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MY GENERATION




Es curiosa la marea, cómo se mueve según sople el viento. La muy bastarda. Hace un par de semanas se estrenó en Sssssspain, de una manera inexplicablemente subrepticia, la segunda película como director de Richard Curtis, “The boat that rocked”, que, debido a la absoluta imposibilidad de traducción literal al castellano, se ha titulado celtíberamente como “Radio encubierta” - con lo que, en vez de un significado triple, nos quedamos con uno doble: lo explica perfectamente “La navaja en el ojo” en su blog -. Richard Curtis, por si a algún púber padawan no le hacen tilín las orejas, es una especie de gurú-o-asín de la comedia audiovisual británica. Y si no, repasemos, a Match 3, su carrera.

Curtis empieza en televisión con una asociación que pasará a la historia del medio: Curtis + Rowan Atkinson. Uséase, “The Black Adder” y “Mr. Bean”. Su prestigio regurgita y se multiplica, por lo cual su siguiente paso es el cine, en el que, bajo la dirección del veterano Mike Newell, inventa un nuevo género: la comedia-con-Hugh-Grant. “Cuatro bodas y un funeral” es el gran sleeper de ese y varios años más, y un referente en los comediómetros de la industria. Curtis es la única elección posible para escribir a Bridget Jones, y revienta las taquillas con película y secuela. El siguiente paso es la dirección, y vuelve a comerse el mundo con “Love Actually”, la película favorita de las mujeres cuya 2ª película favorita es “Pretty Woman”. Y sin embargo.

Y sin embargo, su último largometraje, que además del propio gancho de Curtis goza de un reparto extraordinario, cameos incluidos, ha pasado poco menos que de puntillas, no sólo en España, sino en la propia Gran Bretaña, en la que apenas lleva 6 millones de libras recaudadas, según Imdb. Compárese, sin ir más lejos, con su anterior guión, “Bridget Jones: Sobreviviré”, que sobrepasó los 35 millones de esterlinas. ¿Tan poco gancho ofrece un filme sobre música de los sesenta? ¿Influye el hecho de que sea la primera comedia no romántica (con todos los matices que se quiera) de la carrera cinematográfica de Curtis? Para España, voto por la a); en el caso de Uayomini, me decanto por la opción b). En todo caso, proclamo, el ninguneo es injusto. “Radio encubierta”, con todas sus fallas, es una comedia entretenida y honesta, sin demasiadas pretensiones, que más se disfrutará cuanto más fan uno sea de la música sesentera.

Una narración escrita inicial nos sitúa en contexto: en 1966, un comando compuesto por cuatro de los mejores hombres del ejército americ... ay, no. Disculpen, es que hay noticias que afectan a la sensibilidad de uno. Decía que en 1966, sólo existe una radio con licencia, la BBC, que sólo emite dos horas a la semana de música. Varias emisoras piratas sobreviven emitiendo desde aguas internacionales, entre ellas, Radio Rock, que se pasa el día programando la música más actual (y ahora parezco un jingle de Los 40), a través de sus variopintos DJ's y el excéntrico dueño, que recibe la inesperada visita de su adolescente hijastro, al que, por descontado, la experiencia le va a cambiar la vida. Aunque en un principio pueda parecer que estamos ante un retrato generacional más o menos realista, lo cierto es que esta película está muy alejada de esa intención. “Radio encubierta” mantiene las constantes vitales, y vitalistas, del cine de Curtis (tanto de su pluma como de su cámara). Optimismo en vena, joie de vivre salpicada por situaciones de dramatismo solvente, y personajes cincelados con espátula afilada, que enseguida calan en la corriente empática del espectador. La película fluye con agilidad, y, a pesar de que su duración es algo más de lo que recomiendan los cánones del género, se pasa con dinamismo. A pesar de que la excelente banda sonora sesentera es absoluta protagonista, hasta el punto de que varias canciones describen perfectamente las escenas que acompañan (e incluso nombres de personajes, como “So long, Marianne”), no fagocita el film, que descansa en los hombros de sus actores, los auténticos motores del largometraje. Richard Curtis no arriesgó a la hora de repartir papeles, y todos se lucen en registros muy cómodos para ellos, desde el gran Bill Nighy haciendo casi de sí mismo, pasando por los inevitables Rhys Ifans y Nick Frost; y acabando por dos tipos que no tienen registros cómodos, porque los dominan casi todos: Phillip Seymour Hoffman, que sería capaz de interpretar a una prostituta de barrio bajo parisiense del siglo XVI (y clavarla), y Kenneth Branagh, que no sólo interpreta el papel más paródico (el bigotito y algunas erres sospechosamente germánicas son muy poco sutiles), sino también el más divertido, de puro cartoonesco, casi equiparable al Coyote o a Pierrenodoyuna.

