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SILBANDO AL TRABAJAR




He de reconocer que el género bélico no es mi favorito, pero aún así tiene películas muy buenas, encabezadas por Apocalypse now. En esa selección no podría faltar El puente sobre el rio Kwai.
David Lean fue único, ya que nadie ha sabido mezclar como él las superproducciones con un toque intimista y profundidad psicológica de sus personajes. Escenas de miles de extras, si, maravillosamente coordinados, pero combinadas con otras donde lo que importan son los sentimientos de los protagonistas.
En El puente sobre el rio Kwai nos encontramos ante un duelo de dos personajes, que aunque no están constantemente en la pantalla, son los que mas atrapan al espectador. Por un lado el coronel Nicholson (Alec Guinness), y por otro el coronel Saito (Sessue Hayakama). Los dos viven entregados totalmente al ejército, pero su mentalidad es muy distinta. Para Saito los prisioneros son despreciables, ya que es una deshonra para un soldado ser detenido, y en el caso del regimiento de Nicholson, que se ha entregado voluntáriamente cumpliendo órdenes, aún valen menos. Saito tiene la mentalidad del samurai.
Nicholson vive para cumplir las normas, su primer enfrentamiento con Saito será cuando le recuerde que el Tratado de Ginebra prohíbe que los oficiales detenidos hagan trabajos, pero Saito se pasa el tratado por la funda de la katana, ya que lo considera una cosa de nenazas comparado con el bushido.Pero la voluntad de Nicholson hace que consiga su propósito, lo que provoca lágrimas de rabia de su rival al oir los gritos de entusiasmo de los compañeros del coronel británico al salir de su celda de castigo.
A partir de aquí Nicholson se obsesionará con una cosa: ha de demostrar a los japoneses que los británicos son superiores a ellos, y quiere conseguirlo construyendo el puente que tenían que hacer, pero de una manera perfecta. Para ello no dudará en decir donde digo digo digo diego y emplear a los oficiales en el trabajo, así como a los enfermos.
Lo que no sabe el coronel es que los británicos tienen pensado volar el puente. El colmo de los absurdos: los mismos que se empeñan en construirlo quieren destruirlo.
Tan sólo hay un momento de paz entre los dos rivales, cuando se ha acabado de construir el puente y por fin se hablan el uno al otro de igual a igual, ya que han conseguido ganarse el respeto del contrario.
Sólo hay dos personas que mantienen la cordura, Shears, (William Holden), un soldado americano (“demasiado excéntrico, hasta para un americano “ según Nicholson), todo un cínico y vividor como demuestra en su sarcástico discurso ante una tumba rematado con un contundente "descanse en paz, ya que poca paz tuvo en vida ", y el doctor del campamento, que prefiere ver todo desde la distancia porque lo encuentra incomprensible, y es el encargado de decir el epitafio final “ ¡Qué locura! ¡Qué horror!”. Si, Kurtz, tu también estuviste allí.
Alec Guinness, el actor fetiche de Lean, uno de los mejores y mayores camaleones que ha habido, consiguió una de sus interpretaciones mas recordadas, aparte de Obi Wan Kenobi, nuestra única esperanza , ¿y quien no ha silbado alguna vez la famosa marcha?

10 comentarios:

DiegoAlatristeyTenorio dijo...

Obra maestra indiscutible del cine. Atípica película bélica sin apenas escenas de acción, centrándose más bien en dilemas filosóficos de los personajes : el orgullo y el deber.
Mientras que el personaje de Guinness pone por encima su orgullo de su deber, el coronel japonés deberá agachar la cabeza para cumplir su deber. El personaje de Holden, un hombre que ve la guerra como algo estúpido y sin sentido, será obligado por el deber.
Con escenas de gran fuerza, como la última (que no comentaré para los que no lo hayan visto), cierto carácter antibelicista (sin ser un panfleto) y una melodía archiconocida (gracias Sir Malcom), El puente sobre el río Kwai es una de las grandes películas del cine, todo un símbolo.

