Que levante la mano todo aquel que alguna vez le haya cruzado por la mente aplicar una tortura del estilo de ahí arriba a un portero tocacojones que nos haya amargado una noche de fiesta por un quítame-allá-esos-calcetines-blancos: todos queremos ser Coque. Esta escena pertenece a una de las mejores comedias españolas de los 90, “Todo es mentira”, ópera prima de un Álvaro Fernández-Armero que nos hizo creer que aspiraba a ser el Woody Allen celtíbero; unos años después, la inmunda “El arte de morir” nos bajó a todos de la nube. Un reparto de lujo (Penélope Cruz, Mónica López, Jordi Mollá, Fernando Colomo, Gustavo Salmerón, Ariadna Gil...), en el que ni siquiera desentonaban – ojo al ingenioso juego de palabras - los cantantes Coque Malla y Christina “tengo que hacerles olvidar como sea lo de chasyaparezcoatulado” Rosenvinge, acompañaba un lúcido retrato más o menos generacional, con diálogos acertados, cierta chusquedad visual y algunas secuencias que rebosaban verosimilitud. Pero, por lo visto, nadie cree que merezca una mísera edición sencilla de DVD. País.
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