Pues por lo visto ha llegado el Extremo Oriente a El Corte Inglés, ya que seguimos con el cine asiático (Scors, por si acaso nos hubieras leído últimamente, no seas demasiado duro con nosotros). Estamos en China, en el año 859 a.C.; gobierna la dinastía Tang, que está en decadencia y tiene al pueblo muy descontento, lo que ha originado que aparezca una sociedad secreta, las dagas voladoras, una especie de proscritos de Sherwood que se dedican a robar a los ricos para darlo a los pobres. Intentando descubrir al jefe de esa organización, dos militares, Leo (Andy Lau Tak Wah) y Jin (Takeshi Kaneshiro), se dedican a investigar a una joven bailarina ciega, Mei (Zhang Ziyi), pues sospechan que puede ser la hija del fallecido jefe de la banda, por lo que uno de ellos se hace pasar por un guerrero solitario para ganarse su confianza .
Si Hero era un auténtico banquete para los sentidos, La casa de las dagas voladoras no se queda atrás, y junto con La maldición de la flor dorada, pendiente de estreno, formaría una trilogía de Yimou sobre el género de el wuxia, o cine de arte marciales de espadachines y caballería (dicho de otra manera: saltos increíbles desafiando la ley de la gravedad, espada en mano).
La sombra de Zatoichi es alargada (películas, dibujos animados, cómics...), y aquí tenemos a una muchacha ciega que es una experta en artes marciales y además sabe bailar, algo que le habría gustado a Kitano, a la vista de la escena final de su versión del personaje.
En Tigre y dragón una de las escenas mas memorables era una lucha entre dos oponentes saltando de árbol en árbol de bambú, aquí la bella Zhang Ziyi se enfrenta a todo un ejército, como si tal cosa, porque las chicas son guerreras, o si no que se lo digan a la Novia (lo se, ya salió mi vena feminista, no lo puedo evitar).
La belleza de las imágenes es tan grande que uno no puede menos que olvidarse de todo y dejarse llevar, disfrutando del colorido, la música... que no sólo el cerebro se ha de alimentar, mis queridos gafapastas, sino también los demás sentidos, y aquí no nos hemos de poner a dieta, sino que nos damos un hartón de comer. ¿Que la película en el fondo esté vacía como un buñuelo de viento? ¿Qué importa, si es sabroso?
Es muy difícil elegir alguna escena, pero destacan entre el resto el baile de Ziyi, el ataque en el bosque y el final, con el único sonido del ruido del viento. Son de una perfección técnica impresionante.
Tal vez hay quien prefiera Hero, ya que que se podría considerar más épica, y La casa de las dagas voladoras es más romántica; aquí se centra sobre todo en tres personajes que se mienten entre sí, pero no pueden evitar sus propios sentimientos, lo que les llevará irremediablemente a la tragedia.
7 comentarios:
Así se construye una gran película, parece querer decirnos Zhang Yimou. Un guión mucho más equilibrado que en su anterior incursión en el wuxia, un elenco de estrellas, un trabajo artístico perfecto... todo está en su lugar. Lo único que le falta a esta película para instaurarse como un auténtico clásico inmediato es el librarse de un inicio demasiado exhibicionista y alargado. Pero salvo por ese aspecto, que tampoco resulta demasiado molesto vista su implicación en la trama, es una película que me es difícil buscarle fallos y que en su parte final me resulta cada vez que la veo una de las experiencias cinematográficas más satisfactorias que haya podido ver en la pantalla en los últimos tiempos.
Cuanto le debemos los amantes de éste genero a Ang Lee por resucitar éste género y a Yimou por perfercionarlo......ardo en deseos de que llegue el estreno de "Curse Of The Golden Flowers"
Pd: A mi también me encanta el final en la nieve, pero la escena del baile, con Mei tocando con los pañuelos cada uno de los tambores que golpeaban los frutos secos que le lanzaba Leo, es un orgasmo en toda regla para los sentidos.
Adoro ésta película!!!!
cuanto impacta el cine asiatico en nuestras retinas, cuando le entras al formato y al dialogo no puedes salir de el.
saludos!!
Hola Aliciaa,buenos días.
Pues sí, las chicas son guerrerasss!! y sobretodo en este cine asiático que ya ves la cantidad de mamporros pegan y con elegancia...Me encantó Tigre y Dragón...sus colores, su delicadeza.............
Un abrazo en este lunes.....que sigo sin vacaciones..
Lápices para la paz.
Alicia
JR, la escena del baile de Mei es una auténtica pasada, una pura delicia en la que la cámara está en cada momento donde debe estar, ajustándose a la música. Lo dicho, un placer para los sentidos.
Persio si se puede destacar algo del cine asiático es un gran belleza estética, hasta unos puntos increibles.
Alicia, claro que somos guerreras, y si te gustó Tigre y Dragón, te gustarán mucho mas Hero o La casa de las dagas voladoras. Y por si te sirve de consuelo yo también sigo sin vacaciones.
Que hermoso género se ha creado con estos films de artes marciales revisionistas, dentro de las renovaciones genéricas del '60 para acá, la del cine de Kung Fu es de las más destacadas. Lo único que noto a veces es un cierto desequilibrio en el cierre de estos films, pero nada que quite el sabor dulce de ver gente volando por las copas de los árboles. Los últimos posteos del blog mantienen un gran nivel!
Hola Tocaya..se me borró el comentario.
Nada,. sólo pasaba por aqui..y de nuevo he puesto la preciosa música de l anterior post.
Besos
Alicia
Lápices
Budokan, es cierto que es hermoso ver volar en las películas de artes marciales, que influyeron hasta en Matrix, y creo que Zimou ha conseguido una trilogía bellísima. Gracias por tu comentario.
Saludos, Alicia, me alegra que te haya gustado la música del anterior post, iremos poniendo mas de vez en cuando, si le va a la historia.
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