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EL JUEGO DE HOLLYWOOD



DIARIO DE UN DIRECTOR ESTRELLA

26 de Noviembre de 2008

Querido diario:

Mi psicólogo de guardia (hace guardia, en concreto, en una caseta habilitada especialmente para él en el cuarto de las lavadoras), un freudiano de la escuela de Gestalt (en la que suspendía Plastilina Aplicada repetidamente), me ha recomendado que escriba un diario con el fin de reequilibrar el ying con los chakras, o viceversa. Empiezo, pues:

Hoy me he levantado a las 6:00 de la mañana. Mi asistente (en casa tratamos de evitar la palabra mayordomo, por mucho que le obliguemos a vestir un comodísimo frac de aire victoriano) me trae, en bandeja de plata con revestimientos de franela, el habitual (en mis épocas de dieta militar, como es el caso) desayuno ligero: zumo de naranja, raviolis chinos de cerdo teriyaki, quesadillas de langosta granier, rosbif a la mostaza con arándanos “a le matinè”, y tarta de milhojas con salsa tártara (baja en calorías, por supuesto), acompañado todo con un vinito medio, un Latour Chard Gran Ardeche de 1945, envasado por el mismísimo Charles de Gaulle, según dice la etiqueta (en la que, como curiosidad cultural, se puede leer “Made in Taiwan”). No es que me haga falta, pero, por mantener, me he machacado la pelvis, el sacro y algún que otro músculo fusiforme en mi gimnasio particular, del que alguno de los camareros dice que es tan extenso que tiene hasta capital federal. Obviamente, exagera. A las 7:30, recién salido de mi baño de espuma diamantina con extracto de aloe vera recién traído de Curazao, me he dispuesto a leer la selección de prensa que habitualmente me sirve mi mayordomo mi asistente cada mañana mientras me iba poniendo cuatro dedos de Johnnie Walker (le dejé el pulgar). El preestreno de ayer fue un éxito de dimensiones siderales, y las críticas a mi trabajo, como no podía ser de otra manera, van de “sublime” a “deiforme”. Me congratulan especialmente las de las revistas especializadas “Mundo vinícola” y “Mi ornitorrinco y yo”, pero quisiera dejar constancia aquí, querido diario, de la reseña publicada en “Cantimplorama”, ese magnífico magazine sobre senderismo que, habida cuenta del legendario nivel cultural de los profesionales del bien caminar, de vez en cuando publica críticas cinematográficas. Textual: “Nueva y abrumadora victoria artística del director C.J. Mitchplie gracias a su milagroso y definitivo filme “¿Cuánto vale una barra de cuarto?”, que, en su búsqueda elemental de la esencia del alma humana, no sólo se adentra por los vericuetos del carácter vivencial existencialista de Kierkegaard, o reconfigura con pasmosa lucidez la Teoría de la Caverna de Platón, sino que además rediseña de manera lozana e innovadora la receta de los macarrones con tomate. Sin ir más lejos, resulta aterrador, descomunal, el sencillo plano-secuencia de tres horas y diecisiete minutos que narra, con una sencillez expositiva sólo al alcance de los iluminados, el desgarrador caminar del pato pecoso hacia su bebedero, tan sólo interrumpido por el brillante y nada pretencioso anacronismo del aterrizaje de una nave extraterrestre a la búsqueda de cánticos tiroleses. Mitchplie, que ya nos asombró con esa obra maestra, reinventora del arte llamado cine tal como hoy lo conocemos, llamada “La respuesta es la c): luz de gálibo”, y de quién cavilábamos que se había tomado un bien merecido descanso artístico con la comedia ligera “En la cabeza no”, vuelve a desafiar las leyes del género, de todos los géneros, de hecho; así, “¿Cuánto vale una barra de cuarto?” torna a musical durante su tramo central, con canciones compuestas, en un alarde de renacentismo, por el mismísimo Mitchplie. De los veintisiete temas, la mayoría de una brillantez desconocida desde un tal Ludwig Van, se hace necesario quedarse con la emotividad del himno sacro “Habeas petirrojum”, la alegre melodía semicountry “Sillines plegables de Kentucky” y el furibundo metal-rap “Mi chandal no tiene etiqueta, Yo!”. Una euforia perceptual de la que se hace imposible evadirse. Por último, no puedo finalizar la emocionada crónica sin recordar, con lágrimas en los zapatos, el desconsolador final del filme, en el que, sin ánimo de destripar la película, el gurú Ardemaroth (interpretado por la siempre solvente Amanda Groenlöhen) instiga a sus seguidores a lanzarse por las Rocosas al grito de “¡Parasitológico!” en ordenada cola, mientras levita en posición decúbito prono; esta impactante secuencia la cierra Mitchplie de manera magistral en un fundido a amarillo macilento de doce minutos, acompañado del armonioso (aunque levemente distorsionado) canto de un grajo pastinator macho. Inolvidable. Especialmente, para aquellos que, debido a su escaso aguante ante el fundido final, tuvieron que ser ingresados de urgencia por irritaciones en la córnea. Daños colaterales e irrisorios ante la excelsitud de la opera magna que acabábamos de disfrutar. Gracias, una vez más, hossanna, maestro, C.J. Mitchplie.”

