No es ningún secreto, a estas alturas, que Kevin Smith, el único ser vivo en la Tierra capaz de combinar pantalones cortos, camisetas de fútbol americano y abrigos tobilleros (todo tamaño XXXXXL), es uno de los personajes que más nos gustan en la Linterna. Su sentido del humor, su frikismo implacable, su amable impertinencia, ese código de valores de instituto, ese poso de adolescente gamberro que no esconde una pertinaz negativa a crecer, nos pueden. Chicas, cine, cómics, televisión, amigotes (entre los que se cuentan, clarostá, Ben Affleck y Matt Damon) son los satélites del planeta Smith, movidos por la arrolladora verborrea del chico de New Jersey, un conquistador de plateas nato que se convirtió en icono del cine independiente, allá en los 90, para pasar a ser, simplemente, una marca de fábrica. Lo que es, hoy en día, el pesado de Judd Apatow, quien parece que haya descubierto un nuevo tipo de humor cinematográfico basado en mezclar, sin agitar, cultura popular con sexo deslenguado (en otras palabras: R2D2 + tetas). El pater de ese tipo de comedia no es otro que Kevin Smith, mucho más ingenioso, mucho menos pretencioso que Apatow. Y, probablemente, mucho menos cineasta.
Quien más-quien menos conoce la historia de los anales de Kevin Smith (juego de palabras homenaje al protagonista del post). Chico trabaja en tienda-chico tiene 27.000 dólares-chico hace película en tienda. El resultado es “Clerks”, una auténtica revolución en una época en la que el sello “cine independiente norteamericano” (que luego pasaría a llamarse “Miramax”, para luego denominarse, snif, “los Weinstein Manostijeras”). Rodada en blanco y negro, “Clerks” es una hostia de frescura veinteñaera y torrencial locuacidad, realizada con espíritu de ejército de salvación y una capacidad para los diálogos-daga voladora que, literalmente, deshuevó de risa a las sorprendidas plateas (más de 3 millones de dólares de taquilla) y se convirtió en un clásico de culto instantáneo. A ello no era ajeno la personalidad del propio Smith, quien, sabedor de su carisma y amante del compadreo mediático (él mismo se autodenomina “puta de la prensa”), conquistaba entrevistadores allí donde iba, incluida Cannes. “Mallrats” era una evolución lógica, con más presupuesto, un guión más elaborado y más... color. Fue recibida con división de opiniones; está claro que no es una buena película, pero es divertida y, sobre todo, establece lo que se ha dado en llamar el ViewAskuniverse, uséase, el universo-Kevin Smith, en el que la mayoría de sus películas están relacionadas entre sí, con personajes y referencias saltimbanqueando entre ellas: sin ir más lejos, está establecido que “Mallrats” ocurre un día antes que “Clerks”. Los pilares de este universo son Jay y Silent Bob, dos camellos de química (nunca mejor dicho lo de química) insuperable interpretados por el propio Smith (quien asume sus carencias actorales interpretando a un tipo de palabras contadas) y un amigo de su infancia, el extraterrestre Jason Mewes.
Con su tercera película, "Persiguiendo a Amy", se abren los cielos: ¿habemus autor? Agrietado por su experiencia sentimental con Joey Laurie Adams, Smith pergeña una comedia que, aunque mantiene las constantes que le identifican, se construye sobre un argumento elaborado y sólido, un discurso sobre las relaciones y las distintas fases de madurez de hombres y mujeres que se convierte en la, hasta ahora, mejor película de Smith sin discusión. La más ambiciosa, sin embargo, fue su siguiente proyecto, “Dogma”, con un reparto de lujo y un reguero de polémica por su supuesta banalización del catolicismo; a Smith le cayeron hondonadas de hostias (católicas) por un film que, en realidad, mostraba las profundas convicciones religiosas del director neoyorkino. Ávido de ligereza y descompresión, Smith simula que cierra su microuniverso con la publicitada despedida de sus personajes favoritos en “Jay y Silent Bob contraatacan”, en la que desparrama toneladas de autorreferencias y su pleitesía (incluidos cameos de Mark Hamill y Carrie Fisher) a la Santísima Trilogía. Adiós a Jay y Silent Bob. Es hora de madurar.
“Jersey girl” es ese intento de abandono de la pubertad kevinsmithiana, y resulta un auténtico desastre. Apenas sirve siquiera como película de sobremesa de domingo, y el intento por eludir las críticas que había recibido por el escaso pulido fílmico de sus cintas es un fracaso que sólo le servirá, en el futuro, para inventar nuevos chistes sobre sí mismo. Así que Smith decide volver sobre seguro, y retorna a Randall y Dante, los personajes de su iniciación, para rodar “Clerks 2”. Aunque la película no es mucho más que otro speech sobre la madurez bajo el barniz de una sucesión más o menos encadenada de gags, el film funciona entre crítica (ovación de ocho minutos en Cannes) y público. Su último film, “Zach & Miri make a porno”, aún no se ha estrenado por estos lares (otra pa' la saca), aunque las críticas, como casi siempre, han sido bastante dispares.
