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LOS FLUIDOS DEL GENERAL



Kubrick era como Atila. Cuando tocaba un género, hacía la obra maestra definitiva del mismo, referencia obligada para películas posteriores y casi imposible de superar. Eso sucedió también con Dr. Strangelove (o cómo empecé a amar la bomba y dejé de preocuparme), que aquí se tituló ¿Teléfono rojo? Volamos a Moscú, inmejorable muestra de política-ficción, sátira política o como quiera llamársela.

Muy acertadamente, la película muestra todo tipo de relación entre armas y sexo, desde las imágenes iniciales de acoplamiento de aviones y bombas que parecen un documental de apareamiento de animales de La 2, el piloto subido a una bomba de clara simbología fálica mientras él no para de dar orgásmicos gritos de entusiasmo y –last but not least- el culpable de todo el desmadre es un militar convencido que los rusos han envenenado el agua para apoderarse de sus “fluidos orgánicos” (menos mal que ahora existe el viagra).

Lo mas curioso de la película es que no ha perdido lo más mínimo de su actualidad ni de su fuerza corrosiva. Nuestro pobre planeta sigue estando en manos de incompetentes que por un mínimo descuido pueden enviarnos a todos al carajo.

Kubrick volvió a usar a Peter Sellers, ya que había quedado encantado con él en Lolita, y de nuevo quiso que interpretara varios personajes; de entrada eran cuatro, pero Sellers lo encontraba excesivo y tras una discusión en el rodaje en que se rompió una pierna se descartó la posibilidad de que pudiera interpretar al piloto del avión, ya que con la pierna enyesada ya no cabía en la cabina. De todas maneras, los tres papeles son más que suficientes, y le permiten mostrar sus acentos haciendo de inglés, americano y alemán. Hilarante la conversación telefónica del presidente de los EEUU con el de Rusia para comunicarle que les van a bombardear; como en muchas otras, fruto de la improvisación de Sellers, aunque Kubrick llevado por su perfeccionismo se las hiciera repetir una y otra vez.

Si Sellers está magnífico, no está menos espléndido George C. Scott, divertidísimo en su papel de militar cabronazo, como sólo él sabía hacerlo.Y no deja de ser una ironía que un actor que estuvo en las listas negras como Sterling Hayden tenga que recitar todo un discurso anticomunista.

Como muestra del enorme poder de la película, cuando Ronald Reagan tomó el cargo de presidente, una de las primeras cosas que pidió es que le enseñaran la “Sala de guerra”, a lo que replicaron que no existe, y el contestó que eso no era posible, ya que la había visto en una película.

12 comentarios:

Josep dijo...

En mi opinión, la última gran película de Kubrik: el uso del humor casi surrealista hace de esta película un alegato pacifista de primera; viene a ser como una vuelta de tuerca, más atrevida, a lo que inició con Senderos de Gloria.

Tienes razón cuando afirmas que no ha perdido actualidad, por desgracia...

Lo que no sabía es lo de la pierna rota de Peter. ¿Por eso aparece en silla de ruedas? Gracias por el dato.

Saludos.

Diego Faraone dijo...

Claro que sí, una obra maestra. Yo no diría la última, pero sí algo que no volvería a superarse.

Nadie volvió a hacer una película en este registro, con tantos cambios de tono, con esta mezcla de géneros tan particular. O al menos no me he enterado. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo: la película sigue estando de actualidad, y no deja de ser una muestra del ridículo que a veces hacen los más poderosos. Con un peculiar humor Kubrick crea una obra maestra.

Anónimo dijo...

Alicia, tienes los dedos de celuloide (por usar una antigualla cinéfila) first class para escoger las pelis que están enquistadas en el alma(si es que existe) del cinéfilo de pro.
Yo creo que he visto "Teléfono Rojo...." como tropecientas veces y siempre me he revolcado de placer (viendola, naturalmente).
Esta peli merece se transcriba el guión por izquierda y por derecha y por supuesto hacerle un monumento al Peter Sellers. Desde luego George C. Scott no le va a la zaga.
En fin aconsejo encarecidamente a todo el que lea ese magnífico post de nuestra amiga Alicia a que se agencie urgentemente un DVD de la peli y que sin pérdida de tiempo la visione (tambien la podeis ver por otros medios, pero sin abusar ¿OK?)
Un abrazote

Manuel Márquez dijo...