La gran pega de este film es su falta de hilo argumental. “Radio encubierta” es, más que nada, una película de sketches, en ocasiones repetidos, apenas engarzados por la confrontación con el personaje de Branagh, que aparece y desaparece con demasiada aleatoriedad. Sorprendentemente, tampoco los diálogos tienen la chispa curtisiana de otras ocasiones: hay más esmero en el slapstick que en la réplica. Y, en especial, chirría el “titánico” final, que subraya la querencia de Curtis por la grandilocuencia empalagosa a la hora de rematar sus historias. “Radio encubierta” es una propuesta resultona y entretenida, sin aspavientos, que por desgracia nada (ojo-juego de palabras) entre dos aguas, sin acabar de decidirse entre el vodevil marino y el costumbrismo de una época de flores, despertares sexuales y rock'n'roll.

6 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

Sobre esta, compa Marc, me concederás, al menos, la indulgencia de su condición reciente (o sea, que, obviamente, y como bien puedes suponer, tampoco...), aunque ganas no me faltan, y menos aún después de leer tu reseña. Por cierto, no hace falta ser mujer para que te guste, y mucho, Love actually; ¿o debería, doctor, empezar a preocuparme...?

Un fuerte abrazo y buen resto de semana.

marcbranches dijo...

La indulgencia que, en este caso, y sin que sirva de precedente, mereces, no es sólo por lo reciente de sus estreno, sino por que no resulta fácil encontrar una sala para verla. Y menos en V.O., que es lo que merece una película con actores británicos de este nivel; en este sentido, ojo a la voz de DJ de Rhys Ifans. Y, de paso, a cierto cameo de élite.

Lo de "Love actually"... bueno, mira, ya me sorprende que la hayas visto... sólo por eso te lo perdono. joder, cuánto perdón: la Linterna ya parece el confesionario del pueblo, leche. Saludos.

ANRO dijo...

Que no, Marcbranches, que no hay que ser tan blando. Tú duro y a darle al látigo, que es lo que se merecen, ño¡

Pues mira tú por donde, que yo andaba un poco desorientadillo, y dejándome llevar por el ínclito Boyero desestimé el producto. Cosa que lamenté por que fuí a ver la geriátrica, deprimente y aburridísima "Vacaciones en Ferragosto" .

Lo de la música sesentera puede ser un señuelo para gentes en edad respetable, like me, pero ya me está empezando a pesar tanta nostalgia y tanta leche.
La noche del sábado se organizó una fiesta en mi pueblo en la que actuaban Karina y "Los Audaces"....graggg¡...me quedé tan pancho en casa gozando con la lectura de "The Watchmen". Luego me enteré que uno de los músicos había sufrido un infarto. En fin. Que cada cosa en su sitio, y un sitio para cada cosa.
Un abrazote

marguis dijo...

A mi la película me pareció una gamberrada total y una escusa para meter música (muy buena música) en la banda sonora. Y la verdad es que no me quejo, solo por el rock que suena vale la pena verla mas de una vez... y a mi Bill Nighy me parece genial, como siempre, este hombre con la edad que tiene y borda el papel como nadie, ¿no hay mas viejos graciosos autoparódicos en Gran Bretaña? Parece que, porque él hace todos los papeles que tengan ese perfil!!!

marcbranches dijo...

Joder, Anro, con el tema del látigo... te veo vestido de cuero y con un cinturón de púas... bueno, mejor no te veo, que acabo de desayunar. Arremetes contra "Vacaciones en Ferragosto" allí donde puedes, observo que te ha dejado marcado. ¿Tan mala es? Asistir a un concierto de Karina y los Audaces (con bis de infarto incluido)te hubiera otorgado un sello diferencial kitsch nada desdeñable. Tú te lo pierdes, por mucho que disfrutases de "Watchmen". Que, por cierto, después de una segunda lectura, muy reciente, me sigue pareceiendo que, por buena y adelantada a su tiempo que sea, sufre una disfunción química (exceso de densidad). La culpa será mía, que soy un zote. Saludos.

Marguis, es una gamberrada adulta, se podría decir. Uséase, con nostalgia y menos destroyer que una gamberrada adolescente. Bill Nighy es genial haciendo de Bill Nighy, aunque hay que recordar que es capaz de interpretar otro tipo de papeles a la perfección. Saludos.

marcbranches dijo...

Pues mira, ahí no te puedo quitar la razón, verdades como puños es lo que dices...

 
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