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LA CULPA ES SUEÑO


Confieso que tenía el arranque de la crónica delineada en mi cabeza. Pensaba hablar del excesivo tiempo que hace que Woody Allen no filma en su ciudad fetiche, New York, debido a la esclavitud de la financiación europea; de la reiteración de sus propuestas temáticas; del deje acomodaticio que desprenden sus últimas películas; de la necesidad de que le imponga un paréntesis a su endiablado ritmo de película por año, etcétera. Fui al cine predispuesto a ver una obra fallida, si no directamente mala, de mi bienamado Woody, y a perdonarle indulgentemente en nombre de su majestuosa carrera. Y sin embargo...

Malditos prejuicios: vayapordioshombre, me gustó “El sueño de Cassandra”.

No llegaré a los límites de algún apasionado allenista, que ha llegado a considerar “Cassandra’s dream” como una de las obras maestras de la década. Pero sí me ha parecido muy superior a las expectativas creadas por la mayor parte de la crítica, tanto la especializada como la amateur (aunque en Imdb, de momento, lleva un 8’3. Siempre nos queda el espectador). Por supuesto respeto las opiniones (todos tenéis derecho a equivocaros), e incluso puedo entender los aspectos criticables de la película. Lo que me cuesta asumir es por qué los mismos que aceptan, e incluso encumbran, “Match point”, ponen a caldo “El sueño de Cassandra”. Porque esta última no es más que una vuelta de tuerca temática sobre la primera (aunque también habría que apuntar hacia “Delitos y faltas”, seguramente la mejor de las tres), una variación sobre los habituales asuntos morales de Woody cuando se pone serio: el sentimiento de culpa, la ambición humana como motor de nuestros sueños y de nuestras debilidades, el engaño de la propia conciencia. No es algo que me guste hacer, puesto que cada película tiene su voz propia, pero se hace necesario hacer una comparativa con la celebrada “Match point”, ni que sea en algunos aspectos. En primer lugar, el contorno de la historia es totalmente distinto: en la película que nos ocupa, nos encontramos en una atmósfera industrial, proletaria, de naves, talleres y puertos con olor a viejo; nada de la alta alcurnia, la elegancia y el predominio del verde de “Match point”. Esos dos hermanos, Ian (Ewan McGregor) y Terry (Colin Farrell) cuyos sueños se inician y acaban en un pequeño barco, huelen a grasa de garaje y a lluvia londinense. Sus vidas llevan caminos dispares, pero están extraordinariamente unidos: como dice su madre, “lo que importa es la familia”. Y de ese slogan corleónico se aprovecha el tío Howard (Tom Wilkinson), el miembro triunfador de la estirpe, millonario morador de la California más pija, para encomendarles un favorcito: cargarse al típico contable tocahuevos que no te deja malversar en paz. Y aquí se inicia el tour de force quirúrgico de Allen. Tito Woody se aprovecha de la ventaja de que tiene a mano dos personajes (en lugar del único de Jonathan Rhys-Meyers, Chris Wilton, al que se asemeja, sin duda, el Ian de Ewan McGregor) para profundizar más en las obsesiones a estudio. Así, el director judío nos embute un insistente e incómodo diálogo interior generado por los dos lados de una conciencia que representan los dos hermanos, que, de hecho, para mí casi son un sólo personaje. Allen va más allá que en “Match point”: allí donde a Chris se le acababa la culpa embriagado por el éxito, Terry fracasa miserablemente, incapaz de remontar el peso de sus pecados (estos irlandeses, tan católicos) (algunos...). El discurso funciona, a pesar de que en ocasiones se puede tachar de discursivo, cuando no de directamente reiterativo, al mostrarnos a las dos conciencias durante algunas escenas sin moverse un ápice de sus posiciones, uno tratando de mirar hacia delante y el otro lloriqueando su culpa.

