“Creo que deberían quitar la palabra “compasión” del diccionario”
Londres, 5 de Octubre de 1974: Un atentado acaba con la vida de cinco personas en el pub Guidford; eso provoca el endurecimiento de las normas y que se apruebe una nueva ley antiterrorista que permite que la policía pueda tener detenidos siete días a los sospechosos, sin tener que dar ningún tipo de explicación (qué familiar me resulta todo esto). La presión mediática es muy fuerte, y muy pronto arrestan a los que serán conocidos como “los cuatro de Guidford”, que tras siete días de interrogatorios, amenazas y torturas acabarán confesando. De hecho, también habrían confesado que estuvieron implicados en el asesinato de JFK o de Abel, puestos a ello.
A partir de esta historia real, Jim Sheridan dirigió En el nombre del padre; un cineasta con una filmografía tan corta como coherente e interesante.
La primera parte nos muestra la situación de Irlanda en los años 70. Gerry Conlon es un raterillo de poca monta y cualquier acontecimiento acaba convirtiéndose en una guerra de guerrillas; se va a Londres con unos hippies, con lo que resulta ser la persona equivocada que está en el lugar inadecuado en el momento mas inoportuno. Momento histórico cuando vuelve a Irlanda con su ropa nueva (¡qué gloriosamente horteras fueron los 70!).
Gerry es arrestado, y no sólo eso, sino también su padre, tía y primos pequeños, que la familia que conspira unida, sigue unida, y desde el parvulario mejor que mejor.
Daniel Day Lewis ha dado magníficas interpretaciones cuando le ha dirigido Sheridan, y ésta es una de ellas. Su Gerry es un chico que se deja arrastrar por las circunstancias, tiene muy poca fe en si mismo y en su porvenir. Su primera reacción a la que se encuentre con su padre en la cárcel es echarle a él la culpa de todo, reprochándole su infancia. Como ya ha perdido toda su esperanza de salir libre, se junta con el grupo de colgados de la prisión; más adelante, cuando detienen a un auténtico terrorista le admira por su fuerza y el poder que consigue. Todos valen más que su padre, que se pasa el día escribiendo cartas pidiendo la revisión del caso, que no servirán para nada.
La relación padre/hijo es una de las bases de la película, hacía falta alguien que pudiera estar al nivel de Daniel para darle la réplica, y Pete Postlethwaite lo consigue perfectamente. Su Giusepe es un hombre bueno, de salud frágil pero principios muy fuertes, que no ha sabido conectar con su hijo pero no piensa en abandonarle en ningún momento. Precisamente su estancia en prisión sirve para que se conozcan mejor.
Emma Thompson es Gareth Peirce, la abogada que defiende a los Conlon en su apelación, y aunque es un papel bastante breve lo compone con total eficacia y dándole unas ligeras pinceladas de humor. Pero no será por su habilidad con las leyes que consiga liberar a Gerry, sino por una simple cuestión de suerte.
No deja de ser revelador que la película que ven los presos, en una escena muy importante, sea precisamente El padrino, y se nos muestre un trozo de la conversación entre Vito y Michael Corleone, que también tuvieron problemas de relación. ¡Qué difícil es ser padre, y qué difícil es ser hijo!
A partir de esta historia real, Jim Sheridan dirigió En el nombre del padre; un cineasta con una filmografía tan corta como coherente e interesante.
La primera parte nos muestra la situación de Irlanda en los años 70. Gerry Conlon es un raterillo de poca monta y cualquier acontecimiento acaba convirtiéndose en una guerra de guerrillas; se va a Londres con unos hippies, con lo que resulta ser la persona equivocada que está en el lugar inadecuado en el momento mas inoportuno. Momento histórico cuando vuelve a Irlanda con su ropa nueva (¡qué gloriosamente horteras fueron los 70!).
Gerry es arrestado, y no sólo eso, sino también su padre, tía y primos pequeños, que la familia que conspira unida, sigue unida, y desde el parvulario mejor que mejor.
Daniel Day Lewis ha dado magníficas interpretaciones cuando le ha dirigido Sheridan, y ésta es una de ellas. Su Gerry es un chico que se deja arrastrar por las circunstancias, tiene muy poca fe en si mismo y en su porvenir. Su primera reacción a la que se encuentre con su padre en la cárcel es echarle a él la culpa de todo, reprochándole su infancia. Como ya ha perdido toda su esperanza de salir libre, se junta con el grupo de colgados de la prisión; más adelante, cuando detienen a un auténtico terrorista le admira por su fuerza y el poder que consigue. Todos valen más que su padre, que se pasa el día escribiendo cartas pidiendo la revisión del caso, que no servirán para nada.
La relación padre/hijo es una de las bases de la película, hacía falta alguien que pudiera estar al nivel de Daniel para darle la réplica, y Pete Postlethwaite lo consigue perfectamente. Su Giusepe es un hombre bueno, de salud frágil pero principios muy fuertes, que no ha sabido conectar con su hijo pero no piensa en abandonarle en ningún momento. Precisamente su estancia en prisión sirve para que se conozcan mejor.
Emma Thompson es Gareth Peirce, la abogada que defiende a los Conlon en su apelación, y aunque es un papel bastante breve lo compone con total eficacia y dándole unas ligeras pinceladas de humor. Pero no será por su habilidad con las leyes que consiga liberar a Gerry, sino por una simple cuestión de suerte.
No deja de ser revelador que la película que ven los presos, en una escena muy importante, sea precisamente El padrino, y se nos muestre un trozo de la conversación entre Vito y Michael Corleone, que también tuvieron problemas de relación. ¡Qué difícil es ser padre, y qué difícil es ser hijo!
4 comentarios:
Tremenda y desgarradora película que, ha pesar de haber visto tan solo una vez, me ha dejado un montón de imágenes y emociones grabadas.
Recuerdo sobre todo la actuación de Day-Lewis y la creencia de que los actores británicos están hechos de otro material. ¿Como es posible que sean tan buenos?
Creo que influye mucho el que desde muy jóvenes se dedican al teatro clásico, y esa es la mejor escuela de interpretación que puede haber, Heitor
Esa pregunta sobre los actores británicos también me la hago yo siempre, Heitor, y es que es cierto que en el Reino Unido hay actores buenísimos. Supongo que es lo que dice Alicia, que hay mucha tradición de teatro, mucho Shakespeare... o yo que se, pero son una raza aparte de actores.
En El Nombre del Padre es una película de estas que te hacen sufrir cuando las ves, porque la historia que cuenta es dura, pero sin duda merece la pena verla. Yo la he visto dos veces, cuando se estrenó en el cine y hace unos meses en dvd, y me parece muy buena. Los actores, efectivamente, están todos muy bien, sobre todo Pete Postlethwaite y el gran Daniel Day Lewis, que si mal no recuerdo estuvo nominado al oscar ese año por esta película... aunque también podría haberlo estado por La Edad de la Inocencia, que se estrenó el mismo año. Dos personajes absolutamente diferentes, y los dos los bordó el tío.
Un saludo!
Daniel Day Lewis es todo un camaleón, Laura, que lástima que se prodigue tan poco últimamente en el cine, a ver que tal resulta en There will be blood, que en principio tiene muy buena pinta.
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