¡Atención!: Nueva trilogía. Primera parte: El actor es la estrella.
“Hubo un tiempo en el negocio en que tenía los ojos de todo el mundo. Pero eso no era lo suficientemente bueno para ellos, ¡oh, no! Debían tener los oídos del mundo entero también. Así que abrieron sus bocazas y empezaron a hablar, hablar, ¡HABLAR!”
El paso del cine mudo al hablado fue realmente traumático para mucha gente, requería una forma de interpretación totalmente distinta y no todos estaban preparados para ello. Solo algunos afortunados supieron hacer el cambio, como por ejemplo Greta Garbo, pero muchos otros se encontraron arrinconados y olvidados de la noche a la mañana; habían sido ídolos de todo el mundo, unos auténticos dioses por los que la gente era capaz de hacer auténticas locuras, el mas mínimo deseo suyo, por estrafalario que fuera, era una orden ;pero ahora nadie quería saber nada de ellos, eran unos juguetes rotos que sólo tenían los recuerdos de un pasado glorioso.
Nadie como Billy Wilder supo reflejar ese momento, con una lucidez, crueldad y fascinación increible en Sunset Boulevard, que por caprichos de los traductores se convirtió en El crepúsculo de los dioses, de resonancias wagnerianas. Hay gente que no le supo perdonar, como por ejemplo Louis B. Mayer, que le dijo furioso “Ha desprestigiado a la industria del cine. Ha mordido la mano que le convirtió en alguien y que además le dio de comer. Deberían alquitranarle, emplumarle y arrojarle del país.” La respuesta de Billy fue muy breve : “Fuck you”.
Uno de los mayores aciertos de la película es el reparto, compuesto por personas que vivieron ese traumático cambio: Gloria Swanson, Erich Von Stroheim, Cecil B de Mille, la película que ven proyectada los protagonistas es La reina Kelly, que fue rodada por Stroheim con Swanson, la frase de Max diciendo “Sólo había tres directores: Griffith, De Mille y yo” (totalmente cierta), la irrupción en el verdadero rodaje de Sansón y Dalila de De Mille... todo contribuye a que la identificación sea total y que sea una película irrepetible.
Desde el principio una voz en off nos explica una historia, el único inconveniente es que está muerto. Pero eso no importa, ya que pronto veremos que estamos rodeados de muertos vivientes.
Norma Desmond (Swanson) es una antigua estrella del cine mudo, que vive aferrada a los recuerdos de su pasado, Joe Gillis (William Holden) es un guionista con problemas económicos que encuentra en Norma un cheque en blanco, pero no le gusta pensar que se ha convertido en un gigoló, prefiere engañarse a si mismo considerándose un escritor. La atmósfera de la mansión donde vive Norma es enfermiza, claustrofóbica: funerales de monos, partidas de cartas con “figuras de cera” como Buster Keaton o Hedda Hooper, los patéticos esfuerzos de Norma de divertir a Joe haciendo de Charles Chaplin o bañista de Mack Sennett, la relación de Norma y Max (Stronheim)...
Los estilos de interpretación de Swanson y Holden se ajustan perfectamente a su papel: ella gesticulante, exagerada, desmedida, como si aún estuviera actuando en una película muda, él sobrio, contenido, natural, moderno.
Por supuesto no podemos olvidar la deslumbrante escena final, en la que Norma Desmond ya ha perdido totalmente el sentido de la realidad y cree estar rodando una nueva película, que acaba con ella acercándose fantasmagóricamente a la cámara... Uno de los mejores finales de la historia del cine que pone el broche de oro a esta obra maestra.
9 comentarios:
Cuando Wilder contaba el revuelo que se armo tras el primer pase para el estudio, uno se da cuenta de que esta película no es una mera cinta ubicada en el mundo del cine. Esta película le quitó al cine esa especie de aureola mítica, del mundo glamouroso y perfecto que siempre salía en pantalla. Y les dolió a los representantes de Hollywood porque ciertamente representa su mundo, el de las estrellas acabadas, de la tiranía de los cánones de belleza y de los grandes estudios. Me cuesta mucho hacerme a la idea de que alguien como De Mille aceptara participar en un proyecto cuya cruel y falsa imagen podría repercutir en su carrera, ya que el representa el espíritu de la película: Hollywood es un engañabobos.
Wilder, aparte de un director cojonudo, era un cinéfilo como pocos. Éso se ve a lo largo de toda su obra, pero particularmente en esta película, que es en sí un compendio de homenajes, aunque también reprimendas, al mundo donde el vivía, a Hollywood, que tan pronto crea una estrella, como la convierte en monstruo. Así como ocurrió con la llegada del sonido con la propia Swanson, Mary Pickford, Harold Lloyd o Buster Keaton, Hollywood marginó a otras estrellas y cineastas por diversos motivos y escándalos, como James Whale, Chaplin o Dalton Trumbo. Y en esta película, Swanson, más que el propio deseo de regresar a la pantalla, de hacer películas por amor al arte, lo quiere por la necesidad de la fama, de sentirse el ombligo del mundo, y que realmente no sabe si es ella misma o uno de sus personajes, actuando como si realmente estuviera dentro de una película, con gestos teatrales más propios del cine mudo. A través de la figura de Norma y de su propia casa, que según Joe, recuerda a la mansión de Miss Havesham de Cadenas rotas, Wilder realizó un magnífico retrato de la soledad de la estrella, de quién un día lo tuvo todo y que ahora forma parte de un imperio herrumbroso y derrotado. Y también de la demencia. Norma es un antecedente del Travis de Taxi Driver, ese personaje que ve el mundo según sus propios ideales, y que se llega a obsesionar con un guionista sin talento, al cual utiliza más como gigoló que como auténtico escritor, y al que pretende convertir en una de las figuras de su museo de cera viviente.
