Luis Buñuel fue uno de nuestros mayores directores de cine; de hecho durante bastantes años fue prácticamente el único director nuestro conocido en el extranjero, por mucho que quisieran adueñárselo tanto los franceses (monsieur Bunuel), como los mejicanos.
Viridiana fue un intento del gobierno franquista de recuperar a un director que estaba ganando prestigio internacional (¿quien dijo que los dictadores no tenían sentido de humor?), y no estaban desencaminados, pues fue la ganadora de Cannes; pero a la que en el Vaticano vieron la cinta pusieron el grito en el cielo (nunca mejor dicho, aunque al fin y al cabo, deberían estar acostumbrados, ¿no?) y el gobierno decidió prohibirla en España durante varios años.
El genial director calandrino usó de nuevo una novela de Benito Pérez Galdós, al igual que en Nazarín o Tristana, para tratar sus temas favoritos: la religión (o mejor dicho, el ateísmo, gracias a Dios, usando sus palabras), el sexo (fetichismo, necrofilia), la crítica de una sociedad hipócrita y sus dirigentes, sentido de humor cortante como una navaja, todo ello con unas gotas de surrealismo, y usó para ellos a dos de sus actores favoritos: Fernando Rey y Paco Rabal.
Viridiana (Silvia Pinal) es una joven novicia que ha pasado toda su vida en un convento; poco antes de ordenarse recibe una carta de un tío suyo, don Jaime, (Fernando Fey), pidiéndola que pase unos días con él; aunque reacia a dejar el convento, accederá ya que sus superioras así se lo aconsejan, pues es el que siempre ha pagado su estancia (quien paga manda, que decimos en Cataluña)
El sentimiento religioso de Viridiana, centrado mas en su rechazo a todo lo que tiene que ver con la vida y lo material, se nos muestra mediante su aprensión a tocar las ubres de una vaca, su afición a dormir en el suelo o a ponerse una corona de espinas... todo lo que tiene que ver con el cuerpo, según ella, es algo despreciable. Su deseo de hacer una buena obra está mas motivado por su sentimiento de culpa que por otra cosa.
La escena mas recordada es, sin duda, la de la cena de los mendigos (grandes Jose Calvo, Lola Gaos o Maria Isbert, que son conocidos, pero todos los demás están también geniales), parodiando La última cena con el Mesías de Haendel de música de fondo, en la que aprovechando la ausencia de los señores se adueñan de la casa y allí, una vez libres, dejan aflorar todos sus instintos; porque a diferencia de Viridiana, ellos son unos personajes totalmente vivos: contradictorios, con una doble moral que les permite comportarse de una manera delante de su benefactora y de otra a sus espaldas. Realmente inolvidable el mendigo vestido con el traje de novia, arrojando plumas de paloma. La lujuria y los celos (creo que no se les escapa ningún pecado capital; el asesino de Seven se habría puesto las botas) harán que la velada acabe convertida en un desastre, pero sobre todo servirá para que Viridiana replantee su comportamiento, y por fin se desmelene, aceptando la vida. Pero no son esas las únicas imágenes impactantes, también tenemos una cruz que se convierte en navaja o una corona de espinas ardiendo, entre otras muchas cosas. Y luego dicen de El código da Vinci.
La censura hizo cambiar el final, en el que Viridiana entraba en la habitación de su primo Jorge (Paco Rabal) y se cerraba la puerta tras ellos; pero por una vez esto fue positivo, ya que eso permitió a don Luis mostrar un final mucho mas irónico, sugiriendo un mènage à trois entre Viridiana, su primo y la ama de llaves (magnífico personaje y estupenda interpretación de Margarita Lozano), rematado con una frase llena de doble sentido y pronunciada con toda la socarronería del mundo de que era capaz Rabal “desde el primer momento supe que acabaría con mi primita jugando al tute”. Este final la censura lo permitió sin problemas. (Y es que no eran tan mal pensados como nosotros)
Viridiana fue un intento del gobierno franquista de recuperar a un director que estaba ganando prestigio internacional (¿quien dijo que los dictadores no tenían sentido de humor?), y no estaban desencaminados, pues fue la ganadora de Cannes; pero a la que en el Vaticano vieron la cinta pusieron el grito en el cielo (nunca mejor dicho, aunque al fin y al cabo, deberían estar acostumbrados, ¿no?) y el gobierno decidió prohibirla en España durante varios años.
El genial director calandrino usó de nuevo una novela de Benito Pérez Galdós, al igual que en Nazarín o Tristana, para tratar sus temas favoritos: la religión (o mejor dicho, el ateísmo, gracias a Dios, usando sus palabras), el sexo (fetichismo, necrofilia), la crítica de una sociedad hipócrita y sus dirigentes, sentido de humor cortante como una navaja, todo ello con unas gotas de surrealismo, y usó para ellos a dos de sus actores favoritos: Fernando Rey y Paco Rabal.
