Pues sí, últimamente me ha dado por el cine español, señora. Por alguna ininteligible y bizarra razón, sólo explicable desde un politraumatismo craneal no detectado, he preferido acercarme a ver la última película de Agustín Díaz Yanes, “Sólo quiero caminar”, a visionar el penúltimo ejemplo de onanismo desganado de Ridley Scott, u otra nueva y enriquecedora entrega de la descacharrante saga “Loquecarajosea Movie”, cuyo trailer os dejo en este enlace para que quede constancia, una vez más, de que mi teoría acerca de que el ser humano ha iniciado un proceso de involución no sólo no es en absoluto descabellada, sino que comienzan a abundar las pruebas empíricas. Después del considerable éxito de público de “Alatriste”, que sin embargo dejó una mirada fruncida entre la crítica, Tano se ha acercado al personaje principal de “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto”, su primera y magistral película, en un movimiento táctico que en un principio podía sonar a resguardo sobre seguro, pero ha acabado siendo una propuesta mucho más arriesgada de lo que podía parecer de primeras. ¿Ha salido indemne? No. O sí. O qué sé yo.
En primer lugar, “Sólo quiero caminar” no es una secuela de “Nadie hablará...” ni nada que se le parezca. Utiliza a Gloria Duque (Victoria Abril de nuevo) como nexo de unión, pero la acompaña, diluyendo así su protagonismo, de una banda de mujeres que se dedican al atraco frustrado. Acaban relacionándose de mala manera con una banda mafiosa mexicana tan sanguinaria como incompetente, al mando de un matón dominado por sus güevos (Félix, José María Yazpik) que sólo respeta a su fiel mano derecha, un gangster con principios y cara de ángel llamado, claro, Gabriel (Diego Luna). ¿A que parece fácil de entender? Pues juro que he visto ecuaciones de séptimo grado más sencillas. La gran carencia de este film, que le lastra durante prácticamente las más de dos horas de metraje, es la narrativa. Yo de Díaz Yanes me preocuparía, porque se repiten, multiplicados en proporción exponencial, los problemas de anteriores largometrajes suyos. Así como en “Alatriste” Tano podía excusarse en la obligación de adaptar los cinco libros de la saga de Pérez-Reverte (una decisión, por cierto, escandalosamente equivocada, según los números demostraron: ahí había para, mínimo, una secuela que diera pasta), en este su último proyecto no hay argumento laudatorio que valga. La narrativa es confusa, desgajada, dispersa; los saltos de escenario y escena, y los argumentos paralelos mal cincelados, avanzan trompicados y elusivos, hasta el punto de obligar al espectador a quedarse con los brochazos gruesos de la película y olvidarse del pincel. No hay apenas dibujo de caracteres, aunque en este caso la carencia es pretendida: no hay casi diálogos que faciliten, no sólo el fluir de la historia y su comprensión, sino la interiorización de las psiques de los personajes. Y como esta última y acojoprofunda frase me ha quedado de miedo -otra cosa es que no la entienda ni yo-, me tomo un bien merecido punto y aparte.
Yastoyaquí. Queda claro, pues, que las carencias mencionadas aploman el largometraje de manera casi definitiva. Y, sin embargo, es una película que, aunque no entiendas un carajo de lo que ves, es disfrutable (principio fundamental en el que se basa buena parte de la obra de, pongamos por caso, Ingmar Bergman) (modo “animus provocandi” OFF). Y eso es por que Díaz Yanes, una vez ya se ha enmpotrado contra la escritura, tiene sin embargo el buen gusto de acertar plenamente con el tono. Aunque la primera media hora de la película es un continuo “sus vais a cagar con este plano” pelín masturbatorio, el director madrileño se afana en construir una textura áspera que nos entra por todos los sentidos. Hay una tensión ambiental constante, a la que aportan su grano de arena tanto la fotografía, la cuidada ambientación en México D.F. (una ciudad salvaje donde da la impresión de que te puede pasar cualquier cosa) y las ceñudas interpretaciones de las mujeres protagonistas, que se pasan el filme apretando los puños y los maxilares; en particular, Aurora, el personaje de Ariadna Gil, hecho a medida para su cara de bulldog-con-pinzas-en-los-testículos, que además de ser la perra más dura a este lado del Atlántico, debe de ser pariente bastarda de McGyver, porque es capaz de hacer un rifle de aire comprimido de una bicicleta. Repito: un rifle de UNA BICICLETA. Las demás actrices, todas consagradas, aportan su grano de arena, más físico y de contención que otra cosa, a sus personajes, incluida Pilar López de Ayala, a la que cuesta imaginar en un fregado de este tipo con su carita etérea y angelical más propia de una película de Rohmer. Victoria Abril cumple sobrada su papel de madre-abnegada-con-un-par. Elena Anaya, pues... digamos que tan sólo chupa y duerme. Y no me hagáis hablar.