La pregunta del título del post, observada la carrera del amigo Kevin con cierta perspectiva, es perfectamente válida. En general, su cine, desde el punto de vista del lenguaje cinematográfico, es más bien descuidado y perezoso, no hay un estilo visual, no hay una narrativa a través del montaje o la fotografía. El cine de Kevin Smith no transmite cine, con la excepción de “Persiguiendo a Amy”, que sí contiene soluciones cinematográficas afortunadas. Está claro que Kevin Smith es un dialoguista excepcional, un cajón sin fondo de cultura popular, un guionista de cómics reputado, y un entertainer de primera (sus DVD's sobre sus conferencias en universidades son un must see, y en la Linterna ya hemos colgado un par de ejemplos) con una capacidad para reírse de sí mismo sólo comparable al tamaño de sus camisetas. Probablemente no sea un gran cineasta, pero ver una comedia suya es garantía de un buen puñado de réplicas de carcajada inmediata a golpe de chabacanismo bien entendido. Chabacanismo bien entendido= Chewbacca + chistes de gays.
8 comentarios:
Sin buscarle tres pies a la cinematografía de Kevin, creo que la última que revisaría sería "Persiguiendo a Amy".
De todas formas, Kevin Smith es un gran tipo.
Saludos
A mí Clerks me gustó mucho: tenía frescura, lala leche y ganas de contar una historia. Aparte de la las declaraciones de que para financiarla se vendió su cole de tebeos de Frank Miller (de cuando Miller los hacía buenos), lo cual me dejó con una lagrimita de reconocimiento. "Mallrats" no será "ciudadano kane", pero disfruté de ella como gamberrada a conciencia que era, y de Jason Lee. Y con "persiguiendo a Amy", si, me quedé con la sensación de "jobar, este chico promete"", aunque luego le perdí la pista...
Otra cosa es el SMith guionista de cómics: por Diso que lo correría a gorrazos de mi pueblo hasta Santurce por lo de Karen Page, y por lo de Foggy Nelson ni te digo.
Hoy, compa Marc, y gracias a tu (por otro lado, magnífica en su capacidad informativa y de síntesis, todo conjugado) reseña, voy a poder hacerla más gorda que de costumbre. Y es que de Kevin Smith, no he visto ni muchas ni pocas: no he visto ninguna. Y no lo digo con orgullo, que es de esos directores a cuyas pelis me gustaría echarles ojo. Pero es lo que hay. Ya me pondré a ello...
Un fuerte abrazo y buena semana.
Lo de las conferencias es genial, tiene una capacidad autoparódica increíble. Cuando cuenta lo del proyecto de Superman y lo de la raña gigante es que me parto!! Nunca he vuelto a poder mirar a una araña en el cine de la misma manera!!
Como fan de Smith no voy a dejar de ir a ver la de Zach y Miri... y a estas alturas, como que me da igual que sea buena o mala.
Por cierto en Clerks 2 está la descripción de la trilogía de El señor de los anillos mas desternillante que he oido en mi vida!!
Desde luego, Mobius, Kevin Smith es un GRAN tipo.
Gloria, gran comiquera, me imaginaba que simpatizarías con tito Kevin. De sus películas posteriores a "Amy", salvaría "Dogma",a pesar de su irregularidad, y "Clerks 2". De su carrera comiquera apenas conozco nada, y mucho menos en "Daredevil"; hablan muy bien de su etapa en "Green Arrow", pero lo único que he leído ha sido su recentísimo "Batman: Onomatopeya", que ni frío ni calor.
M-Márquez, qué inmensa alegría me das: esta vez te lo has currado de verdad. Ni una. Sin duda, eres el mejor no-comentarista de nuestro blog. Señor Márquez, progresa adecuadamente. Felicidades.
Marguis, yo tampoco me perderé su última película, ni probablemente la siguiente, ni... siempre hay algo que vale la pena. "Clerks 2" tiene varios gags brutales, entre ellos el que dices, aunque yo me quedo con el "homenaje" a "El silencio de los corderos", para mí una escena absolutamente clásica. De la conferencia que citas, aparte de los hipercomentados clips sobre Superman y Tim Burton, me quedo con su speech sobre el día que vio un video porno casero de Jason Mewes. De verdad que no tiene precio. Saludos a todos.
Pues lleva usted toda la razón querido amigo, este tipo es así y los que nos revolcamos gozosos con su "Clerk" (de vez en cuando tiro del VHS, no la tengo en DVD y me pongo cachondo con ella)seguimos tragando todo lo que nos da.
Como puedes ver ya he vuelto de mi "gira del inserso" sano y salvo, sin que me duela absolutamenta nada ¡nada de nada!
Un abrazote.
Muy bieno tu blog!!!
Me gustaria intercambiar links, visita mi blog.
Saludos.
http://cinemaparadisouy.blogspot.com/
Anro, bienvenido de nuevo a la bloguería mundana. ¿De verdad no te duele nada? ¿Ni un poquito esas ajadas articulaciones? Yo sí tengo "Clerks" en DVD, la versión X aniversario, importada de los Yuesei. Muy recomendable, aunque los extras no están subtitulados y mi inglés no es chespiriano precisamente. Gustavo, nos pasaremos por tu blog, a ver qué tal. Saludos.
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