He de admitirlo: Colin Farrell, un actor al que odio cordialmente, está atinado en su composición del turbio mastuerzo de carácter enclenque y perdedor, que sólo se permite un momento de liberación espiritual justo después del asesinato cometido, al hacer arder en el fuego liberador las armas del delito. Ewan McGregor, tan solvente como acostumbra, consigue que su arribista con ínfulas de empresario no resulte mezquino a los ojos del espectador. Además, hay que destacar a Hayley Atwell, la carnal aspirante a actriz que enreda a Ian, que bien pudiera ser, en cierto aspecto, la Casandra del mito. El ritmo del filme es tan ágil como acostumbra en Allen, que suele dejarse de zarandajas y llena de elipsis la narración; y, como gran novedad, la música de Phillip Glass adereza la función. Aunque Glass suena cada vez más a Glass, tito Woody consigue que la presencia de su partitura no fagocite la película (véase “Las horas”), y acompaña a la perfección la atmósfera trágica de la historia. “El sueño de Cassandra”, en definitiva, es una buena película que, por supuesto, habla de unas obsesiones muy reconocibles en la filmografía de Allen, pero no por ello menos válidas; y, en cualquier caso, es una película con más chicha, aunque quizás menos vistosa, que “Match point”. Despójense de lecturas oficialistas de festival y, si su espíritu es allenista, vayan a verla; a lo mejor su director favorito les sorprende y no les decepciona. Eso sí, Woody, te lo ruego por el wonderbra de Scarlett: cámbiale el título a tu película barcelonesa. Que parece un anuncio de contactos, leche...

14 comentarios:

Josep dijo...

Tu estimulante comentario, Robin, err.. digo, Marcbranches, me ha abierto el apetito de degustar nuevamente una película de Allen; ya me parecía que ese supuesto bajón después de Match Point era cosa de críticos mal pagados.
En cuanto a lo del título, coincido: esperemos que sólo sea en fase de preproducción.
Saludos.

Castigadora dijo...

Me alegra encontrarme con este post, lo cierto es que me ha entrado curiosidad por ver la película, la había pasado un poco por alto, me sentía algo saturada de Woody, pero tu alegato me ha estimulado, intentaré verla a ver su es cierto que cumple con las espectativas que siempre crea un director como Woody Allen!
Saludos!

marcbranches dijo...

¿Robin? ¿Es que no has visto la capucha y las orejas puntiagudas, Josep? Por lo que estoy leyendo en las últimas horas, parece que el mester de bloguería ha aceptado mejor la película que la crítica oficial. parece que sí que tenemos voz propia... Castigadora, creo que valdrá la opena que hagas el esfuerzo. Si luego hay quejas, eso sí, ya sabes a quién dirigirte. A Alicia.

Laura Hunt dijo...

Que casualidad, acabo de venir ahora del cine de ver El Sueño de Casandra y me encuentro con tu post. Y, lo que es más, estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices. He salido del cine desconcertada, pero no por la película, sino porque, después de todos los comentarios negativos que había leído me esperaba poco menos que un desastre, y resulta que a mi me ha parecido una muy buena película. Vale, quizás Woody se repita, y puede que no esté entre sus grandes obras, pero a mi me ha gustado.

Es cierto que en su temática se parece a Match Point (y por extensión a Delitos y Faltas), pero a mi esta me ha parecido incluso más negra y trágica, si cabe, y los actores, como es habitual en las películas de Woody Allen, muy bien. Tanto Colin Farrell como Ewan McGregor me han gustado mucho (Ewan un poco más). Interesante tu apunte de que son como los dos lados de una misma conciencia.

A ver ahora que nos depara su película barcelonesa, y esperemos que lo único malo que tenga sea el título.

Saludos!

marcbranches dijo...

Es lo que tienen mis posts, que son tan dinámicos que se van encontrando a la gente por ahí. Efectivamente, es más trágica y negra que "Match point"; algunos hablan de toques de humor que yo no vi por ningún lado. Yo también espero que lo peor de su película-BCN sea el título, pero, no sé por qué, me da mala espina...

Hatt dijo...

