Con la venia, señoría. Señores del jurado, voy a expresar los motivos por los que Anatomía de un asesinato ha de considerarse como una de las mejores películas de juicios que hay.
Empecemos por los motivos de forma, como los títulos de crédito del genial Saul Bass (habitual colaborador de Preminger), o la banda sonora de Duke Ellington (eso sí que es música, ¡oh, yeah!). Cierto que el fiscal puede alegar premeditación y alevosía por parte del acusado, al contratar a personas con tanto talento. Ese es un argumento que no se puede rebatir, aunque yo lo calificaría mas como una reunión de talentos que algo premeditado.
A continuación vayamos a los motivos de fondo:
Las interpretaciones, encabezadas por el siempre grandioso James Stewart como Paul Biegler, capaz de dar dignidad, ternura y humor a cualquier personaje, haciendo de abogado amante de la pesca y el jazz, lo que por lo visto le convierten en una especie de tipo raro. Señoría, ¿acaso ha echado un vistazo al resto de mis colegas últimamente, tiburones aparte? A mi Biegler me parece de lo mas cuerdo y sensato.
Sus clientes, Ben Gazzara y Lee Remick son lo suficientemente ambiguos y atractivos como para despertar el interés de cualquiera. Ella digamos que es ligera de cascos y él es violento y celoso, un cocktail que suele ser explosivo. ¿Son realmente buenos y sinceros? Da la impresión que no, pero ¿acaso por ello no merecen que se haga justicia? Démosles el beneficio de la duda.
Como todo clásico que se precie, los secundarios son fundamentales, y aquí tenemos a el borrachín amigo del protagonista (Arthur O’Connell, con un personaje que es toda una institución), la eficiente secretaria dispuesta a cantarle las cuarenta a su jefe en cualquier momento “No puede despedirme. Aún no me ha pagado”(Eve Arden), o ese pedazo de h.p. encarnado por George C. Scott, que aquí hacía una de sus primeras –y espectacular- aparición en la pantalla.
Intriga muy bien trazada, con los inevitables giros y las sorpresas argumentales obligadas de este mini-género que es el judicial, pero sin terminar de tomar partido por nadie, el final sumamente abierto... todo ello agitado-que-no-batido, con una espléndida fotografía en blanco y negro.
Por todo ello, señoras y señores del jurado, solicito que se declare a mi defendido culpable del único cargo que puede imputársele: ser una de las mejores películas judiciales de todos los tiempos. ¿Cual creen que debe ser su condena? El veredicto es suyo.
Empecemos por los motivos de forma, como los títulos de crédito del genial Saul Bass (habitual colaborador de Preminger), o la banda sonora de Duke Ellington (eso sí que es música, ¡oh, yeah!). Cierto que el fiscal puede alegar premeditación y alevosía por parte del acusado, al contratar a personas con tanto talento. Ese es un argumento que no se puede rebatir, aunque yo lo calificaría mas como una reunión de talentos que algo premeditado.
A continuación vayamos a los motivos de fondo:
Las interpretaciones, encabezadas por el siempre grandioso James Stewart como Paul Biegler, capaz de dar dignidad, ternura y humor a cualquier personaje, haciendo de abogado amante de la pesca y el jazz, lo que por lo visto le convierten en una especie de tipo raro. Señoría, ¿acaso ha echado un vistazo al resto de mis colegas últimamente, tiburones aparte? A mi Biegler me parece de lo mas cuerdo y sensato.
Sus clientes, Ben Gazzara y Lee Remick son lo suficientemente ambiguos y atractivos como para despertar el interés de cualquiera. Ella digamos que es ligera de cascos y él es violento y celoso, un cocktail que suele ser explosivo. ¿Son realmente buenos y sinceros? Da la impresión que no, pero ¿acaso por ello no merecen que se haga justicia? Démosles el beneficio de la duda.