En una épica femenina (más que feminista) de tal calibre, los hombres quedan retratados de mala manera, a cual más estúpido, retrógrado y machista. Pero hay una excepción, y se convierte en el triunfador de la función: Diego Luna. Con cuatro trazos y un disfraz de Mr. Pink, su “Babyface” (uno de sus apodos, por razones obvias) el actor mexicano consigue componer un personaje creíble en todas sus facetas, tanto en la de asesino amenazador como en la de individuo de principios, a quien pierde los andares bravucones e indomables y el olor a nitroglicerina del cabello de Aurora. El espectador, así, no puede por menos que identificarse con ese amor fatal, con la peripecia vengativa de las mujeres, con la atmósfera selvática de una ciudad sin ley en la que se libran duelos a cojones. “Sólo quiero caminar”, una especie de “Ocean's eleven” a la mexicana que no reniega de su barniz flamenquito y soleare, satisface más al paladar que al raciocinio, y puede resultar tan decepcionante como estimulante. Wey.
8 comentarios:
hola,
que tal,
interes en un intercambio de enlace con mi blog?
http://estrellasyfamosos.blogspot.com
saludos desde Santander
mario - blog de estrellas y famosos
Hola, no conocía este film. Vamos a ver si lo veo para cotejar con tu intersante reseña. Saludos!
el otro día vi el trailer y la mayoría de las cosas que apuntas ya se ven venir (imagino que a ti te pasó igual). Pensé que era una segunda parte no declarada de (como bien dices) su primera obra maestra, de la cual destaco por encima de todo su final.
En cuanto a tu pesimismo aceca de la involución del género humano te regalaré un apotegma para estar a tono con esas pinceladas de profundismo que nos regalas: Tólstoi llegó un momento en que se preguntó para qué vivir si la ciencia ha decretado que no hay Dios en el universo (en tu caso buen cine), para acabar concluyendo que aunque la mente aconseja que te suicides, el corazón (no se sabe por qué) dice que no. Algo me dice que aunque sea malo no perdamos el buen hábito de ver cine.
No sé, creo que me he pasado de profundo.... Lo que es seguro es que ya no voy a ver la peli por tu culpa, jejeje...
Nos leemos!!!!
Mario, somos muy vagos a la hora de añadir enlaces. Si quieres añadirnos, te lo agradeceremos, pero nuestra política (si se le puede llamar así) no va por el intercambio de enlaces, reseñamos lo que nos gusta e interesa. Saludos y bienvenido al blog.
¿Que por mi culpa no vas a ver la película, Sesión? Aprende de Budokan, que él sí que la va a ver; no vaya a ser que Díaz Yanes acabe culpándome de la falta de espectadores. Imagino que con ese momento-Tolstoi que nos has regalado quieres decir que, a pesar de todo, siempre nos quedará alguna buena película por ver. Saludos a ambos.
Pues a mi me ha pasado al contrario que a Sesión Discontinua, fíjate que a mi tu post ha hecho que me apetezca ver la película, y es que según yo lo he entendido, a pesar de no ser redonda si que tiene sus puntos de interés. No se, a mi me ha entrado curiosidad, aunque no sea más que por ver como se las apaña Ariadna Gil para fabricar un rifle de aire comprimido con una bicicleta... lo único es que tendría que vencer la desgana que tengo últimamente que es que estoy de un vago subido que hace ya unas cuantas semanas que no voy al cine, aunque también hay que reconocer que la cartelera no está últimamente muy estimulante, que se diga.
Por cierto, que me ha hecho gracia esa especie de anuncio de coca-cola a la Bergman que has puesto por ahí en un enlace.
¡Saludos!
El anuncio de la Coca-Cola al estilo Bergman es brutal, me encanta, lo clavan. Comparto tu pereza cartelera de las últimas semanas, de ahí que casi cada vez que voy al cine aproveche para reseñarlo en el blog. Esta semana, sin embargo, estrenan "Gomorra" y la de Tarsem, que tienen su interés. Saludos.
Que decpeción! Esperaba ver esta película, porque me la recomendaron mucho, aunque suelo ser exceptica con la persona que me la recomendó!
Pero después de tu comentario no estoy tan segura de ir al cine a verla, creo que esperaré a verla DVD.
¿Qué es para ti lo más conseguido del film? Alguien me dijo que la actuación de Diego Luna, es cierto?
Un saludo
Hola, castigadora. En cuanto a interpretaciones y diseño de personajes, Diego Luna es lo mejor de la película. En general, yo destacaría la atmósfera seca y violenta del film; Díaz Yanes encuentra los tonos que buscaba en la paleta de colores, dentro de un género que no muchas veces ha sido adecuadamente tratado en el cine español. A pesar de mi crítica, no es una película desdeñable. Saludos.
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