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EL CAFÉ DE VIENNA




Otra de las que era obligado que tarde o temprano habláramos de ella. Por su romanticismo arrebatado, por su uso del color y –sobre todo- por ELLA. Porque ella lo vale.
Johnny Guitar, bajo la apariencia del western, nos muestra algunas de las constantes de Nicholas Ray. Los protagonistas se ven obligados por el entorno a usar la violencia; cuando quieren dejar de usarla comprenden que es inútil y paradójicamente tienen que usarla para escapar.
Vienna (Joan Crawford) es la propietaria de un bar. El negocio de momento funciona mal, pero la próxima construcción del ferrocarril hará que sea muy productivo. El problema es que los ganaderos de la zona no aceptan los cambios, y la consideran una amenaza. Debido a ello, Vienna decide contratar a un antiguo amor como pistolero para ayudarla, Johnny (Sterling Hayden).
Curiosamente tratándose de un western, los dos papeles mas importantes, y los que hacen que todo gire a su alrededor, son dos mujeres.
Vienna es fuerte, dura, una versión femenina del Rick de Casablanca en muchos aspectos, no sólo por ser la dueña de un local. Es sexualmente activa y ha sabido usar su atractivo con los hombres para conseguir lo que quiere. ¿Hace falta que diga que es uno de mis ídolos?
Emma (Mercedes MacCambridge) es tan enfermizamente reprimida que odia a Vienna porque le gustaría ser como ella. Del mismo modo, odia al Bailarín (Scott Brady) porque le desea y no quiere admitirlo. Éste es el western mas freudiano que hay. El enfrentamiento de las dos no tiene que envidiar ningún duelo masculino (-“Te mataré algún día, Vienna”. -“Lo sé, si no te mato antes”). Eso si que es tenerlos bien puestos. Chúpate esa, John Wayne.
Ni Johnny ni Vienna son unos jovencitos o unos santos; han sido moldeados golpe a golpe, desengaño a desengaño, y no se arrepienten de nada de lo que han hecho (-“¿A cuantos hombres has olvidado?”-“A tantos como mujeres recuerdas”), pero aún son capaces de revivir su amor en momentos tan inolvidables como los de la conversación nocturna en la que él le pide que le mienta diciéndole que le ama, uno de los diálogos mas recordados de la historia del cine, homenajeado por Almodóvar en Mujeres al borde de un ataque de nervios.
El uso del color, con colores muy vivos, sirve para transmitir los sentimientos de los personajes. La mejor muestra está en la irrupción de Emma con sus secuaces, todos vestidos de negro como una bandada de buitres, en el salón de Vienna, en el que ella está vestida con un inmaculado traje blanco, frente a la pared rojiza, que está tallada en la roca.
Y por supuesto, las frases, de esas que ya no se hacen ahora, pura etiqueta negra, como por ejemplo: “Sólo hay dos cosas en el mundo que necesite un hombre de verdad: una taza de café y un buen cigarrillo”. “Aquí abajo vendo whisky y cartas. Todo lo que podéis comprar aquí arriba es una bala en la cabeza. ¿Qué preferís?
Si a ello le añadimos estupendos secundarios como Ernest Borgnine o John Carradine, y una canción inolvidable, ya estáis tardando en verla quien no la haya visto ya.

13 comentarios:

Josep dijo...

¡Ay! Esa voz de Peggy Lee, esa música de Young, esos ojos inmensos de la Crawford y el gran Hayden aguantando el tipo...

Ese rictus pleno de odio y envidia de la Mercedes, esa ruleta que gira para matar el silencio de la soledad...

Esos colores intensos, fuertes, reflejando el cúmulo de pasiones...

Alicia, magnífico post, que me obligará sin duda a volver al Café de Vienna antes de lo que pensaba...

Manuel Márquez dijo...

Ésta sí que es grande, grande, para reventar, una de las mejores películas de la historia del cine, sin lugar a discusión. Y una clara demostración de que las pelis grandes siempre trascienden, y con mucho, el género en el que pretendas insertarlas. Gracias, compa, por recordármela...

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Éste sí es un caso en el que acabaré por hacer caso a mi padre (gran amante de los westerns) y veré la peli algún día. Ya me llevé la sorpresa cuando me decidí a ver Río Bravo y me rechifló.
Eso sí, él tendrá que ver por fin Sin perdón.

alicia dijo...

Ya veo, Josep y Manuel, que sois tan entusiastas de Johnny Guitar como yo. Grandísimas la frase de "Me gusta oirla girar" refiriéndose a la ruleta y cierto que transciende tanto al género del western como al romántico o melodrama. Es grande, sin mas.
Heitor, me parece un intercambio justo Sin perdón por Johnny Guitar, aunque son muy distintas. Probablemente te llevarás otra sorpresa al verla.

DiegoAlatristeyTenorio dijo...

Johnny: ¿A cuántos hombres has amado?
Vienna: A tantos como mujeres tú has olvidado.
Johnny: ¡No te vayas!
Vienna: No me he movido.
Johnny: Dime algo agradable.
Vienna: Claro. ¿Qué quieres que te diga?
Johnny: Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
Vienna: Te he esperado todos estos años.
Johnny: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.
Vienna: Habría muerto si tú no hubieses vuelto.
Johnny: Dime que aún me quieres como yo te quiero.
Vienna: Aún te quiero como tú me quieres.
Johnny: Gracias (bebe). Muchas gracias.


Un guión atípico, también atípicos son sus personajes,historia llena de frases punzantes y de réplicas certeras.
Para mi, película fundamental del ¿western? y de la filmografía de un grandísimo director a veces extrañamente olvidado.
La construcción de los personajes y su desarrollo psicológico son perfectos, el guión es demoledor y las interpretaciones de lujo (sobre todo mi admirada Joan Crawford).

Una historia que habla de amistad, de envidias, de amor, de coraje y que a pesar de tener más de 50 años no ha perdido una pizca de vigencia.

Gracias por recordarla, Alicia.

alicia dijo...

Gracias a ti, JR, por reproducir ese maravilloso diálogo, de esos que hace que uno caiga de rodillas. Para mi es también totalmente atípica, inimitable e imperecedera

Rosenrod dijo...

¡Dios mío, que hermosura de canción!

Un millón de gracias por recordármela...

Un saludo!

alicia dijo...

La canción de Peggy Lee es una maravilla, Rosenrod, y siguiendo con mi comparación Rick/Emma, sería el equivalente a As time goes by

Diego Faraone dijo...

Una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Te felicito por tu blog y por tu buen gusto!

BUDOKAN dijo...

Como me gusta ese western de mujeres con todo ese trasfondo político contra el macartysmo. Muy buen post sobre esa mirada penetrante de Joan. sALUDOS!

alicia dijo...

Muchas gracias, Faraway, y bienvenid@. Es cierto lo del transfondo del macarthysmo, Budokan, aunque no me parece tan evidente como en La ley del silencio

Laura Hunt dijo...

Que ganas me han entrado de volver a ver Johnny Guitar leyendo tu comentario, Alicia, porque es una película que siempre me ha gustado mucho, y hace ya un tiempo que no la veo. En fin, poco puedo añadir ya a todo lo dicho, solo mostrar mi acuerdo.

Me ha gustado la comparación del personaje de Vienna con el de Rick. No se me había pasado por la cabeza, pero tiene sentido.

Saludos!

alicia dijo...

Pues si, Laura, aparte de que los dos tengan un local, Rick y Vienna son igual de duros, cínicos (con un punto de chuleria) y están marcados por un desengaño amoroso. Aparte de que las dos cuentan con dos canciones míticas, As time goes by y Johnny guitar

 
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