A la que oí los primeros rumores de que se iba a hacer un remake de la última obra de Mankiewicz no pude menos que exclamar lo habitual en estos casos; que era una herejía, que para qué volver a hacer algo que era perfecto, bla, bla, bla. Mas adelante, cuando me enteré que lo iba a dirigir Kenneth Branagh, el guión iba a ser de Harold Pinter y lo iban a protagonizar Michael Caine y Jude Law mi reacción cambió. No eran unos cualquiera, ni mucho menos. Tal vez, por una vez, no estuvieran mal encaminados.
Y partiendo del hecho en que la original es insuperable, sobre la que ya hablé en su momento, decidí ir a ver cómo había quedado al final la cosa.
El hecho de que Pinter se encargara del guión parecía una idea perfecta, ya que pocos como él han sabido tratar la lucha de clases, que es uno de los principales temas de la obra de Anthony Shaffer. Y empieza bien, con el diálogo haciendo distinción entre los dos coches de los protagonistas. Sin embargo, curiosamente, acorta mucho el texto original, que pasaba de dos horas y aquí es de hora y media, con lo que pierde mucho en profundidad acerca de la importancia de los juegos y del poder destructivo de la humillación; a cambio, se saca de la manga unas inesperadas connotaciones homosexuales, que no habrían desagradado al Olivier amante de ostras y caracoles.
Branagh ha querido darle un aspecto totalmente distinto a la película; si en la de Mankiewicz la casa era recargada y llena de juguetes, fiel reflejo de la mentalidad de Wyke, aquí es moderna con una decoración minimalista y todo tipo de alta tecnología. Los tiempos han cambiado.
Pero, sobre todo, es una película de actores, en pleno duelo interpretativo, jugando al ratón y al gato que intercambian los papeles cada dos por tres.
Michael Caine cuando actuó en la original era el perfecto cockney; sabedor de su poder de seducción y ambicioso. Ahora, con un reconocimiento que incluye su título de sir, y capaz de dar lecciones de interpretación con los ojos cerrados,en una ironía digna de Wyke, ha pasado a ser el aristócrata que en su momento interpretó Olivier.
Jude Law demuestra que sigue empeñado en ser el sucesor de Caine; después de Alfie, aquí coge otro de sus papeles mas emblemáticos. Aunque la historia esté situada en la actualidad, el Milo de Law se viste y peina igual que el Caine de los años sesenta. De peluquero, Milo ha pasado a actor; otro cambio.
En resumidas cuentas, es una buena película, pero no está a la altura de la original (como era de esperar), aunque es mejor que ese otro remake encubierto protagonizado también por Caine que fue La trampa de la muerte.
Y partiendo del hecho en que la original es insuperable, sobre la que ya hablé en su momento, decidí ir a ver cómo había quedado al final la cosa.
El hecho de que Pinter se encargara del guión parecía una idea perfecta, ya que pocos como él han sabido tratar la lucha de clases, que es uno de los principales temas de la obra de Anthony Shaffer. Y empieza bien, con el diálogo haciendo distinción entre los dos coches de los protagonistas. Sin embargo, curiosamente, acorta mucho el texto original, que pasaba de dos horas y aquí es de hora y media, con lo que pierde mucho en profundidad acerca de la importancia de los juegos y del poder destructivo de la humillación; a cambio, se saca de la manga unas inesperadas connotaciones homosexuales, que no habrían desagradado al Olivier amante de ostras y caracoles.
Branagh ha querido darle un aspecto totalmente distinto a la película; si en la de Mankiewicz la casa era recargada y llena de juguetes, fiel reflejo de la mentalidad de Wyke, aquí es moderna con una decoración minimalista y todo tipo de alta tecnología. Los tiempos han cambiado.
Pero, sobre todo, es una película de actores, en pleno duelo interpretativo, jugando al ratón y al gato que intercambian los papeles cada dos por tres.
Michael Caine cuando actuó en la original era el perfecto cockney; sabedor de su poder de seducción y ambicioso. Ahora, con un reconocimiento que incluye su título de sir, y capaz de dar lecciones de interpretación con los ojos cerrados,en una ironía digna de Wyke, ha pasado a ser el aristócrata que en su momento interpretó Olivier.
Jude Law demuestra que sigue empeñado en ser el sucesor de Caine; después de Alfie, aquí coge otro de sus papeles mas emblemáticos. Aunque la historia esté situada en la actualidad, el Milo de Law se viste y peina igual que el Caine de los años sesenta. De peluquero, Milo ha pasado a actor; otro cambio.
En resumidas cuentas, es una buena película, pero no está a la altura de la original (como era de esperar), aunque es mejor que ese otro remake encubierto protagonizado también por Caine que fue La trampa de la muerte.
10 comentarios:
Sea como sea, habrá que verla, tarde o temprano, mal que convengo contigo en que no espero que supere a la original.
Dime, Alicia: ¿La has visto en v.o.?
Muchísimas gracias por el descubrimiento de las lecciones de cine de Sir Michael, hallazgo sobresaliente.