Como todo clásico que se precie, los secundarios son fundamentales, y aquí tenemos a el borrachín amigo del protagonista (Arthur O’Connell, con un personaje que es toda una institución), la eficiente secretaria dispuesta a cantarle las cuarenta a su jefe en cualquier momento “No puede despedirme. Aún no me ha pagado”(Eve Arden), o ese pedazo de h.p. encarnado por George C. Scott, que aquí hacía una de sus primeras –y espectacular- aparición en la pantalla.
Intriga muy bien trazada, con los inevitables giros y las sorpresas argumentales obligadas de este mini-género que es el judicial, pero sin terminar de tomar partido por nadie, el final sumamente abierto... todo ello agitado-que-no-batido, con una espléndida fotografía en blanco y negro.
Por todo ello, señoras y señores del jurado, solicito que se declare a mi defendido culpable del único cargo que puede imputársele: ser una de las mejores películas judiciales de todos los tiempos. ¿Cual creen que debe ser su condena? El veredicto es suyo.
20 comentarios:
Bueno, bueno... Alicia, has quemado un cartucho que yo tenía en la recámara... tendré que usar otro...
Te lo perdono por dos razones: porque veo que sí sabes lo que es música y porque soy un caballero.... esto...
Al grano: Concuerdo en que es "una" de las mejores películas judiciales, aunque habría mucho que discutir sobre su ordinal; también podrías decir que el Abogado interpretado por Jimmy es "uno" de los más bien compuestos, y tampoco te faltaría razón.
Preminger, como no, otorga a la historia un tratamiento excelente, manteniendo el pulso a lo largo del metraje, y coincido en las magníficas actuaciones de Remick y de Gazzara (soberbio, como siempre).
La gran virtud de la película es que todos los personajes que por ella deambulan son creíbles, son "normales", y ello contribuye no poco a que el espectador se meta fácilmente en la trama.
Estupendo comentario.
Estooo: ¿colegas tiburones? ¿mande?
Veredicto: condenada a permanecer por la eternidad en el Olimpo Cinematográfico.
Costas de oficio.
Saludos.
Muchas gracias, compa Alicia, por haberme proporcionado "material" para mi reseña de hoy (que aún no tenía muy claro a qué dedicar...). Y no te soy más explícito, para que resulte una sorpresilla...
Un abrazo.
Uouo, palabras mayores. He aquí una película de esas que meto en la lista cuando alguien me espeta la temida pregunta de "¿cuales son tus pelis favoritas?". Antes de contestar "Pues hijo, yo que se, depende del momento, el estado de ánimo...", me avengo a contestar con alguna lista medio aprendida y ésta, casi siempre sale.
Confirmó mi simpatía por Stewart, reafirmó mi apego al cine de juicios y me descubrió a un actorazo como George C. Scott. Creo que no conozco a nadie al que se la haya recomendado y no le haya gustado.
Pues eso... palabras mayores.
Siento lo del cartucho, Josep, aunque estoy convencida de que no te has quedado sin municiones. Sería muy díficil decir cual es la mejor película de un género que tiene maravillas como Anatomía de un asesinato, Testigo de cargo o Matar a un ruiseñor, pero desde luego la de Preminger merece estar entre las mejores.
Costas de oficio, por supuesto ¿quien sería capaz de impugnarlas por excesivas o indebidas?
Manuel , me alegro de haberte proporcionado material; en tu caso parece que ha producido el efecto contrario que en Josep. Estaré atenta a tu reseña de hoy.
Heitor totalmente de acuerdo contigo, es una película que se puede recomendar con la seguridad de que va a gustar a todo el mundo.
Sabes? Mi madre es fan total de James Stewart, aunque a mi me parece algo no se "suave" trabajando, pero siempre me ha intentado convencer para que viera esta película.
Creo que fue el año pasado que la vi y me parecío explendida! De verdad, este genero siempre me gustó pero realmente es una película que nadie debería perderse.
Saludos!!
