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Weblog dedicado al mundo del cine, tanto clásico como actual. De Billy Wilder a Uwe Boll, de Ed Wood a Stanley Kubrick, sin distinciones. Pasen, vean y, esperemos, disfruten. Si no es así, recuerden que NO han pagado entrada.
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LA PERDICIÓN DE LOS SRES. HOUSE



¿Alguien ha dicho “House”?

¡¡¡Que no es lupus!!!

Lo siento, lo tenía que decir... Al lío. Como muchos de los jóvenes padawanes que nos visitan a diario, sobre todo los que nos siguen desde el principio, conocen sobradamente, Woody Allen es uno de nuestros dioses particulares, como buenos barceloneses que somos. Por razones objetivas que se me escapan, tito Woody goza aquí de un predicamento incluso superior al que disfruta en Europa, fuera de Londres o París. Si usted va a un cine cualquiera, a la salida de la proyección de un estreno cualquiera de Allen, nadie le dirá que la película es mala, incluso aunque no le haya gustado en realidad: se agarrará al eufemismo más pillado por los pelos para evitar un juicio negativo (esta entradilla está dedicada a todos aquellos barceloneses que, en cuanto lean esto, correrán a explicar profusamente en los comentarios lo MUCHO que odian a Woody Allen. Es mi sino). Así que no se sorprendan de que este blog se va salpicando periódicamente de filmes del maestro judío. Una de las más celebradas, sin ningún género de dudas, fue “Misterioso asesinato en Manhattan”, que muchos consideran su mejor comedia. Es un filme que hay que considerar, además, en el contexto de la vida privada de Allen: recién separado de la insufrible Mia Farrow y en plena efervescencia de su relación con Soon-Yi, la frescura vital de la película contrasta con el pesimismo contrito y la violencia sentimental de su anterior cinta, “Maridos y mujeres”, con la que forma un curioso díptico, puesto que trata de inicio conflictos similares, y formalmente son análogas. La cámara en mano, al igual que en “Maridos y mujeres”, está presente durante buena parte de la historia, aunque por motivos bien diferentes: allí para agitar la intemperancia de los diálogos y las situaciones, aquí para acercarnos a una mirada más costumbrista hacia los personajes.

El inicio del filme nos presenta, cómo no, a una pareja de media-alta burguesía neoyorquina, Larry (Woody himself) y Carol Lipton (gracias a Dios y a Soon-Yi, Diane Keaton, multiplicando al infinito su química con Woody), haciendo cosas de burgueses de mediana edad y relacionándose con unos vecinos como lo harían... dos burgueses de mediana etcétera. Si algún espectador no tuviera previa información sobre el filme, podría pensar que volvemos a las andadas de “Maridos...”: esas características conversaciones en la cama, divagando sobre “de dónde venimos/adónde vamos como pareja”... Pero ya se advierte que el tono es más ligero, a pesar de las apariciones de dos buenos detonantes para una infidelidad como Dios manda, Ted (un magnífico Alan Alda) y Marcia (Anjelica Huston, a la misma altura). Carol necesita un estímulo vital, se aburre, y le llega en modo de “vecino sospechoso de enfrente”. Allen nos obliga, en un primer momento, a situarnos en el punto de vista de su personaje, que no da demasiado pábulo a las chaladuras de su mujer. Sin embargo, a medida que las investigaciones de Carol y Ted (y Alice y Bob... no, estos no) avanzan, nos damos cuenta, al mismo tiempo que Larry, que la cosa tiene visos de ser todo un señor crimen... El largometraje se impone un ritmo endiablado de situaciones, diálogos acerados y punzantes en la línea del mejor Allen (“Por su 20 aniversario le regalé unos pañuelos preciosos. Y ni siquiera sabía su talla”), sin espacio para el respiro, en la tradición de la mejor comedia americana clásica, aunque envuelta en papel de cine negro. Están todas las constantes allenianas: la música de jazz (especialmente afortunado al acoplar el exuberante “Sing, sing, sing” de Benny Goodman a dos escenas de alto ritmo), las conversaciones grupales en las que todos se pisan (pero se entiende a la perfección el diálogo principal), el amor por la psiquiatría de sus personajes, el judaísmo socarrón (“cada vez que escucho a Wagner me entran ganas de invadir Polonia”)... Además, nos encontramos al Allen actor más divertido y patoso en años; es ya todo un clásico la escena de las grabadoras (si la volvéis a ver, ojo al descojone de Ron Rifkin, al lado de Woody, al verle pelearse con la cinta magnetofónica como si fuera una serpiente pitón). Por otro lado, las referencias cinéfilas (siempre muy presentes en el universo Allen) campan a sus anchas sin rubor por toda la película, desde la proyección de “Perdición” al comienzo hasta el cartel de “Vertigo” en el autobús en el que viaja la supuesta muerta... Y, por supuesto, ese final-con-espejos calcado de “La dama de Shanghai” (acojodiálogo incluido: “Matarte a ti es matarme a mí, pero, ¿sabes qué? Estoy harta de los dos.” VIVA EL CINE NEGRO); final que, por otra parte, y como acostumbra en ocasiones en el cine de Allen, resulta algo acelerado, como si tuviera prisa en poner fin a la película. Pecado venial: el ritmo es perfecto, los actores están impecables, la risa fluye en marejada... Que lo pase usted bien en Barcelona, sr. Allen. Si consigue que Pe haga una buena película en inglés, tiene la derecha del Padre asegurada...