A destacar un personaje importantísimo en la trama, el de Max el mayordomo. Es al mismo tiempo su mayor valedor y su mayor enemigo, pues es quien realmente la tiene engañada con un mas que improbable regreso a las pantallas. El, sin quererlo quizás, la hunde más en la miseria, y el hecho de que en la vida real Stronheim fuera el director que más dirigió a Swanson le añade más morbo a la situación. Wilder tenía pensado utilizar a Mary Pickford en primer lugar, pero gracias a esta pudimos presenciar el retorno de una Gloria Swanson enorme, que realizó, al igual que un grandioso William Holden, una interpretación histórica.
En definitiva, Wilder orquestó una maravillosa venganza contra todos aquellos productores y cineastas que el aborrecía, por considerarse artistas cuando lo que únicamente hacían, según él, era poner el dinero y mandar, cuando no tenían ni puñetera idea de cine.
PD: Que levante la mano quien no vio el claro homenaje al comienzo de "El crepúsculo...." en el principio de "American Beauty" de Sam Mendes.
Hola Alicia, ví tu comentario en mi blog. Ahora soy un conejito destripado y ya no voy a ser mismo...buuuaaaaa....he cambiado tanto que estoy hablando de sexo drogas y botellón en mi blog....Jack me ha destrozado la vida....snifffff....sssnnniiifff
Está votada...jejejeje.
Un besito conejíl.
Pues si, todo un homenaje, el del comienzo de American Beauty a la obra maestra de Billy Wilder.... aunque, como anécdota, te diré JR que la primera vez que vi la película no me enteré... porque entré tarde al cine: me lié con la hora y ya había empezado, no veas el cabreo que pillé (por supuesto, volví a ir a verla a los pocos días, faltaría más...).
Y hablando de El Crepúsculo de los Dioses, que puedo decir: la considero una OBRA MAESTRA, y una de los más certeros retratos del mundo de Hollywood. Tuve la suerte de poder ver esta película en el cine, en versión original subtitulada, hace unos años. La sala estaba llena por completo y cuando finalizó la proyección, todo el mundo se puso a aplaudir, así, espontáneamente: pocas veces pasa esto en un cine, pero pocas veces se ven películas como esta. Toda una experiencia.
JR, fíjate que hay gente que criticó a Wilder diciendo que se presentaba a De Mille como el ganador y a Stroheim como el perdedor, cuando Billy adoraba a ese director, y yo creo que el personaje de Max es interesantísimo, por un lado es cierto que es quien contribuye a que Norma viva en su mundo totalmente irreal, pero por otro es una víctima de su obsesión por ella. Impresionante Stroheim.
Conejín, nosotros tampoco hemos vuelto a ser los mismos desde que dijeron que somos aburridos. Ánimo y gracias.
Laura si que tuvo que ser una experiencia ver la película en el cine, en v.o. y con la gente aplaudiendo. Sunset boulevard es una película totalmente irrepetible, tanto por su reparto, como por el director. Una maravilla.
Laura... ¿Viste esta película en el cine? Veo que eres más mayor de lo que aparentas... ¿Y no te encontraste con Alicia?
Pues fíjate que casualidad porque justo hoy he dado en historia de la imagen el paso del mudo al sonoro, lo difícil que fue para los actores, la tiranía del sonido y por supuesto lo bien que refleja esa sensación de pérdida El crepúsculo de los dioses.
Un saludo!
Juajuajuaaaa... pero que gracioso que eres Marc... es que me parto! pues si, listo, la vi en el cine hace cosa de 10 años o así, no se, fue cuando el centenario del nacimiento del cine, que pusieron un ciclo en el Teatro Campoamor, en Oviedo, que fue una auténtica pasada: películas de todas las épocas en versión original y baratísimo (también pusieron Reservoir Dogs... ay, que buenos recuerdos)
PequeñoIbán, me alegra la coincidencia y que te haya idod bien para completar la clase; espero que te guste esta trilogía. Esta linterna es un poco como el libro gordo de Petete.
Betote, lo que mas me preocupa de la dichosa pantalla azul es que hace que los actores tengan menos protagonismo, dentro de nada los sustituirán por actores digitales.
Laura, ya ves que paciencia se ha de tener con esta juventud. Ya lo dijo el tomate que se cayó a los demás que estaban todavía colgando "¿de qué os reís, inmaduros?"
Cuántos actores que no supieron adaptarse.. Ahora comprendemos la importancia que tiene la voz de los actores.
Yo también completo la lección de clase.
Saludos!
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