Un rotundo drama judicial, si señor, y una historia que está llevada al milímetro por el gran Preminger, y dando todo un ejemplo de como hacerse una película con un juicio por medio. Un juicio que su desarrollo, es quizá para mi, una de las partes más destacables de esta historia, y es que sus diálogos no tienen desperdicio, tanto por la manera de preguntar, como la de responder. Impresionante la banda sonora de Duke Ellington (haciendo un pequeño cameo), jugando un papel muy especial, y es que desde los títulos de crédito fenomenalmente diseñados por el maestro Saul Bass, empezamos a darnos cuenta que la musica va a ser una baza muy importante. Y con un plantel de actores de auténtico lujo con el fenomenal James Stewart como Paul Blieger (Polly), ese antiguo fiscal de distrito y ansioso de regresar de nuevo a los tribunales, y seguido de Lee Remick, bellísima y provocativa, como nunca estuvo en el cine y que decir de Arthur O'Connell o de Ben Gazzara, todos extraordinarios hasta el último de los secundarios.
Me encanta la inteligencia en los planteamientos de Stewart y Scott inunda la pantalla, iniciando lo que parece una lucha hasta la muerte o como parece, un duelo para decidir quien es mejor abogado, los dos son fantásticos, listos, astutos, inteligentes letrados que harán cualquier cosa por ganar. Resulta a veces algo vergonzoso y esperpéntico su comportamiento ante el tribunal, no se permitiría su actitud en un auténtico juicio, pero resulta divertido observarlos.
Cada vez que toman la palabra los abogados, no sabes que nueva sorpresa saldrá de sus bocas, a veces no sabiendo por quien decantarte y consiguiendo también crearte falsas opiniones sobre algún testigo o el mismo acusado. En fin, un ejercicio de manipulación tanto al jurado como al espectador en uno de los mejores filmes de tema judicial que se han hecho en toda la historia, y una película que por obligación se debe de ver.
Tanto si gustan como si no los temas judiciales, porque, ya que aparte del juicio, tambien contiene drama y comedia, intriga y misterio. Y que marices...porque es una película verdaderamente redonda.
PD: Recuerdo que fué muy controvertida en su dia por hacer uso manifiesto en la pantalla de palabras de hasta entonces no oidas, como por ejemplo: bragas, violación y penetración, entre otras más, hasta el punto de ser prohibida su proyección en varias ciudades de Estados Unidos.
Vuelmes a tocarme una de mis películas de cabecera, Alicia. Mil gracias.
Culpable sin duda. Aunque a mi me pone más "12 hombres sin piedad" o "Testigo de cargo".
Un saludo. Nos leemos.
Castigadora, a mi me encanta James Stewart, y creo que Hitchcock sacó su lado menos suave. Me alegra que te gustara la película.
JR, poco que añadir a tu magnífico comentario, tan sólo que la famosa palabra "bragas" dió pie a uno de los diálogos mas jugosos de la película :
- Juez Weaver. ¿Cual era exactamente la ropa interior a la que se refirió?
- Biegler. Bragas, señoría.
- Weaver. ¿Cree que el tema saldrá de nuevo?
- Biegler: Si, señor
- Weaver. Hay una cierta connotación cómica que se relaciona con la palabra “bragas” ¿Podemos encontrar otro nombre para ellas?
- Lodwick: Nunca oí a mi mujer que las llamara de otra manera
- Weaver: ¿Sr. Biegler?
- Biegler: Soy soltero, señoría
- Weaver. Eso es una gran ayuda ¿ Sr. Dance?
- Dance: Cuando estuve en la marina durante la guerra, señoría, aprendía una palabra frnacesa. Me temo que podría ser ligeramente sugerente
- Weaver: La mayoría de las palabras francesas lo son.
Lo dicho, diálogos "etiqueta negra" que el tiempo tan sólo sirve para mejorar
Hatt,me parece que el veredicto es unánime. Afortunadamente hay películas tan buenas en este género que es muy difícil elegir una
Nada que añadir al sumario, señoría. Todo lo que hubiera podido decir está dicho. Es una película redonda en todos los sentidos. Solo una pequeña observación. Cuando ví la peli por primera vez estaba aligerada y suavizada en los diálogos....los benditos padres, guardianes de nuestra moral, velaban para que no nos saliéramos de madre y aprendiéramos cosas que no convenían...¡Pobres, qué chasco se llevaron¡
Un abrazote
Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas
Entre mis pelis favoritas de juicios recuerdo ahora:
12 HOMBRES SIN PIEDAD
TESTIGO DE CARGO
MATAR A UN RUISEÑOR
...
