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EL PATIO TRASERO DE LA PASIÓN




El humor inglés. Es curioso: si ud., estimado padawan, hace gala en las reuniones sociales, en las charletas de trabajo o en las torturas familiares, de un sentido del humor irónico, puntiagudo, sarcástico y de cierta finezza en el mandoble, instantáneamente será etiquetado de “humor inglés”. Eso, a pesar de que vocativos como Benny Hill, Rowan Atkinson, Peter Sellers, Spitting Image o Little Britain desmienten la fortaleza de esa relación automática; pero, por lo visto, pesan demasiado en el magín popular los floretes de Chesterton, Wilde y Thackeray... El escribano aquí presente ha portado en sus hombros el peso de dicha etiqueta durante muchos años, lo cual me ha hecho dudar seriamente de la masculinidad de mis maneras; sin embargo, a estas alturas, acopio hecho ya de un grado constatable de madurez, asumo con resignada dignidad mi incapacidad para expulsar esputos con varonil saña, silbar en la mayor con el acompañamiento de dos dedos, o azorar mujeres a golpe de exabrupto levemente rimado. Eso sí, lo del humor británico sigo discutiéndolo. El ejemplo mayestático del concepto es ese glorioso grupo de armadores del absurdo, genios desparramados del humor surrealista, llamado Monty Python. Nacidos y arrojados al estrellato desde el medio televisivo en los setenta, se introdujeron como cachalote en cacharrería en el mundo del cine, un destino tan obvio como peligroso, y triunfaron a lo grande con cosas como “Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores”, “La vida de Brian” o “El sentido de la vida”. Aunque luego esparcieron su sello y su espíritu en filmes como la inolvidable “Un pez llamado Wanda”, después de “El sentido de la vida” no volvieron a trabajar en compacto grupo. Su filme más aclamado, polémico y brillante es “La vida de Brian”, un proyecto extraordinariamente resbaladizo desde muchos frentes (no sólo el artístico) del que salieron con summa cum laude.

“La vida de Brian”, no descubro la Biblia (ups) con esto, concibió dolor de cabeza y malestar general en el catolicismo más o menos inmovilista. Pero los Monty Python se habían puesto a resguardo desde el principio: Brian no es una parodia de Jesús, puesto que Jesús aparece en la película. En concreto, recitando a la multitud el Sermón del Monte, mientras Brian (Graham Chapman) y su madre (Terry Jones) asisten desde la cola de la masa sin enterarse de un pijo. “La vida de Brian”, contra lo que pudiera hacer pensar un superficial y somero análisis, no sacude el cristianismo ni la religión católica. La onda expansiva de la sátira pythoniana es más humanista y profunda, y ahí alberga parte de su inmenso valor: “La vida de Brian” es un ataque frontal contra la idiocia asociativa humana, contra el integrismo ideológico, contra la estúpida figura del líder salvador. Y, afilando más el hacha, nos encontramos con referencias muy concretas hacia la absurda atomización de la izquierda inglesa a finales de los setenta (que los Python representan con el Frente Popular de Judea y sus variantes), la enfermiza enseñanza de las lenguas muertas o, incluso, el cine-espectáculo que en aquella época atestaba las salas -el tema musical de inicio, un calco de los de la saga “007”, o la escena de los extraterrestres, una parodia de “Star Wars” que chirría estrepitosamente-. El grupo británico desmenuza a los revolucionarios y a los antirrevolucionarios, al poder y a la oposición, con la misma precisión quirúrgica; no es casualidad, empero, que el único personaje que aporta algo de sentido común entre tanta barrabasada (ups) sea el propio Brian, que conmina sin éxito a la plebe a seguir sus propios caminos, en una escena que me recuerda mucho a otra de “El club de la lucha”.

Pero es que, además, la película funciona desde la vertiente puramente cinematográfica. Aunque oficialmente está dirigida por Terry Jones, es inevitable vislumbrar la mano del otro Terry (Gilliam) en alguna de las escenas, y no me refiero sólo a los magníficos créditos de arranque, aunque no hay pruebas que me sostengan ante un jurado. El diseño de producción nos lleva a una Judea creíble, zarrapastrosa, ambientada desde los mismos escenarios en los que se rodó el “Jesús de Nazareth” de Zefirelli. La dirección es ágil, menos televisiva que en otros films del grupo, aunque con algún que otro corte abrupto que incide, aunque poco, en la calidad del largometraje. Es una película de sketches, por supuesto, pero hilvanados los suficientemente como para que en ningún momento se olvide que se nos está contando una historia; los gags van del notable a la matrícula de honor: por elegir una, toda la secuencia de la “matinée infantil” gladiadoresca en el coliseum es descacharrante. Aunque quizás la más recordada y polémica es la escena final, en la que John Cleese, Michael Palin y cía. se lanzan al río sin flotador ni bañador Speedo, mostrándonos una crucifixión multitudinaria de lo más indecorosa (“¡crucificádmelo bien!”), cantando todos a coro, bajo el liderato de Eric Idle, el tema musical arriba insertado.

