Querido Oliverio Piedra:
Sé que no me diriges la palabra, que me tienes en tu lista negra, y puedo llegar a entenderlo. Eres un tipo orgulloso, soberbio y con no demasiada capacidad de autocrítica, y el palo que le pegué en su momento a esa hedionda bosta de elefante que perpetraste llamada “World Trade Center” te hizo mucha mella. Aunque no fui ni mucho menos el único, mi despiadada pero justa crítica te erosionó especialmente, siendo como soy un crítico de reconocidísimo prestigio, prestancia y prestaciones; tal es así, que desde entonces no tienes un mal proyecto que llevarte a la boca, algo que te permita superar la depresión que, sin pretenderlo, te he provocado. A lo mejor, Oliverio, es que ya ha pasado tu momento: ¿has reflexionado sobre ello? Puede que la gente esté cansada de tus paranoias, de tus tendencias grandilocuentes, de tu ansia de protagonismo. Puede que te hayas cansado, en realidad, de ti mismo. Fuiste uno de los grandes; uno de aquellos que salía a puñado de nominaciones por película, después de hacer saltar la banca con “Platoon”. Pero cuando acabaste tu trilogía vietnamita con “El cielo y la tierra” empezaste a dar peligrosos bandazos, entre ínfulas de autor, e igual te daba por destrozar un guión de Tarantino como hacer de Cameron Diaz una Florentina Pérez cualquiera. “World Trade Center” fue tan sólo, y perdonarás que hurgue en la herida de esta manera, la cagada definitiva. ¿Por qué me cabreaste tanto, te habrás preguntado durante todo este tiempo? Pues por “JFK”. Por supuesto.
Porque con “JFK” demostraste definitivamente que detrás del maniático político-conspirativo que llevas dentro había un director de cine extraordinario. Es tu mejor película y lo sabes. Posiblemente es en la que más jirones de piel te has dejado, en la que más te has volcado, y se nota. Sigue siendo, 16 años después, una cita obligatoria en cualquier escuela de cine, por muchas cosas, pero en particular por su montaje, que combina frenetismo e información en dosis perfectas, siempre manteniendo al espectador al borde del la saturación, sin llegar a alcanzarla en ningún momento. Nos metes por los ojos una combinación (mezclada, no agitada) de imágenes reales, falsos documentales, dramatizaciones que encajan milagrosamente como guantes en Gildas, y que contribuyen a hacernos tragar con tu plan. Oliver Plan: ni más ni menos que la sacralización del gran héroe americano del título del post. ¿Kennedy? Le pintas como poco menos que un santo, pero no. Tu gran héroe es Jim Garrison; como tú (o eso te crees), un luchador, un surfista contra la gran marea, un San Jorge contra el Dragón. De ahí tu elección para el papel, un Kevin Costner que de aquella era la gran estrella jolibudiense, y del que conseguiste sacar, quizás, la mejor de sus interpretaciones (aunque a veces no puedas evitar la sensación que quien actúa son sus gafas...): Costner hace de Garrison un personaje honesto, incisivo hasta la obsesión (en este aspecto la película entronca con la reciente “Zodiac”) y carismático, que va perdiendo, al igual que el pueblo americano (porque Garrison ES el pueblo americano) la inocencia virginal del comienzo. Costner, en paralelo a la película, encuentra su cenit en el juicio final, un crescendo de datos y discursos abrochado con un inolvidable speech que se cierra con ese “It’s up to you” que pronuncia Garrison a la cámara. Pero es que el resto del reparto es, y está, sobresaliente: desde esos Jack Lemmon y Walter Matthau que quisiste que aparecieran separados para evitar cualquier reacción cómica equivocada por parte del público, pasando por Tommy Lee Jones, Joe Pesci (inenarrable pelucón), Laurie Metcalf (¡qué gran actriz tan mal aprovechada!), Sissy Spacek, Michael Rooker, Kevin Bacon (su breve aparición es, sencillamente, descomunal) o el gran Donald Sutherland, hasta llegar a ese Lee Harvey Oswald redivivo en el que se convirtió cierto camaleón llamado Gary Oldman. Todo esto con el objetivo de sacudir los cimientos del stablishment, y demostrar que la mejor manera de ejercer la democracia es pateando gobiernos. Lo de menos en “JFK” para ti, Oliverio, era determinar quién apretó el gatillo, o señalar con el dedo los componentes de la conspiración que, finalizado el filme, todos los espectadores estamos convencidos que existió. Lo importante era demostrar que alguien mintió (y no sólo la comisión encabezada por Earl Warren, que con muy mala leche hiciste que interpretara el propio Garrison), que todo estaba encaminado a barrer la porquería debajo de la alfombra, y que desde los mecanismos de poder se estaba dispuesto a hacer lo necesario para mantener un orden (los 60, recordemos, fueron años de magnicidio: JFK, Luther King, Malcolm X, Bobby Kennedy). Y lo conseguiste, Oliverio, a base de crear una suerte de subgénero, llamémoslo dramadocumental (toma palabro), que encandiló a medio mundo. Y precisamente por eso, sr. Piedra, porque has demostrado albergar auténtico talento de cineasta, que no te perdono “World Trade Center”. Espero que algún día reencuentres tu camino y te redimas. Aunque no lo creas, yo estaré aquí para celebrarlo. Un cordial saludo,
Marcbranches
P.D.: hay una escena en la que el fiscal del distrito de Texas dice algo así como “Tengo la convicción moral de que Lee Harvey Oswald es el asesino de Kennedy”. Esto de la “convicción moral” me suena de algo...
