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MEMORIAS DE UN BEST SELLER



¿Quien no ha caído en la tentación de leer alguna vez un best seller? Esos libros que la gente devora ávidamente mientras van en el metro o autobús, que suelen ser bastante gruesos y a veces sin saber porqué se han convertido en éxitos de ventas. ¿Buena promoción? ¿Idea original? ¿Momento adecuado? A veces de todo un poco, y a la que se empiezan a vender como rosquillas eso hace que automáticamente la gente los compre más. Curioso, ¿no? Tal vez su calidad literaria en algunos casos no sea demasiado buena, pero el simple hecho de haber despertado el interés suficiente como para que la gente los lea en estos tiempos de la era de la imagen ya es todo un éxito.
El cine siempre se ha mostrado interesado por los best sellers, sería interminable la lista de películas basadas en libros famosos, que en la mayoría de las ocasiones ha permitido que digamos con un tono de enteradillos “¡Bah, era mejor la novela!
Se han conseguido magníficas películas basadas en libros mediocres, (prueba número 1: El padrino), hay otras que están muy por debajo de su origen literario (prueba número 2: La hoguera de las vanidades), y en unos poquitos casos la adaptación es un perfecto reflejo de lo que quiere decir el libro (prueba número 3: El gatopardo).
¿Qué ingredientes tenía Memorias de una geisha para convertirse en un best-seller? Hablar de un tema muy poco conocido por los occidentales, que es exótico y fascinante: el mundo de esas muñequitas de porcelana llamadas geishas. Pero no nos engañemos, está escrito por un americano, Arthur Golden, que habrá leído unos cuantos artículos sobre el tema en el Reader’s Digest y ya se cree un experto.
¿Qué nos cuenta? La historia de Chiyo, (Zhang Ziyi), una niña que es vendida a una okiya para convertirla en una geisha. Su infancia es tan desgraciada como la de cualquier niño de Dickens, hasta que conoce a un presidente (Ken Watanabe) (aunque nunca sabemos de qué ¿de una comunidad de vecinos?) y desde entonces su único deseo será convertirse en una buena geisha capaz de interesar a ese hombre.
Hay fallos en la película, la historia de un amor imposible que dura toda una vida ya la hemos visto en otras ocasiones y mucho mejor (Carta de una desconocida, por ejemplo) y para mí el principal fallo es que mucho hablar de geishas pero la protagonista tan sólo tiene dos clientes y deja de ejercer por la guerra, así que no debería dárselas de gran entendida. Además, se usa la voz en off, para recordar el origen literario de la película y resulta totalmente innecesaria.
Una cosa que no sabría calificar como virtud o defecto, aunque casi me inclino por lo primero, son las licencias que se toman con el aspecto físico de las geishas: su maquillaje es menos espeso, los escotes de la espalda del kimono son mas bajos y –especialmente- el pelo salvaje de Hatsumomo (Gong Li) creo que le va perfectamente con el personaje.
Para lo último me he dejado lo que sí vale la pena: la fotografía, ambientación y música son sensacionales. A pesar del revuelo que hubo por haber elegido a dos estrellas chinas como Zhang Ziyi y Gong Li para las principales protagonistas, las dos están muy bien y bellísimas, la rivalidad entre ambas es de lo mejorcito de la película (porque mira que podemos llegar a ser malas). Resumiendo, a pesar de sus defectos, se ve con mucho agrado, y comparada con El código Da Vinci es una auténtica obra maestra.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como no había leído el libro y el tema no me atraía demasiado, pues no llegué a verla, y la verdad es que sigue sin llamarme mucho la atención.
Desde luego, que comparada con El código DaVinci salga obra maestra tampoco me dice demasiado, porque mira que era mala la jodía. Aunque ese best-seller sí que lo devoré!!
Saludos.

Manuel Márquez dijo...

Pues acabo de leer, compa Alicia, otra magnífica reseña de esta peli en el bloc de Josep (también es casualidad...), y lo mismo que a él te digo: que aún no la he visto, y, vista la saturación que sufre mi lista de pelis pendientes, me temo que, si llega, va a tardar un montón de tiempo...

Un abrazo (y buen fin de semana).

alicia dijo...

Por supuesto que cualquier película sale favorecida si se la compara con El código Da Vinci, Heitor, pero si se tiene en cuenta la cantidad de libros que se han vendido, el presupuesto que se usó en el rodaje y su recaudación en taquilla la cosa resulta más escandalosa que la novela de Dan Brown.
Pues si que es casualidad la coincidencia de comentarios, Manuel, mi lista de películas pendientes también es muy larga, así que te comprendo perfectamente. Buen fin de semana a ti tambien (y a todos nuestros lectores)

Raquel dijo...

Para todos los que digan que nunca leen bestsellers... Estas memorias las he releido y releido, y me siguen gustando.

La película, pues no está mal. Si a me dicen que las actrices son japonesas, no lo desmiento. Y Zang Ziyi es tan maja...

alicia dijo...

Es que nosotros no notamos tanto la diferencia, Raquel, pero los asiáticos si, y además chinos y japoneses no se llevan demasiado bien, precisamente. No sólo Zang es guapa, Gong Li está realmente bellísima

 
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