas y su regresión mental... Si es que las mujeres acaban teniendo la culpa de todo... Saludos a ambos.

Joan dijo...

Tengo un avance del guión del episiodio 9, inicio de la post-pre-secuela (ya nadie lo sabe).

DARTH VADER
¡Dame un abrazo!

LUKE
Sí, juguemos a la Oca

DARTH VADER
Te quiero mucho

LUKE
¿Cantamos?

DARTH VADER
La, la, la...

Y con música de las Spice Girls de fondo.

marcbranches dijo...

¿Música de las Spice Girls? ¿Darth Vader cantando un tema de Massiel (la, la, la)?

Joan, las drogas son muy malas...

Joan dijo...

Con la, la, la me refería a un tarareo bucólico mientras corrían por un prado verde cogidos de la mano y dibujando corazones en las cortezas de los árboles con la espada láser.

Y discrepo, son muy buenas. Algunas.

Castigadora dijo...

Realmente es un análisis exhaustivo. Practicamente estoy de acuedo contigo en todo. Teniendo de referente el imperio contraataca, la última película descendió el nivel muchisimo. La parte del bosque es atroz, ni más ni menos.

Un saludo

marcbranches dijo...

Joan, esa imagen bucólica es extremadamente perversa y no apta para tiernos infantes... ¿cómo? ¿que sólo en mi equívoca mente? yayaya...

Castigadora, estar de acuerdo en todo conmigo es condición sine qua non para no ser baneado en este blog: nos gusta la democracia mientras estéis de acuerdo con nosotros. Efectivamente, la parte del bosque, a excepción de la persecución de speeders, es de vergüenza ajena. Saludos a ambos.

 
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