7 comentarios:
Me parece que somos varios los que opinamos como tú. Oliver ha perdido el buen camino hace un rato largo, y quizás sólo lo haya transitado previamente en algún que otro film pero no en todos. Saludos!
Cuán certero todo lo que apuntas, compa Marc, acerca de Oliver Stone, tanto en el lado positivo (efectivamente, JFK es un peliculón como la copa de un pino, una lección de cine fotograma a fotograma...) como en el negativo (no he visto WTC, pero, a tenor de la unanimidad crítica al respecto, ya me temo cómo está la cosa...). Y claro, ahí surge la duda: ¿es una crisis, pasajera, y de la que resurgirá, cual ave fénix, para volver a hacer cosas interesantes -todo gran creador tiene sus baches...-, o es que no hay más cera que la que arde -y el señor Stone ya no está para dar algo de ese nivel; que también suele pasar, aunque cueste reconocerlo...-? La solución, en próximas entregas (pero sin secuelas, por favor, sin secuelas: qué hartón...).
Un abrazo.
No hay duda, budokan, de que la carrera de Stone, desde una perspectiva actual, ha de calificarse de irregular. Pero en su primera mitad tiene cosas muy interesantes, desde esa inusual "Hablando con la muerte" hasta la misma "Wall street", que a mí me resulta particularmente divertida. M-Márquez, a mí empieza a parecerme más que un bache, la verdad. Es como si hubiese agotado la mayoría de su energía creativa en "JFK".
Poco que añadir a ésta magnífica reseña que ha hecho vd, amigo marcbranches. Si acaso aplaudirla.
Bajo mi punto de vista el mejor trabajo de Oliver Stone. "JFK" es una película sobria, seria, con muchísimos tintes de documental, con una magnífica puesta en escena y un guión fascinante y, a mi juicio, muy verosimil. Puede que el espectador se pierda con tanto nombre, tanta situación, tanto momento y tantos detalles, pero merece la pena descubrir lo que el señor Stone nos quiere mostrar. Puede que sus mas de tres horas adormezcan a más de uno, pero es díficil que lo haga. El reparto es espectacular,encabezados bajo la firme batuta de Kevin Costner, que vivía su época dorada en Hollywood. Merecidísimo el Oscar a la mejor dirección. Todos los directores tienen una película que marca su carrera, y creo que Oliver Stone llegó a su cúspide con esta obra maestra del thriller político y cine de investigación.
Pd: No entierres todavía a Stone, aún nos da grandes momentos como esa aparición estelar en "Torrente 2", cogorza perdido, abrazado a Segura y haciéndoles frente a Casillas, Guti y Helguera xD
Hostias, no recordaba esa escena de "Torrente 2"... supongo que es por algo (un vano intento de olvidar ese aborto de película... y encima en una escena con merengones...). No seré yo, JR, quien entierre prematuramente a Oliverio Piedra. Pero me entran ganas...
Sobre JFK se me olvidó remarcar la banda sonora de John Williams, con un bonito tema principal. Es cierto que a veces puedes perderte, sobre todo si no tienes acento de Wisconsin, pero vale la pena; sobre todo para los que nos gusta el cine político. Saludos.
Pues poco más que añadir a todo lo comentado hasta ahora, porque no puedo sino daros la razón. JFK siempre ha sido mi película favorita de Oliver Stone, una película en la que le sacó todo el partido posible a ese estilo de montaje frenético que suele utilizar el Sr. Oliverio, y que en otras películas llega a resultar mareante, pero que en esta encaja a la perfección con lo que nos está contando, y además logra que todo se entienda perfectamente, sin que en ningún momento te pierdas, a pesar de la cantidad de personajes que aparecen y la cantidad de información que se te da.
Pena que haga ya años que no hace una película a la altura. Y es que lo suyo más que un bache empieza a parecer un socabón.
Saludos.
Y es que a Oliverio, Laurita, lo que le van son las conspiraciones a gran escala... ¿Por qué no se casca un largometraje sobre el 11-M? O, mejor, ¿por qué no uno sobre las elecciones del Madrid? Lo que nos íbamos a reir...
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