Otros directores habrían tenido con Mujeres en Venecia su última película y habrían quedado la mar de bien; su forma de tratar la muerte y el paso del tiempo hacen de ella un film perfectamente testamentario, pero Mankiewicz no, fue mas allá. Para él fue como una especie de magnífico borrador de La huella, con la que comparte varias cosas.
Un muy zorruno e isabelino millonario llamado Cecil Fox (Rex Harrison) planea un juego muy propio de su maquiavélica mente, inspirado en la obra teatral Volpone: decide llamar a tres de sus antiguas amantes haciéndoles creer que se está muriendo, para saber cuales son sus sentimientos por él. Una estrella de cine de escasa cultura, una princesa francesa y una tempestuosa sureña a la que llama Estrella solitaria Para ello necesita a un ayudante, y contrata a un actor, McFly (Cliff Robertson) para que se haga pasar por su secretario y enfermero personal.
El título original, The honey pot, podría hacer referencia a la famosa fábula de “A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron, que por golosas murieron, presas sus patas en él”. Las tres mujeres acuden ansiosas a la llamada de Fox, esperando ser sus herederas. A partir de aquí, empieza una intriga policíaca al mas puro estilo Agatha Christie, con falsas apariencias, compuertas secretas…pero eso sí, con el sello de Mankiewicz, de diálogos inteligentes y juegos de poder.
El tiempo es otro de los grandes protagonistas de la historia, reflejado en cada uno de los relojes que las mujeres regalan a Cecil, cada uno de ellos de acuerdo con el estilo de cada una de ellas, esa Danza de las horas que baila frenéticamente el “moribundo”, y su genial forma de morir, digna de alguien como él. Y no hay que olvidar un breve monólogo suyo sobre el tiempo, magnífico, que revela mucho de su forma de pensar. “Nosotros saboreamos el buen tiempo segundo a segundo, como un buen vino, y apresuramos el malo. La gente vulgar, los cretinos, engullen el tiempo como una hamburguesa. ¡Cien años de hamburguesas muy hechas! Todos se apuntarían a eso. La gente vulgar sólo pide vivir cien largos y miserables años, y se sienten estafados si viven cincuenta maravillosos”.
Dos de las mujeres destacan con luz propia: Susan Hayward como Estrella solitaria y Maggie Smith como su enfermera, la única de todo el grupo que parece tener principios, aunque Cecil reconoce en ella a alguien con la misma capacidad de “ladrocínio” que él y por lo tanto posible sucesora. Cliff Robertson está sumamente correcto en su papel, pero desde luego el absoluto rey de la función es Rex Harrison, que está perfecto como el elegante, irónico y manipulador Cecil. Su personalidad es tan poderosa que impregna toda la película, incluso cuando no está presente, y por eso no es de extrañar que al final, cuando ya definitivamente se ha “ido”, su voz en off se encargue de poner el perfecto contrapunto irónico a todo, como la guinda que adorna el pastel. Siempre fue un viejo zorro.
4 comentarios:
Otro hubiese hecho un churro, pero Mankiewicz hizo una maravillosa sonata fílmica aderezada con unos intérpretes singulares.
Los dos tipos pierden brillo a favor de las extraordinarias mujeres, especialmente una, que por respeto a quien quiera verla, no cito.
¿Sabes cómo llamó un crítico anglosajón a esta peli?: "Carta a tres zorras", obviamente refiriéndose a esa otra obra del maestro.
En su día algunos críticos obtusos pusieron pegas a los largos discursos, que aparentemente debilitan el suspense. Nada más lejos de ello. La película es verdadero lujo y Mankiewicz tuvo aún arrestos para "El día de los tramposos" y desdeluego "La Huella".
Un abrazote.
Yo no diría que los protagonistas masculinos pierden brillo frente a los femeninos, Anro, porque Rex Harrison me parece que está espléndido y su personalidad es fascinante. Lo de carta a tres zorras, aunque me parece muy apropiada su comparación con Carta a tres esposas, en este caso ellas no son unas zorras, el único zorro es Cecil y está bien orgulloso de serlo. Lo de los largos discursos ahora saben a auténtico caviar por su rareza
Ya sabes, Alicia, lo que pienso de esta gran e incomprendida película.
Estoy contigo en que los personajes de los varones están bien equilibrados, ya que tanto el Zorro como la Mosca nos mantienen en suspenso. De hecho, incluso el personaje de Adolfo Celi tiene sus buenas líneas.
Normal, habida cuenta de la escelencia del guión que saca buen partido tanto de las dos obras teatrales como de la novela.
Saludos.
Sé que también te gusta mucho esta película, Josep. Cierto que Adolfo Celi tiene momentos muy divertidos, con su familia viendo a Perry Mason en la televisión y su "saludo en usted a la mujer anglosajona"
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