Viridiana (Silvia Pinal) es una joven novicia que ha pasado toda su vida en un convento; poco antes de ordenarse recibe una carta de un tío suyo, don Jaime, (Fernando Fey), pidiéndola que pase unos días con él; aunque reacia a dejar el convento, accederá ya que sus superioras así se lo aconsejan, pues es el que siempre ha pagado su estancia (quien paga manda, que decimos en Cataluña)
El sentimiento religioso de Viridiana, centrado mas en su rechazo a todo lo que tiene que ver con la vida y lo material, se nos muestra mediante su aprensión a tocar las ubres de una vaca, su afición a dormir en el suelo o a ponerse una corona de espinas... todo lo que tiene que ver con el cuerpo, según ella, es algo despreciable. Su deseo de hacer una buena obra está mas motivado por su sentimiento de culpa que por otra cosa.
La escena mas recordada es, sin duda, la de la cena de los mendigos (grandes Jose Calvo, Lola Gaos o Maria Isbert, que son conocidos, pero todos los demás están también geniales), parodiando La última cena con el Mesías de Haendel de música de fondo, en la que aprovechando la ausencia de los señores se adueñan de la casa y allí, una vez libres, dejan aflorar todos sus instintos; porque a diferencia de Viridiana, ellos son unos personajes totalmente vivos: contradictorios, con una doble moral que les permite comportarse de una manera delante de su benefactora y de otra a sus espaldas. Realmente inolvidable el mendigo vestido con el traje de novia, arrojando plumas de paloma. La lujuria y los celos (creo que no se les escapa ningún pecado capital; el asesino de Seven se habría puesto las botas) harán que la velada acabe convertida en un desastre, pero sobre todo servirá para que Viridiana replantee su comportamiento, y por fin se desmelene, aceptando la vida. Pero no son esas las únicas imágenes impactantes, también tenemos una cruz que se convierte en navaja o una corona de espinas ardiendo, entre otras muchas cosas. Y luego dicen de El código da Vinci.
La censura hizo cambiar el final, en el que Viridiana entraba en la habitación de su primo Jorge (Paco Rabal) y se cerraba la puerta tras ellos; pero por una vez esto fue positivo, ya que eso permitió a don Luis mostrar un final mucho mas irónico, sugiriendo un mènage à trois entre Viridiana, su primo y la ama de llaves (magnífico personaje y estupenda interpretación de Margarita Lozano), rematado con una frase llena de doble sentido y pronunciada con toda la socarronería del mundo de que era capaz Rabal “desde el primer momento supe que acabaría con mi primita jugando al tute”. Este final la censura lo permitió sin problemas. (Y es que no eran tan mal pensados como nosotros)
14 comentarios:
Realmente, a los chicos de la censura les colaban cada gol por la escuadra... ja, ja! (claro, que esta gente nunca se ha distinguido por su brillantez) El final censurado tiene más mala uva que el original.
No hace mucho, Self Styled syren ecribió una entrada sobre Viridiana y le hizo mucha gracia cuando le explique de donde venia lo de la "foto" (detalles estos que obviamente se les pueden escapar en el extranjero).
Por cierto, y ya que habíamos hablado de actores hispanos y voces: Paco Rabal y Fernando Rey son para mi dos ejemplos de que un actor de cine español puede tener una voz perfectamente "microgénuca" y una dicción perfectamente clara (manteniéndose siempre "en carácter"). Siempre he pensado que si Javier Bardem tuviera (o se trabajara) una voz como la de Rabal (o, bien, la de su madre, Pilar Bardem), es que se-lo-comía-tó!
Totalmente de acuerdo, Gloria, para mi las de Fernando Rey y Paco Rabal son dos de las mejores voces que ha habido en el cine español, y es una auténtica pena que los actores de ahora trabajen tan poco la dicción ¿acaso creen que interpretan mejor si no se les entiende?. Para mi de las mejores voces que hay en la actualidad (y que se prodigan poco) es la de Sancho Grácia.
El ejemplo de Sancho Gracia (a quien, como tu dices, no se le va tanto como una desearia) o el de Juan Luis galiardo son ejemplos de actores que, gracias a su voz -y profesionalidad- han sobrevivido con éxito la etapa de galancitos.
Algunos jóvenes actores patrios deberían tomar nota de que hoy en dia hay actores argentinos bastante competentes que son capaces de actuar con buena dicción y sin traza de su acento original si es preciso.