¿Sabes? cuando ví La trampa de la muerte, también me acordé de Sleuth.
Saludos.
Si no fuera, compa Alicia, porque uno piensa (coñas aparte...) que hay que verlas todas, ésta es una de las que te podría asegurar que jamás se me ocurriría ponerle la vista encima. Especialmente, si tengo en cuenta que anda por medio un caballero cuyas ínfulas artísticas ponen el listón de su vanidad tan, tan alto, que, por más que se eleve su talento (que no niego yo que lo tenga, aunque bastante menos del que creo que él cree que tiene...), jamás va a llegar a alcanzarlo. Y a buenos entendedores, no creo que haga falta ni que cite su nombre...
Un abrazo.
Desgraciadamente no la vi en v.o., Josep, porque la voz que le han puesto a Michael Caine no me acaba de convencer. Seguro que gana mucho en v.o.
Me alegra que te haya gustado la master class de Caine, a mi me pareció una gozada. Habría sido un gran profesor, también.
Es inevitable acordarse de La huella viendo La trampa de la muerte.
Que sepas, compa Manuel, que criticar a mi Kenny en este blog es considerado delito grave, castigado con ver todas las películas de Andrés Pajares y Fernando Esteso. Por ser la primera vez no se te tendrá en cuenta.
Manuel, no sabes lo que has hecho... mucho peor que hacer una caricatura de Mahoma... cuando a Alicia le tocan a Kenny se vuelve verde y sólo habla a base de gruñidos salvajes...
Requisito indispensable para que me ponga a ver un remake como ése es el idioma, así que me temo voy a esperar que salga en dvd: total, dos meses, tres, a lo sumo.
Lo de las master class, he visto que hay hasta seis y que el que las colgó se ofrece a remitir un dvd; lo malo es que ya hace un año. Veremos...
Manuel: muy bien, hombre, así se hacen amigos.
¡No te digo!
XDD
Saludos.
Alicia, en serio, hace como una hora que leí tu post y me disponía a escribir un comentario, pero Michael Caine no me ha dejado hacerlo (es culpa suya, que conste). Me explico: es que he pinchado el enlace que has puesto con su clase de interpretación, y ya no he parado hasta ver las seis partes. ¡Menudo maestro de lujo! y la verdad es que, después de escucharle, se valora incluso más el trabajo del actor de cine. Pena que esté tan des-sincronizado el sonido.
Bueno, a lo que íbamos, o sea, a la película en cuestión. Pues... eso: que ni de coña puede compararse con la original, pero eso ya lo sabíamos de sobra antes de verla, porque la película de Mankiewicz es insuperable. El mayor aliciente del asunto está en ver a Michael Caine haciendo el personaje que hacía Olivier en la original. Como era de esperar, está perfecto. Jude Law se las apaña bastante bien para darle la réplica y, aunque en algún momento se le va un pelín la pinza y sobreactúa un poco, en otros momentos está muy bien.
Lo que es curioso es que, cuando veo la película de Mankiewizc, a pesar de que la he visto varias veces, siempre consigue engancharme, y siempre me creo todo lo que está pasando, casi casi, como si la viera por primera vez. Sin embargo, con la nueva versión, como (lógicamente) ya sabía lo que iba a pasar, no podía evitar adelantarme todo el rato a la acción mentalmente.
Y la cuestión es que no es una mala película, pero....
PD: Manuel, hombre, pero ¿cómo se te ocurre ir a meterte con Kenneth Brannagh precisamente en este foro? ¡¡¡madre mía, que valor el tuyo!!! menos mal que parece que has pillado a Alicia de buenas, porque yo cuando lo leí, me temí lo peor.
Ya veo, Josep y Laura, que os ha gustado el video de Michael Caine, me alegro. La verdad es que habría que poner un monumento a Youtube porque te encuentras auténticas joyas.
Detalles como la manera de afrontar el final de Michael Caine en la original, dándole al mando para que suene la risa burlona del muñeco del marinero borracho, mientras el personaje de Olivier se desmorona mentalmente, son los que he encontrado a faltar. Es que La huella es mucha huella.
Bueno, pues antes de leer el post, tenía que ver la peli y ya está hecho (en versión original además, para saborear el acento británico a gusto). Mis impresiones son, aproximadamente las que me esperaba: que es muy osado embarcarse en remakear lo que es inremakeable. A pesar de que tanto los actores como la dirección sean muy buenos (impresión de otro acólito de la religión Branagheana), el guión cojea por todos lados y es imposible evitar la comparación.
Vamos, que no la disfruté nadita.
En breve, mis impresiones en versión extendida en mi mundo.
Pues estoy de acuerdo contigo, Heitor, creo que el mayor fallo de la película no son las interpretaciones ni la dirección, sino precisamente el guión, por mucho que me duela reconocerlo, ya que de entrada Pinter parecía perfecto para ello, pero la obra de Shaffer es mucho mas rica y perversa
Creo que los que hicieron este remake sabían los problemas que tendría por eso y por que creo que hay films que no se pueden hacer dos veces creo que no resultará. Saludos!
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