Todo el que haya seguido mínimamente este blog sabe de mi predilección por el cine negro, y en especial el gangsteril, ese microcosmos que sirve de perfecto campo de cultivo para mostrar potenciadas al máximo todas las grandezas y miserias del ser humano: traiciones, ambición, fidelidad, honor.... Pues bien, resultaría un poco difícil encuadrar American gangster en esta categoría, aunque participe en ella, ya que sería una mezcla de El padrino, Serpico o El principe de la ciudad y French connection.
Para empezar he de reconocer que, aunque pretende imitar a grandes clásicos del género como El padrino o Uno de los nuestros, no llega a estar a su nivel, y el querer compararla con ellas es prácticamente una blasfemia, pero si que es de lo mejor que ha hecho Ridley Scott de unos años a esta parte, que ya tocaba desde Alien o Blade runner, aunque sé que una vez mas voy a estar en desacuerdo con Josep (¡qué aburrido sería si todos pensáramos siempre igual ¡)
Con una cuidadísima estética sesentera (y con ésta ya van... ¿qué tienen las películas de los setenta para querer imitarlas tanto últimamente?), se nos explica un hecho real (no, no es una de esas películas de Antena 3 del mediodía)
Frank Lucas (Denzel Washington) es el chofer de un gangster; a la que éste fallece decide ocuparse de sus negocios. Lo tiene un poco crudo: no pertenece a ninguna de las familias mafiosas y es de color, pero admira enormemente a los gangsters italianos, representados por Armand Assante. Se le ocurre una idea: aprovechando la guerra de Vietnam, puede conseguir droga de primera calidad y venderla más barata que sus competidores; nada ni nadie le convencerá para que rebaje su pureza, aunque conseguiría todavía mayores beneficios. Como es lógico, usando el “busque, compare, y si encuentra algo mejor cómprelo”, Lucas consigue un éxito enorme, convirtiéndose en uno de los traficantes mas poderosos de los Estados Unidos.
Richie Roberts (Russell Crowe) es un policía cuya vida es todo un desastre: su mujer le ha abandonado debido a sus constantes infidelidades, pero es un “intocable” como Elliot Ness, y eso hacen de él una “rara avis” del Departamento.
Por lo tanto, tenemos dos personas que resultan molestas a su entorno y que finalmente encontrarán la ayuda que necesitan en la otra, la última persona que habrían pensado.
Los dos protagonistas están muy bien; aunque Russell resulta ganador, Denzel dando consejos de imagen a su hermano o diciendo “amigo” vale la pena. La presencia de un secundario como Jon Polito no deja de ser un agradable guiño para los cinéfilos, pero desgraciadamente no pasa de ahí. Mejor fortuna corre Josh Brolin, que últimamente lleva una meteórica carrera como secundario de lujo.
Una escena creo que resume perfectamente el mensaje de la película: vemos a Frank Lucas con su familia sentados alrededor de una fastuosa mesa para el día de Acción de Gracias, a continuación vemos a Richie sólo preparándose de pie un bocadillo con lo primero que se encuentra en la nevera, y finalmente vemos unos cuantos drogadictos tumbados en el suelo. Todo forma parte de la misma moneda.
La frase final de “Buen trabajo, Lucas ¿Quieres tomar algo para celebrarlo? “ “¿Tienes agua bendita?” vuelve a recordar inevitablemente de nuevo a Los intocables con su antológica “¿Qué va a hacer ahora que ha acabado la Ley Seca, Ness? “Tomarme una copa”
Para empezar he de reconocer que, aunque pretende imitar a grandes clásicos del género como El padrino o Uno de los nuestros, no llega a estar a su nivel, y el querer compararla con ellas es prácticamente una blasfemia, pero si que es de lo mejor que ha hecho Ridley Scott de unos años a esta parte, que ya tocaba desde Alien o Blade runner, aunque sé que una vez mas voy a estar en desacuerdo con Josep (¡qué aburrido sería si todos pensáramos siempre igual ¡)
Con una cuidadísima estética sesentera (y con ésta ya van... ¿qué tienen las películas de los setenta para querer imitarlas tanto últimamente?), se nos explica un hecho real (no, no es una de esas películas de Antena 3 del mediodía)
Frank Lucas (Denzel Washington) es el chofer de un gangster; a la que éste fallece decide ocuparse de sus negocios. Lo tiene un poco crudo: no pertenece a ninguna de las familias mafiosas y es de color, pero admira enormemente a los gangsters italianos, representados por Armand Assante. Se le ocurre una idea: aprovechando la guerra de Vietnam, puede conseguir droga de primera calidad y venderla más barata que sus competidores; nada ni nadie le convencerá para que rebaje su pureza, aunque conseguiría todavía mayores beneficios. Como es lógico, usando el “busque, compare, y si encuentra algo mejor cómprelo”, Lucas consigue un éxito enorme, convirtiéndose en uno de los traficantes mas poderosos de los Estados Unidos.
Richie Roberts (Russell Crowe) es un policía cuya vida es todo un desastre: su mujer le ha abandonado debido a sus constantes infidelidades, pero es un “intocable” como Elliot Ness, y eso hacen de él una “rara avis” del Departamento.
