Hay estupendos ejemplos de asociación de un director de cine con un un músico, desde Hitchcock con Bernard Hermann a Burton con Elfman podríamos nombrar varios ejemplos. Uno de estos casos es el de Kenneth Branagh (¡eh, que os he oído!) y Patrick Doyle. En Enrique V tenemos una buena muestra de ello. Tras el famoso discurso del día de San Crispín, los we few, we happy few que han sobrevivido a la batalla de Agincourt nos muestran lo que queda en una guerra después de las palabras exaltadas de patriotismo: sangre, barro y cadáveres por doquier. Uno de los soldados (el propio Doyle) empieza a cantar Non nobis domine y poco a poco los demás se van uniendo a él, mientras un fastuoso travelling sigue al rey Enrique que lleva el cadáver de un niño (Christian Bale). Todo lo terrible, absurdo y (¿porqué no?) grandioso de la guerra en una escena, en la que la música se ajusta como un guante a las imágenes. Amén.
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6 comentarios:
Está bien esto del chespir(como diría Marc)porque el tío da leña de la buena. Mira que estaba bien esta peli(tal vez cometa una blasfemia diciendo que me gustó más que la del Laurence). El Branagh estaba aquí que se salía. Esa escena en concreto está genial y como bien dices la música le va al pelo. No sabía que el propio Doyle era el que daba la voz cantante y tampoco que ell chiquejo que lleva El Henry a la espalda era Christian Bale.
Lo de amen no lo dirías porque es domingo ¿verdad?....Yo voy a purificar las fiestas lléndome a la playita, aunque el agua del Atlántico está un pelín fría.
Un abrazote.-
Fíjate Antonio que sin proponérnoslo los dos hemos tratado este fin de semana temas que tenían que ver directa o indirectamente con Chespir, porque da para mucho. No eres el único que cree que el Enrique V de Branagh es mejor que el de Olivier. Patrick Doyle tiene muy buena voz, y debe tener un cariño especial a esta canción, ya que la canta en público a la más mínima ocasión, como demostró en el Congreso de Úbeda. Bale repitió con Branagh ya un poquito más crecido en Los rebeldes del swing. Lo del amén lo he puesto porque creía que era lo más apropiado para concluir el Non nobis domine.
Si hay que blasfemar, cinéfilamente hablando, hagámoslo a pares: a mí me gusta más la versión de Kenneth.
Su relación con Doyle viene de antiguo, y lo más curioso es que Doyle es, probablemente, el compositor de música en cine que más sale en pantalla.
Sin ir más lejos, le recuerdo en Much Ado About Nothing y en la última shakesperiana de Kenneth, As You Like It, cantando sus propias composiciones.
De esta no me acordaba, porque hace la tira que no la veo, pero ése es un tema que deberé resolver pronto... :-)
Saludos.
Totalmente cierto, Josep, Doyle ha participado como actor en todas las películas que dices. En esta ocasión para Non nobis domine notuvo que preocuparse por la letra, ya que existía anteriormente,, pero se conjuntan tan perfectamente que es como si la hubiera escrito también.
No puedo evitarlo: se me pone la carne de gallina cada vez que veo esta escena. Es uno de los mejores ejemplos (para mí, claro está) de unión entre imagen y música.
¡Branagh for president!
Cierto que es un magnífico ejemplo, J.A. Lo de Branagh for president estaría mal que lo dijera yo, pero ahí queda.
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