(el de los acentos seria otro tema que daria mucho de sí: en el mundo angloparlante, un actor que no maneje competentemente el acento que se le supone al personaje, lo cruje la crítica sin miramientos)
Hola, he llegado aqui gracias al comentario que has hecho en el foro de 20minutos, con el cual me he desternillado. Azar que me descubre un blog que no conocía, y me doy de lleno en estos comentarios con un tema, el de la dicción, tema que he tocado muchas veces hablando con amigos con relación al cine. Los actores de teatro no sufren tanto de ese defecto, ¿será porque han de llegar a las últimas filas con su voz?. Pero, cuánto mejorarían muchos de los actores que están ahora de actualidad, si vocalizaran, y "dijeran" bien sus papeles. Aún recuerdo una voz profunda, que te llegaba dentro, tanto que hizo una canción en la que no cantaba, sino que sólo decía, me refiero a la de Manolo Otero, que sería lo que fuera, pero la voz que tenía era por sí sola, un derroche de sensualidad, hombría, etc... Sé que lo mismo ni os suena, jajaja, es que a mí me encantaba esa voz, lo reconozco!.
Pues que me ha encantado este blog, suerte y adelante. Saludos
Por partes, que dijo Jack el Destripador: en primer lugar, gracias por venir a nuestro pisito. En segundo, mi opinión sobre el tema de la dicción en este país está reflejada en el post de Soldados de Salamina, así que a él me remito; en tercero... ¿Manolo Otero? ¡OH-DIOS-MÍO! Lagrimones ruedan por mis mejillas... hacía años que no oía a nadie mencionar el nombre de ese artista injustamente olvidado (al mismo nivel de Pablo Abraira). Impresionante.
Shikilla, debe haber un error ¿no somos aburridos? ¡Con lo que nos había costado conseguir esa fama!. Gracias y bienvenid@ El tema de la dicción es muy interesante, y efectivamente la educación teatral hace muchísimo, de hecho es la mejor escuela para cualquier actor.
¿Pablo Abraira? uf! mayores somos, eh! Gavilán o paloma, jajaja, si es que la memoria a veces nos gasta estas bromas! A mi no me parecéis aburridos, la verdad. A lo mejor es que os he probado poco...prometo tomar más!
Qué decir del teatro, me he pasado años haciéndolo, una de mis vocaciones frustradas, pero me he quitado la espinita en parte, gracias al teatro amateur.
Saludos.
Pues si te dijera que recuerdo a mi madre escuchando ene la radio Lucecita, y lo que le gustaba la voz de Manolo Otero....No hay duda,mayores somos , snif.
Lo de aburridos venía por un comentario de calidadbloger.
Por si no leeis en el foro el comentario que os he puesto después de vuestra declaración de principios, que me parece que sois unas (con perdón) cachondas mentales!!, os anuncio que tengo a Manolo Otero en mi casa, en la de aqui, en Shikihouse, pa mi solita!! con su voz y su carita de bueno, jaja, y lo he puesto en honor a vosotras y a nuestro diálogo de ayer. Oye, que ganar no ganaremos pero yo desde luego me lo paso bomba, y además os voto porque me encanta vuestra manera de aburrir a la gente!!
Muchísimas gracias, shikilla, aunque hay algo que su majestad marcbranches difícilmente te va a perdonar: es hombre, no mujer ( o al menos lo era hasta ayer, ya que desde que le llamaron aburrido se ha sumido en una profunda depresión). Ya he visto tu video de Manolo Otero. Tan sólo hay dos palabras para describirlo: im-presionante.
Lamentablemente, aun no he visto esta pelicula. Es mas, tan solo he visto una de Buñuel (sin contar el minidocumental de "Las hurdes, tierra sin pan") que es la de "El angel exterminador" (de su epoca mexicana) y que me parece una maravilla en todos los sentidos.
A ver si le saco tiempo al tiempo y me veo esta peli... ;)
¡Hasta el siguiente post! :P
Una de las pocas cosas para las que puede servir este blog, pelopo, es para recordar o dar a conocer películas que merecen la pena ser vistas, aunque no sean recientes. Si ya has visto El angel exterminador y Las hurdes, y te han gustado, creo que te encantará Viridiana.
Gracias por la despedida, que tiene las palabras mas bonitas que se pueden leer en un blog.
hola.. encontre esto por casualidad i me gustaria tener alguna pelicula de el. fue algo k marco mi vida cuando era una niña.. i aun no lo e olvidado. gracias..
Siento mucho no poder servirte de ayuda, Anónimo, porque desgraciadamente no es que haya mucha distribución de las películas de Buñuel. Lo único que te puedo recomendar es que pruebes a buscar en bibliotecas o hasta en youtube, donde he visto que estaba Las Urdes, Un perro andaluz o La edad de oro, por ejemplo, ya sea entero o en trozos.
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