No se puede decir que no sea una crítica objetiva, querido diario. Así da gusto tener talento, cuando la gente lo reconoce. Son las 8:00 y en media hora tengo una reunión con la productora “35,62th Sifilis Limited” para comenzar a sentar las bases de mi nuevo proyecto en una recatada y en absoluto ostentosa silla Luis XIV. Luego te cuento.

15 comentarios:

Josep Lloret Bosch dijo...

Esas comillas que cierran (C.J. Mitchplie.") ¿Dónde se abren?

Y si no se abren, ¿porqué se cierran?

marcbranches dijo...

Se abren justo después de "Textual:", abren y cierran la crítica. Joder con la Policía Gramatical...

Anónimo dijo...

Estimado Sr. Marchbranches, su maravillosa, acertada y equilibrada crítica a mi, sin falsa modestia, inspirada película "¿Cuánto vale una barra de cuarto?" me ha emocionado profundamente. Sus perspicaces apuntes hacia el carácter kierkagaardiano, y por que no, sartriano (Se le ha escapado)de mi película son de lo más erudito(prueba de su buena escuela) y de acuerdo con las corrientes que afortunadamente abundan en las revistas especializadas.
En otra onda le diré que he reinventado el musical¿no le parece genial el número "Viennastrasse y a estas horas" donde el dodecafonismo más potente se dasata en ese bemol sostenido final que deja al público colocado y en órbita?
En fin, lo quedo muy agradecido y le invito a que critique mi próximo film "Zancajeando por los árboles" en el que me aplico en los postulados del "dogma".
Suyo afectisimo C.J.Mitchplie

marcbranches dijo...

Sr. C.J. Mitchplie Anónimo:

Por supuesto, la generosidad de la crítica publicada se reduce a tamaño de protón al lado de la majestuosidad de su obra; debido a ello, en la reseña no he podido incluir, por razones editoriales de espacio, las múltiples influencias intelectuales de su obra (el Principio de Incertidumbre de Wittgenstein está muy presente, así como la estructura parabolaria del "Así habló Zaratustra" de Niesztche), ni varios de los temas musicales que también merecen mención. En particular, ese arrebatado tango arrabalero con ritmos procedentes de la tribu beduina baggara llamado "Llora, llora, boluda de Benín". Será un placer reseñar su nueva película según la tarifa acordada.

alicia dijo...

Estais equivocados, la grandeza y la maestría de C.J. Mitchplie ya quedaron totalmente demostradas en esa joya del cine negro llamada "Al menos ahora no podrás decir que te duele la cabeza", donde el uso del travelling en los flash backs ilustraba perfectamente la teoría del big bang de Hawkins (versión big bang bung)

marcbranches dijo...

Pues mirapordónde, opino que "Al menos..." es un film pelín sobrevalorado, en particular porque cuando Mitchplie la concibió yo todavía no era crítico profesional. Es cierto que la fotografía en negativo fue un recurso iniciático de lo más novedoso, pero la inanidad de la dirección actoral (sin duda, Garry Hasslin y Danae Tratchenmlich no eran las mejores elecciones para los papeles de detective zapador y "hermafroditte fatale") hace que la solidez del film, de alguna manera, se resienta. Sin duda, le esperaban tiempos mejores...

ANRO dijo...

Es un placer, señorita Alicia, leer su acertada opinión acerca de "Al menos......". Efectivamente en esa histórica (por muchos conceptos) cinta apliqué una nueva teoría acerca del travelling en su función de jeroglífico coherente. El universo del "noir" se expande y se retrotrae como la ilustración de un spot, sobre todo en la escena del pendiente colgando en cierta parte del cuerpo de la tremenda protagonista Danae Tratchemmlich.
Agradezco su admiración rendida por mi filmografía. Muchos deberían tomar ejemplo.
En cuanto a lo que opina el sr. Marcbrantes no estoy de acuerdo en la sobrevaloración de "Al menos....". Tenga en cuenta, mire usted por donde, que el espacio sonoro, importantísimo en todos mis films, requería efectivamente el uso del negativo. Esto quizá resintió la labor actoral de Garry y Danae, pero ¿qué me dice de ese descubrimiento, que me atribuyo sin paliativos, de la maravillosa Ciccionna Veletta, cuya carrera hacia el estrellato ha roto todas las previsiones?