7 comentarios:

Carles Rull dijo...

Yo es que de Woody Allen siento predilección por "Zelig", "Delitos y faltas" y "desmontando a Harry" (sin desmerecer tantos otros títulos).
No sé como será la película que rodará en Barcelona, y espero que no sea deprisa y corriendo, y por compromiso; pero hace unos años habría sido impensable. ¡Woody por aquí! ¡Una gozada!

DiegoAlatristeyTenorio dijo...

Encerrado en un ascensor y con un cadaver....el colmo de un neurótico!!!!
Hay que ver lo que me puedo reir cada vez que veo esta maravilla del genio Allen.
Sin hacerle ascos a ninguno de sus trabajos, éste tipo de historias, con problemas de pareja de trasfondo, son con los que más disfruto del neoyorquino. Como bien apuntas, Marcbranches, la película tiene un ritmo endiablado, no nos da un respiro y la devoramos con avidez. Pero con lo que más disfruto es con el final, con Keaton y Allen haciéndose halagos mutuamente sobre como han llevado el caso y como se arriesgaron y pusieron sus vidas en peligro. Ese cambio, pasar de una vida rutinaria y anodina, les había vuelto a fortalecer en su matrimonio y dado una nueva perspectiva a su relación.

Genial.

marcbranches dijo...

Cineahora, coincido en lo de "Zelig" (ya comentada en el blog) y en lo de "Delitos y faltas", aunque he de decir que me gustan casi todas; me impresionó en su momento ese ejercicio de estilo llamado "Sombras y niebla", y "Maridos y mujeres" es una película con una enorme violencia y rudeza sentimental.

Es curioso, JR, que este film de la sensación de pasar en un suspiro, porque dura unos 105 minutos, cuando los films de Allen por aquella época apenas llegaban a la hora y media. Últimamente se ha vuelto más denso...

Laura Hunt dijo...

Pues yo soy asturiana, pero mira, para el caso, como si fuera barcelonesa, porque soy fan incondicional del tito Woody y sus películas siempre me gustan, aunque reconozco que no todas son igual de buenas, pero sin embargo yo siempre las disfruto.

En el caso de Misterioso Asesinato en Manhattan estamos, sin duda, ante una de sus comedias más divertidas, y es que parece que a Woody le sentó francamente bien librarse de Mia Farrow, porque en esos primeros años después de la ruptura hizo unas cuantas películas que le salieron muy logradas.

Espero con muchas ganas esta incursión barcelonesa suya que, además, también tendrá alguna secuencia rodada en Oviedo, por lo que parece (oye... para eso le han puesto una estatua y todo en la ciudad... aunque siempre le están robando las gafas)

Por cierto, yo también soy fan total del doctor House.

Saludos!

marcbranches dijo...

Fans de House, en el enlace del lupus está uno de los extras del DVD de la 2ª temp. de la serie, que se centra en el asunto... ¿Le roban las gafas a Woody? ¿De ahí sacó la idea para "Un final made in Hollywood?

Anónimo dijo...

jejej, genial psot, conseguirá woody q Pe acierte una, hmmm, confiemos en le genio!
saludos!

Laura Hunt dijo...

He visto lo del enlace de House, Marc, aunque, como buena fan del doctor, ya tengo los dvds de las dos primeras temporadas. Lo del lupus tiene gracia (¿harán algún día un capítulo en que el paciente tenga realmente lupus???)

Lo de la estatua de Woody en Oviedo es curioso. No se como se arreglan, pero siempre le roban las gafas. De hecho, cuando Woody fue a la ciudad por segunda vez tuvieron la estatua vigilada toda la noche, para que cuando fuera a verla tuviera gafas...

En cuanto a Pe... no seais malos, que la chica tiene interpretaciones muy buenas en su carrera (aunque no sean en inglés, vale). Seguro que en la de Woody estará bien: este hombre siempre consigue muy buenas interpretaciones de sus actores, no se que les da, pero es así.

 
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