Pues una más de las varias miles que tengo pendientes de ver(terminareis quitándome hasta el enlace, y sin derecho a defensa -ni de oficio- ni recurso; qué vergüenza, papi...). Y no es porque no ande por casa en formato VHS, de una grabación del satélite de ni se sabe cuándo, pero eso, que a ver cuándo pilla uno hueco...

Un abrazo.

yorgos dijo...

pues sí, una verdadera joya.
la escena del piloto montado sobre la bomba en estado extásico, como si montara un búfalo me parece memorable. y tantas y tantas otras cosas más, empezando por Sellers.

alicia dijo...

No seas malo, Josep, que a continuación vinieron 2001, La naranja mecánica y Barry Lindon; aunque te puedan gustar a no se ha de reconocer que fueron decisivas en la historia del cine
Lo de la silla de ruedas del doctor Strangelove no fue por el accidente de la pierna, ya que querían dar un aspecto extraño a ese doctor, una mezcla de Mabuse, robot... en fin, y además, nos habríamos perdido la última y genial frase de Sellers en la película: "¡Mein Führer! ¡Puedo andar!".
La única película reciente que se me ocurre con mala idea y acidez política es La cortina de humo,Faraway, pero no llega a la altura de la de Kubrik, por supuesto.
Bienveida, Deyre, cierto que la película no ha perdido absolutamente nada de frescura, modernidad y actualidad. Es conveniente burlarse de los mas poderosos, el problema es cuando no puede hacerse.
Anro, mira que me han dicho cosas, pero nunca lo de que tenía dedos de celuloide. Me ha gustado. Me ganas de veces que has visto la película. Curiosamente la novela original no era nada cómica, pero Kubrik pensó que era mas conveniente y mas demoledor si se hacía en plan comedia. Y acertó.
Manuel si puedes te aconsejo que cojas la edición especial en DVD, que tiene unos extras fabulosos. Yo la conseguí en la biblioteca y es una gozada. ¿Qué es eso de que no tendrías derecho ni a defensa ni a recurso? Esto no es Guantánamo. ¡Qué mala fama me está dando Marcbranches!
La escena del bombardeo, yorgos, así como las imágenes de la bomba atómica mientras suena "We'll meet again" son toda una muestra del corrosivo humor de la película

Laura Hunt dijo...

Pues a mi me pasa casi como a Manuel, y digo casi porque en realidad si que la he visto, pero hace mucho tiempo y apenas la recuerdo. Tendré que darme una vueltecita por la biblioteca de aquí, a ver si también tienen esa edición en dvd que recomiendas, Alicia, porque tiene muy buena pinta.

Saludos!

alicia dijo...

Esa edición es muy buena, Laura, llena de extras que valen mucho la pena.Una gozada para un cinéfilo

Hatt dijo...

El brazo traicionero de Sellers ha quedado como un gag totalmente integrado en mi grupo de amigos. Creo que es suficiente indicador de su impacto. La verdad que Kubrick estaba como una cabra (no sé si de Perejil o de dónde), pero ojalá las cabras tuvieran una mínima parte de la sabiduría cinematográfica de éste.

Un saludo.

alicia dijo...

Ojalá fuera así, Hatt. Kubrick era mucho Kubrick. Me gusta cuando un grupo de amigos incorporan una frase o gesto de una película a su repertorio habitual y que el tuyo haya elegido ésta de Sellers demuestra vuestro buen gusto cinéfilo.

Anónimo dijo...

Alberto Q.
www.lacoctelera.com/traslaspuertas

Pues a mí esta peli me gustó pero creo Kubrick logró sus obras maestras antes y después. Me explico: Antes (Senderos de gloria, Atraco perfecto). Después (Barry Lyndon, La naranja metálica). Esto último lo apuntaba Alicia en un comentario y estoy de acuerdo.

Saludos

 
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