A falta de ver ésta, decir que Matchpoint no me convenció. Y que puestos a hablar de vueltas de tuerca de una misma historia, Scoop también es una vuelta de tuerca de Matchpoint, sólo que en esos la pelota no pasa...

Nos leemos.

marcbranches dijo...

¿Crees que "Scoop" es una vuelta de tuerca de "Match point"? Yo no lo tengo tan claro. El paralelismo estaría, supongo, en el personaje de Hugh Jackman; pero la película obvia su punto de vista, no se interesa por él, sino por las correrías cómicas de la pareja Allen-Johansson, y de hecho lo vemos permanentemente con los ojos del personaje de Scarlett.

Sesión discontinua dijo...

Totalmente de acuerdo Marc: aisladamente (algo que no siempre nos es posible hacer en el caso de Allen) "Cassandra's dream" es una buena película. Esa manía nuestra de comparar (bendita en otros contextos, aquí nos perjudica).

Nos leemos!!!

marcbranches dijo...

No me gustan demasiado las comparaciones y las referencias cinematográficas, tienden a llevarte hacia el exhibicionsmo crítico más que al análisis de una película. Es legítimo compararla con "Match point", pero sólo para reforzarla como una película con discurso propio. Un saludo, sesión.

Anónimo dijo...

Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas


Los críticos han exagerado un poco. Para mí es una buena película, aunque no es de lo mejor de Allen, eso está claro. Lo que es injusto es que se compare solamente con MATCH POINT. Por qué no se dio tanta caña a TODO LO DEMÁS o CELEBRITY, por ejemplo???,

Saludos.

BUDOKAN dijo...

La otras caras o mejor dicho las mil caras del amor, siempre el tema de Allen. Coincido en que el título de su próximo film es malo. Saludos!

marcbranches dijo...

Alberto, hubo una época en la que a todo el mundo le parecía bien cualquier cosa que hacía Woody Allen; es obvio que, a película por año, no podía acertar siempre. "Celebrity" me parece interesante, y "Todo lo demás" entretenida y con alguna escena "mítica", como la del rapto de ira del personaje de Woody al ver que le roban el aparcamiento. Hay películas de esta época más flojas, como "Granujas de medio pelo" o "Un final made in Hollywood", que parten de muy buenas ideas pero que se desinflan progresivamente. Desde "Scoop" parece que toca darle caña...

Saludos, budokan. En todo caso, las caras oscuras del amor; aunque Allen toca muchos más temas que este. En este caso, el amor aparece de manera muy tangencial, como detonante de las decisiones del personaje de Ewan McGregor.

jazzman dijo...

Totalmente en que su temática es grandiosa y una vuelta de tuerca a lo iniciado en Match Point, pero para mí tiene dos fallos: los actores (sobretedo Ewan anfetamínico MacGregor) no aportan tensión a las situaciones, como resultado de que el espectador no se involucre en sus problemas, y el segundo, ese final tan sumamente precipitado, se quedó sin presupuesto?

Saludos!

marcbranches dijo...

Hola jazzman. Lo de los actores es cuestión de gustos, yo creo que los dos están bien, en especial, y muy a mi pesar, Colin Farrell, que matiza su personaje de una manera inesperada (incluyendo esos kilos de más respecto a, pongamos por caso, "Alexander"...). Creo que la sonrisa inocente de Ewan le da un punto muy adecuado a la ambigüedad moral de su personaje. En cuanto al final precipitado, es una característica común de las películas de Allen, y no me parece que sea, ni mucho menos, el más abrupto de cuantos haya filmado: "Poderosa Afrodita", "Misterioso asesinato en Manhattan"... Quizás es uno de sus defectos más acusados, la dificultad para darle a sus finales el tono adecuado. A veces parece que llega exhausto al acto final de sus escrituras, o, simplemente, que no le gusta alargarlos, le sonará a artificial. No lo sé. En "El sueño de casandra" me chirría menos que en otros filmes suyos, la verdad...

 
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