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UN HOMBRE A UNA NARIZ PEGADO



“Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba
/.../
muchísima nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito”


¿Conoció Quevedo a Cyrano? Lo dudo; debería preguntárselo a Alatriste para saberlo, aunque cualquiera diría que si leyendo este verso. Y sin embargo, me da la sensación que le habría caído bien, a pesar de ser gabacho.
Cyrano de Bergerac es uno de los clásicos indiscutibles del teatro francés, por eso no es de extrañar que acabaran llevándolo a la pantalla, con todos los honores en una lujosa y espectacular ambientación (o sea, tropecientos mil extras), aunque alternándose con escenas intimistas.
La historia de Cyrano aguanta perfectamente el paso del tiempo, porque es un gran personaje: valiente, ingenioso, divertido, generoso, sensible, temperamental, apasionado.... un regalo para cualquier actor, vamos. Aunque está acomplejado por su nariz (aún faltaban muchos años para que Disney nos enseñara que "La belleza está en el interior"), lo que en realidad le hace distinto es su carácter, su profundo desprecio a los aduladores e hipócritas.
Enamorado en secreto de su prima Rosana; una joven bella, coqueta e inteligente (¡l’amour toujours l’amour!), a la que ella le confiese que está enamorada de un atractivo soldado, Christian, se convertirá a su pesar en su inesperado protector, pero como el muchacho es de armas y no de letras, Cyrano se ofrece a escribir en su nombre a Rosana, ya que eso le permite expresar sus sentimientos, sin temor a ser rechazado. El efecto de las cartas es inmediato y Rosana se enamora perdidamente ¿pero de quien, en realidad?
Dos escenas son especialmente memorables, la del enfrentamiento entre Cyrano y un poco imaginativo enemigo que se inicia con un “Vuestra nariz es.... grande” y termina con un duelo rematado con un ya anunciado “Y al acabar, os hiero” (Si el personaje no os ha atrapado a estas alturas, no dudéis en pedir el dinero). La segunda, la del balcón, imitada en multitud de ocasiones, en la que Cristhian se declara a Rosana, mientras Cyrano le va susurrando lo que tiene que decir; la oscuridad de la noche hará que finalmente sea él quien pueda hablar por sí mismo.
Gérard Depardieu tenía que ser Cyrano por narices (hoy estoy de un ocurrente que me salgo), había nacido para ese papel. Vincent Pérez cumple como chico mono, tampoco había que pedirle más.
El poder del personaje es tan grande que el resto del reparto queda empequeñecido a su lado, pero aún así consiguen destacar el conde de Guiche (Jaques Weber), que representa todo lo que odia Cyrano: es arribista, sin escrúpulos, presumido...., o el panadero aficionado a la poesia, y –cómo no- Rosana. Otras mujeres se habrían conformado con un hombre guapo, sin mas, pero ella no, y por eso cree haber encontrado en Christian el hombre perfecto. Pero ya lo dijo el gran Billy : “Nadie es perfecto”.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran película, gran personaje y gran autor.

Un saludo.

DiegoAlatristeyTenorio dijo...

Para opinar de Cyrano y de que trata, no lo haré de forma barata. Mosquetero de narices horrendas que hace de las rimas sus más hermosas prendas. No huye de crítica y mofa, ni esconde la afilada punta de su cofa. Adora más que a nadie a su Roxana, la cual es a su vez más prima que una hermana.

Ayuda con su prosa a un tal Christián, cadete muy esbelto y muy gañán. Este último pretende al mismo amor, que rinde con palabras su mentor. En la película el verso es constante desde el más anciano al más tierno infante...

Tremendo Depardieu!!! Y maravilloso Jean Claude Petit.

Ana Durá Gómez dijo...

Ay, yo quiero un Cyriano con esa poesía bajo los balcones, y esa nariz importante y digna que se lleva todas las miradas, pero qué prosa, qué verso... La nariz? A quién le importa esa nariz con esa lengua y ese corazón.

bye, me voy encantada de haberte visitado.

alicia dijo...

Gracias, Betote y lynnsinhill.
JR, tus versos harían palidecer al mismísmo Rostand,¡ me han encantado!
Hagamos como Cyrano, batiéndonos en duelo frente a la mismísima muerte, para acabar con un solo bien intacto: el orgullo.

Gloria dijo...

A riesgo de parecer -me excuso- monotemática, me gustaría comentar que Charles Laughton estuvo a punto de ser un precursor de Depardieu, aunque el proyecto de filmar Cyrano con él en 1936 no se materializó por la afición del productor Alexander Korda (gran vendedor de amotos) a marear la pava.

Laughton, que de dejó bigote y probóse innumerables narices, acabó por admitir ante el guionista/traductor de Rostand (y despues de recitarle una tirade en el original francés y luego en inglés) que, si bien su versión inglesa era buena, no permitía ejercer la esgrima como lo permitía la francesa ("I can't fence it!").

Viendo la interpretación -y la versión- de Depardieu, y comparándola con la versión Hollywoodense con José Ferrer (un film terriblemente low-budget) es obvio que Laughton tenia razón en que la versión original era mucho mejor de lo que pudiera ser la mejor de las traducciones (y que bien la recitaba Depardieu, Pardieuez!)

alicia dijo...

La verdad es que lo desconocía, Gloria, pero no me parece una mala elección la de Laugthon como Cyrano

Laura Hunt dijo...

Una maravilla de película, y una de las mejores interpretaciones de Depardieu, que está impresionante. Totalmente de acuerdo contigo, Alicia, en que nació para intepretar ese papel... tan solo hubo que agrandarle un poquitín la nariz. Eso si: totalmente imprescindible verla en versión original, porque el francés con esos versos tan bien recitados por Depardieu es un regalo para los oídos... y que traducido no queda tan bien!

Por cierto, que a mi también me parece que Charles Laughton hubiera sido un buen Cyrano.

Juan Ramón: genial tu comentario en verso!

alicia dijo...

Me aleglra mucho verte por aquí, Laura, ya sabes que esta (y la taberna, por supuesto) son tu casa. Es el eterno debate sobre si versión original o doblada, que al tatrarse de teatro en verso hace aún más evidentes las diferencias.

Möbius el Crononauta dijo...

Qué delicia de película, y un De Pardieu inmortal. Y qué emoción.

Buscaba para una entradilla sobre Cyrano y me he encontrado con esto.

Saludos

alicia dijo...

Siempre es de agradecer que se repasen entradas antiguas, Möbius. Grandísimo personaje Cyrano

 
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