En febrero del 2007, la Iglesia de Santo Tomás Beckett, en Newcastle, organizó una proyección de “La vida de Brian”, con acompañamiento de órgano, libretos, y actrices entre el público disfrazadas con barbas. Fue un exitazo rotundo. Ante las críticas de los grupos ultraconservadores, el reverendo Jonathan Adams, uno de los impulsores de la idea, defendió a ultranza el film, destacando el hecho de que mostrara “cómo la hipocresía y la estupidez podían también afectar a la religión”. Amén (ups).

13 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

Compa Marc: plas, plas, plas... Película tan inmensamente genial no merecía menos honores, desde luego, pero te puedo asegurar que has estado a la altura en tu glosa. Felicidades.

Un abrazo.

marcbranches dijo...

Er... gracias, Manuel. Ejercicio de humildad nº 1.652 (el doctor dice que lo de Mi Majestad y todo eso comienza a ser grave): el mérito es de la película, y no del posteador. Abrazos.

Obsérvese, para dar un toque de amargura a la festividad del post, cómo la sátira cinematográfica ha caído hasta niveles insospechados. Aparte de Michael Moore (documentalista, en cualquier caso), por 25 pesetas, nombres de cineastas que ejerzan la sátira con cierta dignidad. Y al que diga "Borat" le baneo.

Anónimo dijo...

Supongo que debe ser cosa de la edad (glup¡), pero creo que yo sería incapaz de hacer algo tan bien currado y documentado y a la vez con un lenguaje tan divertido y ocurrente.
Los Python han sido un fenómeno en el humor inglés. Cuando yo apenas entendía un pijo de inglés y pasaban los episodios por la BBC, envidiaba a mis amigos John y Nigel, que se descojonaban viendo al grupo.
Más tarde he podido oirlos en su salsa y no tienen desperdicio.
Un abrazote.

marcbranches dijo...

Hostias, anro, pues como sea cosa de la edad, voy a tener que empezar a preocuparme... espera, que abro esta carta... ¿Esta es la mierda de jubilación que me van a pagar? Hablando en serio, el humor de los Python no tiene parangón a posteriori, aunque sí a priori. "The Goon show", el grupo humorístico de Peter Sellers, es un referente necesario. Saludos.

Josep dijo...

Pues esta la tengo pendiente, fíjate tú; si es que ya no queda vergüenza (la tengo toda yo).

Pero después de leer el magnífico comentario, como buen alumno aplicado que soy, me pondré en ello.... tan pronto como pueda... :-)

Cierto es que la sátira bien documentada casi ha desaparecido y podríamos quitar el casi.

Ahora se impone lo políticamente correcto y ningún productor asume el riesgo de una calificación "R" o lo que es lo mismo, el "R"epudio de la Inmensa Mayoría, con lo que ello conlleva en merma recaudatoria...

Vivir para ver....

Saludos.

DiegoAlatristeyTenorio dijo...

Son puntuales los casos en que se puede hablar así de una película, sobre todo tratándose de una comedia, pero no sería justo quedarse corto con esta auténtica maravilla que no sólo desencaja la mandíbula, sino que ataca feroz y a la vez sutílmente un tema de ésta envergadura... Sí le pongo un "pero", y es que es una cinta demasiado conocida y comentada, y quizá por eso dé la sensación de que el impacto no es para tanto, pero nada más lejos de la realidad: yo, por muchas veces que la vea nunca podré dejar de admirar una historia perfectamente hilada, las como siempre tremendas actuaciones, los curradísimos y magistrales diálogos... Coincido en eso de que la paranoia de los marcianos es típico Gilliam que en absoluto daña la película y hace las veces de intromisión de un espacio en otro, algo habitual en la andadura de los Python (recordemos el historiador y la policía en "Los Caballeros de la Mesa Cuadrada" o el constante recurso este tipo hay en "El Sentido de la Vida") que simplemente actúa como juego con nosotros, benditos espectadores... no tiene más y no necesita más.
Como decía, la crítica es indudable e incontestable, no hay una escena improcedente o simplona... pueden estar orgullosos de no haberse quedado cortos ni haber resultado machacones en ningún momento y por supuesto de no tener competencia en su campo ¿hay algo más irreverente y hecho con más inteligencia y conocimiento de causa que ésta historia en cuanto a comedia se refiere? por desgracia, poca cosa... Incomparable este grupo de inglesitos que, bajo mi punto de vista, están merecídamente en la cúspide junto a los grandes, grandes maestros del humor "absurdo' como fueron Keaton, Chaplin o los Hnos Marx.

marcbranches dijo...