Saludos!!!
Cierto, Anro, bendita censura, que convirtió en hermanos a un matrimonio para evitar el adulterio ! Menos mal que al final podemos ver todas las escenas de los "besos robados", como en Cinema Paraiso.
Es verdad, Alberto, 12 hombres sin piedad también es magnífica
Cambio mi voto a no culpable. O a lo mejor es culpable. No lo sé, lo cierto es que es una de las mejores películas de juicios que he visto.
Yo no creo que James Stewart sea suave en absoluto, pero de todas maneras su fuerte estaba en otras áreas. Para menesteres más recios ya estaba el otro James, ese tal Cagney.
¡Dios salve a Mr. Stewart!
Es cierto, éste film es extraordinario. Pero no sólo por ser una película de juicios modélica, sino por el drama que nos cuenta, los personajes, maravillosos todos, encarnados por unos actores yo diría perfectos. Parece que estamos todos de acuerdo, ¿no?. Sólo una pequeña pega, se me hace 15 minutos larga, pero ¿a quién le importa?
Un saludo Alicia
Pues prácticamente tenemos el veredictos de doce hombre y mujeres sin piedad, y parece que es unánime: pedazo peliculón por el que no pasan los años, y yo particularmente no le quitaría nada de metraje. Saludos, Möbius y Adrián
Pues como llego más bien tarde, ya poco puedo añadir, porque esta es una de esas películas sobre las que parece haber unanimidad absoluta: un peliculón de tomo y lomo, al que, en mi opinión, no le falta ni le sobra nada.
Yo tampoco creo que James Stewart fuera tan suave. Es cierto que en muchas ocasiones interpretó personajes bonachones e inocentes, como los de las películas de Capra, por ejemplo, pero en los westerns de Anthony Mann, o en las películas que hizo con Hitchcock, su registro es muy diferente. Un gran actor, en todo caso. Por cierto, me ha encantado ese clip con Dean Martin que has colgado.
Saludos!
Nunca llegas tarde, Laura, que ya sabes que tus comentarios son siempre bien acogidos ¿Verdad que James Stewart está muy bien en el video? Mucho hablar de Spacey como imitador, y sin embargo Stewart no se queda corto
Ante todo felicidades por el blog. Es la primera vez que entro y no será la última.
La verdad es que Anatomía de un asesinato es una obra maestra del cine de todos los tiempos y una película por la que no pasan los años. Todo lo que podría decir sobre ella creo que ya se ha dicho aquí, y simplemente discrepar con la apreciación de suave que se ha hecho de James Stewart. Sí es cierto que tenía una cierta fragilidad física en comparación con otros nombres como John Wayne o Gary Cooper, pero ello le permitía interpretar personajes con más flaquezas pero que a su vez podían demostrar grandes dosis de heroismo. Estoy pensando en concreto en sus westerns con Anthony Mann como Colorado Jim, Winchester 73 o Tierras lejanas o en su personaje antiheroico de El hombre que mató a Liberty Valance. En cualquier caso es un actor excelente con una filmografía impresionante. Un saludo.
Muchas gracias, Jaime, y bienvenido. Creo que Hitchock sacó el lado mas oscuro de Stewart (como conseguía habitualmente con sus actores), y ahí están ese voyeurista y ese necrofílico de La ventana indiscreta o Vertigo
Cuánto tiempo...
Me encantan las películas de juicios, y ésta, por supuesto, es de mis preferidas.
Después de El buscavidas estoy empezando a cogerle manía a George C. Scott...
Y nada de Cary Grant ni Gary Cooper ni leches. Yo habría querido casarme con Jimmy...
Pues si, cuanto tiempo, Raquel.
Yo no le tengo mania a George C. Scott,porque tengo debilidad por el lado oscuro, y respecto a James Stewart, creo que nunca ha habido un triángulo mas difícil de decidir que el de Cary Grant y James Stewart en Historias de Filadelfia
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