David Lean era un auténtico maestro y es posiblemente el director que mejor ha sabido reflejar la épica ("Lawrence de Arabia", "Doctor Zhivago", "El Puente Sobre...); la fotografía de la película es un lujo (como suele ser habitual en la filmografía de David Lean); las interpretaciones son de primer orden (que grande era Sir Alec Guinnes!); y el ritmo narrativo perfecto (pese a la larga duración del metraje no se hace pesada en ningún momento).
Obra maestra absoluta... es lo logico si asocias en un mismo proyecto a gente como David Lean, Alec Guinnes, William Holden...) Aunque mi preferida sigue siendo "Lawrence de Arabia".

BUDOKAN dijo...

Qué se puede añadir a lo que mencionas que es bastante completo. Parece que los prisioneros de guerra antes tenían demasiada dignidad, quizás el mundo era otro. Nunca voy a olvidar cuando someten a Guiness a la tortura del calor. Lean era un genio del montaje y será por eso que no podía hacer películas de poca duración parecería ser un arquitecto de mil planos. Saludos!

Anónimo dijo...

es un caso raro en esto del cine bélico, raro pero exquisito!

alicia dijo...

Efectivamente, JR y Persio, es una rareza dentro del cine bélico, pues se centra mas en enfrentamiento psicológico de Saito y Nicholson que en las escenas de acción; mi escena favorita es la de la conversación en el puente entre los dos rivales la noche antes de la inauguración, aunque no por eso deja de ser menos inolvidable la primera aparición de Nicholson y sus hombres, silbando, llenos de polvo y con los zapatos destrozados, pero sin dejar de marcar correctamente el paso.
Yo también prefiero Lawrence de Arabia, por la fascinación del desierto y las dunas y la complejidad de la personalidad de Lawrence.
Budokan, el montaje de las películas de Lean siempre ha sido modélico; una pequeñísima muestra: tras la fuga de Holden se habla del calor insoportable, se enfoca al sol y aparece Holden desfallecido. Toda una lección de buen cine.

J. dijo...

te felicito por el blog, los post tienen mucho trabajo, se nota.
saludos

alicia dijo...

Muchas gracias, Javier; aunque sarna con pica no rasca, siempre es de agradecer que se reconozcan los esfuerzos.

Alicia Mora dijo...

Uff..cine belico....ays madre..de la única peli que recuerdo q me emocionó es "Jony cogió su fusil"..

Hace siglos que vi El puente sobre el rio...tocaya.No estaría mal recordarla aunque sea para profundizar más en la historia y en los personajes.
Un buen post y coincidiendo con javier, muy currados los dos.
Pd. tocaya te espero en Madrid el lunes para ver la obra de teatro "La voz de Rachel Corrie"???
Un abrazo

Alicia Mora dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Laura Hunt dijo...

Pues hace muchísimo tiempo que vi El Puente Sobre el Río Kwai y, aunque se que me gustó, por desgracia, la recuerdo muy vagamente, pero tu post me ha metido las ganas de volver a verla.

A la otra Alicia: yo también he visto Johnny Cogió Su Fusil, y hace ya bastante tiempo, pero ha sido una de las películas que peor me lo han hecho pasar en mi vida. No te digo más, que esa noche no fui capaz de pegar ojo. Una película dura e impactante.

alicia dijo...

Gracias, Alicia; comprendo que no te guste el cine bélico, porque supongo que al igual que yo crees que las guerras son algo absurdo, que sólo generan muertes, dolor y odio; pero El puente sobre el rio Kwai no es una película bélica como las demás, las escenas de guerra son muy escasas y lo que cuenta mas es el enfrentamiento psicologíco de los dos personajes.
Me temo que no podré estar mañana en Madrid para el estreno de la obra, pero contad con todo mi apoyo.
Si he conseguido que tengas ganas de verla, Laura, ya puedo darme por satisfecha

 
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