Beso su mano Sta. Alicia y ya hablaré con usted Sr. Marcbranches de ciertos asuntillos.

marcbranches dijo...

Sr. C.J. Mitchplie Rodríguez:

En primer lugar, espero que el próximo cheque nominativo que me haga llegar no esté a nombre de "Marcbrantes", tal y como me llama en su mensaje, porque en ese caso la generosidad de mis análisis sería un poco menos objetiva. Habla ud. de su "teoría acerca del travelling en función del jeroglífico coherente" con un desmesurado entusiasmo, habida cuenta del escaso eco que ha tenido en las posteriores corrientes fílmicas, siendo ampliamente superado por el travelling en zigzag adyacente en forma de "U", de uso común en la gran mayoría de los directores noveles debido al cómodo manejo que proporciona la "coyote-cam" de 67 mm y un cuarto. En cuanto a Cicciona Veletta, no estaría de más valorar que su fulgurante estrellato se circunscribe a un único género: los títulos de sus tres últimos largometrajes -"Ízame la bandera, marinero", "El caliqueño de mi marido" y "Cañerías húmedas (El fontanero de Trevi)"- dan a entender claramente el género del que estamos hablando...

Josep Lloret Bosch dijo...

Mi ser el primero en comentar; mi no comprender nada entonces; tú no comprender mi; mi seguir sin comprender nada; tu explicar, para que yo comprender; entonces mi poder dormir sin pesadillas.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Señor Marc, me tiene usted hasta los branches, o brantes, o como quiera que sea su nombre! Sepa usted que estoy pensando muy seriamente en la posibilidad de prescindir de sus servicios como crítico en beneficio de la srt. Alicia. Creo que la disposición de ella hacia mi obra es mucho más objetiva y delicada que la suya.
Dado que me marcho a Londres cinco días para ultimar un contrato con la BBC, para hacer una serie histórica sobre el rey Canuto I, no podremos seguir en contacto, así que cerramos discusión hasta mi vuelta.
Su afectísimo C.J.Mitchplie.

marcbranches dijo...

Sr. C.J. Mitchplie Anónimo:

Le sugiero, con el cariño que le tengo desde el volumen de sus aportaciones a mi hipoteca, que recapacite su precipitada postura. Tenga en cuenta que "Cantimplorama", la revista en la que doy cátedra (decir simplemente que escribo en ella sería infravalorarme), disfruta de un merecido prestigio entre la intelectualidad del celuloide; hemos sido iniciadores de la balbuceante pero prometedora corriente artística "La nouvelle foxterrier marsellesa", entre otros logros. Le conmino, pues, a reconvenir su beligerante acitud, so pena de que su popularidad y prestigio se vean zarandeados por alguna que otra crítica desdeñosa. Le recuerdo que tengo contactos en revistas especializadas del calado de "Cine y cerillas", "Interpolanding" o "Superstars y Clicks de Famobil". A su vuelta de la recepción real hablamos.

marcbranches dijo...

Tarz... digo, Josep, no hay anda que comprender ni pesadillas que abandonar. Es un simple relato de ficción satírico, que lo único que buscaba era sorprender a través de la ruptura de la cadencia y contenidos del blog. Está ignominiosamente inspirado en la reciente lectura de "Pura anarquía", el último y descacharrante libro de cuentos cortos de Woody Allen, en el que puedes leer cosas de este estilo, sólo que infinitamente mejores; además, hay cierto aire proveniente de "La conciencia de Zeno", mi libro preferido, en el que un psiquiatra publica las memorias de un paciente suyo por venganza. Todo para satirizar un poquito cierta engolada crítica cinematográfica, además del ombliguismo de algunos artistas (lea ud. cualquier entrevista a Ridley Scott, que cree que ha inventado el cine).

¿Ud. poder dormir mejor ya? Yo esperar que sí. Mí dar abrazo.

Josep Lloret Bosch dijo...

Mi dormir bien ahora. Mi tener también "Pura anarquía" esperando turno. Como tú recomendar, mi poner delante.

Abrazos.

Laura Hunt dijo...

Jajajaja... muchas gracias por el buen rato que me habéis hecho pasar, tanto por el post en si, como por los comentarios que han ido apareciendo y las sucesivas contestaciones. Ha sido muy divertido.

Tengo que comprarme el libro de Woody, por cierto.

marcbranches dijo...

Acabaré pidiéndole royalties a Woody con la publicidad que le estoy haciendo... Comprad, comprad, malditos. Me alegro de que tu sueño vuelva a ser reparador, Josep y de que hayas pasado un buen rato, Laura. Me ha sorprendido que se haya seguido el juego, ha sido muy divertido. Saludos.

 
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