Por lo tanto, tenemos dos personas que resultan molestas a su entorno y que finalmente encontrarán la ayuda que necesitan en la otra, la última persona que habrían pensado.
Los dos protagonistas están muy bien; aunque Russell resulta ganador, Denzel dando consejos de imagen a su hermano o diciendo “amigo” vale la pena. La presencia de un secundario como Jon Polito no deja de ser un agradable guiño para los cinéfilos, pero desgraciadamente no pasa de ahí. Mejor fortuna corre Josh Brolin, que últimamente lleva una meteórica carrera como secundario de lujo.
Una escena creo que resume perfectamente el mensaje de la película: vemos a Frank Lucas con su familia sentados alrededor de una fastuosa mesa para el día de Acción de Gracias, a continuación vemos a Richie sólo preparándose de pie un bocadillo con lo primero que se encuentra en la nevera, y finalmente vemos unos cuantos drogadictos tumbados en el suelo. Todo forma parte de la misma moneda.
La frase final de “Buen trabajo, Lucas ¿Quieres tomar algo para celebrarlo? “ “¿Tienes agua bendita?” vuelve a recordar inevitablemente de nuevo a Los intocables con su antológica “¿Qué va a hacer ahora que ha acabado la Ley Seca, Ness? “Tomarme una copa”
8 comentarios:
Muy buena la peli. Me ocurrió que sus 2 horas y media se me pasaron rapidísimo.
Denzel diciendo "my friend" con una sonrisa que asusta es algo increíble.
Muy bueno el blog.
Saludos!
Pues a mí me parece una película correcta, sin más. No aporta nada nuevo al cine en general ni al género en particular (por cierto, me añado al grupo con preferencia por el cine gangsteril) y sólo se salva de la quema porque está dirigida con pericia y gusto... y porque tiene a dos actorazos en cabeza de cartel, aunque sólo se limitan a cumplir con el expediente.
¿Que voy a decir que no haya dicho ya?
Sólo que desperdiciar a Jon Polito de esa manera debería causar encierro en cárcel de negativo "master" por cien años.
Y que, en justa corespondencia a tu amabilidad, he añadido postdata indicando el camino de esta opinión a los disconformes con la mía.
Saludos y que no decaiga.
Planocenital se ha de reconocer que la película no se hace larga, en efecto,y totalmente de acuerdo con el "my friend" de Denzel; curiosamente han cambiado los papeles de Denzel y Russell desde que hicieron Virtuosity
J.A. bienvenido al grupo pro-gangsteril.
Cierto que desaprovechar a Jon Polito debería considerarse delito, Josep.
Este es mi primer comentario del 2008 y todavía ando un poco "resacao".
Yo sabía, Alicia, que ibas a sacar a tema "American Ganster", por esa razón no he tocado ni um pelo de esta peli en mi blog (un poco abandonado en estas fiestas, por no decir quieto), pero vista la peli tengo que decir lo siguiente. En principio me parece demasiado perfecta hasta el punto de resultar un tanto fría. Ambos intérpretes están cojonudos en sus respectivos papeles. Cada secundario está en el lugar que le corresponde.....pero le falta la chispa de lo siniestro, la maldad que rezumaban las pelis negras de los cuarenta y cincuenta.
Una vez sales del cine, satisfecho por el espectáculo que te han soltado, en cuanto a reconstrucción de época y tal....te quedas un tanto vacío.
En fin, no se trata de nostalgia. trato de decir que tantos medios para acercarnos a una època y a un suceso "real", no siempre consiguen inyectarnos la emoción que requería el asunto.
Un abrazote.
¿Todavía resacoso, Anro? Por lo visto no bridaste con agua bendita.
¿Tan previsible soy que sabías que iba a escribir sobre American gangster? Pero eso no quiere decir que tu no puedas escribir en tu blog sobre ella, faltaría mas. Pero estoy de acuerdo contigo en que le falta chispa, y sobre todo esa maldad del buen cine negro
Pues no se si serás previsible, Alicia, pero yo también tenía la intuición de que ibas a comentar American Gangster en La Linterna, mira tú por donde.
En fin, no tengo mucho que decir, y esta vez lo digo en serio, más que nada porque ya he comentado la película en el foro de Cuenta lo que fuimos, y se que lo has leído, porque tú también la has comentado; pero es que, además, creo que Anro, resacoso y todo, lo ha clavado: estoy totalmente de acuerdo, la película tiene un buen guión, está bien rodada y tiene muy buenos actores, pero le falta chispa, o garra, o emoción, o lo que sea.
Aún así, a mi sus dos horas y media no me pesaron en absoluto.
Saludos!
Vaya, Laura, me habeís dejado frustrada, de modo que dándomelas de experta en Shakespeare y aquí todos esperando a que comente películas de gangsters, desde luego...Por cierto ¿no he comentado nunca que Coppola dijo que si Shakespeare estuviera vivo ahora no escribiría sobre reyes, sino sobre mafiosos? Estoy totalmente de acuerdo.
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