Josep, a ver la película lo antes posible. Luego te quejas de mis medidas punitivas... Es obvio, y este tema da para más de un post de opinión, que la sátira, hoy en día, se dedica más bien al mal gusto y a la vida en rosa; y casi pareciera que en el cine se ha convertido en un género en extinción.

Diegoetc., sólo un pero a tu prolija exposición: con todo el respeto para los maestros, esa escena extraterrestre la veo fuera de lugar; la película no necesita del anacronismo en ningún momento para funcionar, y más bien parece un homenaje-cacharrazo hacia la moda starwarsiana. Por lo demás, el mejor ejemplo de la magnitud de la comedia es que, vista hoy, no pierde un sólo ápice de grado de corrosión. Saludos a ambos.

Laura Hunt dijo...

En fin... no tengo más remedio que felicitarte, mal que me pese, porque en este post te has lucido, Marc, debe ser de los mejores que has escrito, y mira que no tengo ganas de pelotearte, que me tienes muy enfadada (no te digo más que he tenido que leer el post con un solo ojo, teniendo como tengo el otro lleno de chanel nº 5, que he tenido que ponerme un parche al más puro estilo Elle Driver...).

Y es que La Vida de Brian se merece todas las alabanzas habidas y por haber, es una de las películas más descacharrantes que he visto en mi vida, tiene tantos buenos momentos que no sabría con cual quedarme, aunque coincido contigo en cuanto a la escena de los extraterrestres, que siempre me ha parecido metida un poco con calzador y que se sale del tono general de la película.

Me ha encantado la anécdota de la proyección en la iglesia de Santo Tomas Beckett. ¡Bravo por el reverendo Jonathan Adams!

PD.: Josep, ya estás tardando en ver esta película, seguro que no te arrepentirás, ya verás... eso si, procura verla en V.O., porque el doblaje no le hace justicia.

Chao!

marcbranches dijo...

Buenobuenobueno (que diría Jesús Puente), qué insistencia en pasarle el cepillo a Mi Majestad. No sé de qué te quejas, Laura, los parches en el ojo son de lo más sexy, y si no, mira (aunque sea con un ojo) a... esteeee... por ejemploooo... bueno, da igual. Son muy sexys y punto. Aprovecho tu comentario para incidir, efectivamente, en que el doblaje no hace justicia al film (como suele ocurrir habitualmente, pero en una película de estas características más), así que me uno a la encarecida recomendación. Saludos.

Hatt dijo...

El único problema que tiene la película (si se puede considerar como tal) es que se ha acabado convirtiendo en un icono pop. Pero sí, en conjunto es grandiosa. Los momentos cómicos se agolpan sin descanso, hay gags enormes. Pero no sé qué hago diciendo esto si ya lo has dicho tú mejor...

Nos leemos.

P.D. Una moneda (o visita ;P ) para un ex-leproso

marcbranches dijo...

Sólo te ha faltado ofrecerme un paquete de kleenex, Hatt... Ahora, cada vez que vea tu avatar, te identificaré con el careto alelado de Michael Palin saltimbanqueando mientras explica su absurda historia. Tú lo has querido.

Observo que muchos interpretáis como un problema el que la película sea excesivamente popular (snobs, que sois unos snobs). Discrepo. Ese detalle da buena cuenta de la grandeza del film, y también de ciertas tragaderas artísticas que existían en aquella época y que ahora no hay ni por asomo. Saludos.

Anónimo dijo...

Lo has conseguido, Marcbranches de los..., aquí me tienes leyéndote, leyendo a tus lectores, todos doctos en la materia y cinéfilos de pro. Delante del teclado y decidiendo "qué poner", "¿Qué carajo digo de La vida de Brian?", miserable de mí que simplemente me des...ternillé (y me descojoné) con cada secuencia ¡¡Y sí!! ¡¡Lo confieso!! viéndola doblada, perdóname Marc. Mi opinión (in my opinion V.O.) es que la dirección es ágil aunque con algún que otro corte abrupto pero es un peliculón y en serio te digo que un abrazo y saludos a la familia (family V.O.)

marcbranches dijo...

La obligada pregunta es: ¿lees y escribes a la vez que planchas? Eso demostraría inequívocamente tu condición de hombre renacentista-multiusos. Quedas perdonado del pecadillo del doblaje, aunque conmínote a comprarte el DVD y disfrutar de la V.O.. Veo tus saludos familiares y los doblo.

 
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