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MININO


Prueba nº 27.957 de que, efectivamente, time passes by (o lo que es lo mismo, que me hago viejuno): ayer Harvey Keitel cumplió 70 años. ¡70 fuckwxklswrsxs años! ¡Mr. White, el señor Lobo, el jodido Bad Lieutenant! ¡70 castañas! Joder, es que dentro de poco le va a quitar los papeles de abuelo cachondón a Eli Wallach... Prueba nº 27.958 de etcétera: me estoy convirtiendo en un gruñón intolerante. Años ha, el hecho de que una película tuviera una mínima capacidad para entretener, por mala que fuera, me permitía olvidarme de ella a la salida del cine, sin más perjuicio para mi humor. Ahora tiendo a cabrearme cual Joe Pesci en... bueno, en cualquiera de sus películas. Y eso no es bueno para la tensión arterial.

También reconozco que me lo busco. La semana pasada me tragué, en apenas un par de días, “X-Men orígenes: Lobezno” en el cine, y “The Spirit” en DVD. El paso lógico subsiguiente hubiese sido arreglarme las cejas con un soplete, embadurnarme de Varon Dandy y pegarme fuego a lo bonzo para acabar arrojándome por la ventana al grito de “Cowabunga”, en un cinéfilo homenaje a “Batman & Robin”. Pero así como “The Spirit”, a partir de un descomunal error en la elección del tono del film, resulta divertidamente lisérgica, “Lobezno” es un ejemplo de lo peor que puede ofrecernos la insigne productora Fox y, por extensión, Jolibud. “Lobezno”, o cómo pervertir a un director independiente, capítulo 365.457 (sí, hoy me ha dado por los números. Eso no significa que sea John Nash) (¿Quién es ese señor con gabardina?).

Recapitulation. Las dos primeras películas de la saga “X-Men”, pergeñadas por el hoy-echao-a-perder Bryan Singer, son un excelente ejemplo de que se puede hacer una película de superhéroes con dignidad, talento, respeto por los personajes e incluso mensaje (el racismo) sin perjuicio del sentido entertainment y unas buenas acojoescenas de acción (ver apertura de “X-Men 2”). Hay división de opiniones respecto a la tercera; personalmente, aunque resulta inferior a sus predecesoras, la considero una más que digna secuela. Con ella se dio carpetazo a la saga mutante como tal, y empezaron a volar los braimstormings con ejecutivos marca Fox maquinando ideas OHMYGODTHEYREGONNACUMEVERYWHERE. Como ahora a todo el mundo le ha dado por las precuelas, pues vamos a hacer un saco de precuelas, bajo el epígrafe “X-Men: orígenes”. La primera iba a ser “Magneto”; pero supongo que consideraron que debían arrancar a tiro fijo (o quizás es que Ian McKellen huyó despavorido a las montañas de Nanda Devi para hacerse monje cisterciense), y han empezado con el superhéroe más atrabiliario y salvaje de la Marvel, Lobezno. Madre de dios, no lo han podido hacer peor.

No me voy a extender mucho, que tengo un jabalí en el horno que necesita de mi atención. “Lobezno” es un ñordo de consideración. Ni siquiera la salva el hecho de que sea corta; precisamente eso va en su contra, puesto que en todo momento da la impresión de que le falta algo. Y, desde luego, es así: le falta Lobezno. No hay apenas rastro del personaje bosquejado por Singer en sus dos filmes, y no se puede culpar a Hugh “camiseta imperio” Jackman de ello (en todo caso, de haberse creído este embolado); en esta precuela, Lobezno es un héroe como otro cualquiera: el hecho de que berree ferozmente de vez en cuando no significa que transmita la rabia interior. Tampoco ayuda la absurda, átona y absolutamente carente de química relación amorosa con Kayla (Lynn Collins). Da grima ver al Lobito derretirse mientras habla con su pareja del mar, las estrellas y la luna-lunera: sólo les falta llamarse “pichoncito” mientras suena de fondo una hermosa balada de Michael Bolton. Por no hablar del giro argumental que atañe a la chica, de absoluta vergüenza ajena; no voy a destriparlo porque es espoilerazo, pero vamos a dejarlo en que las habilidades intuitivas de Lobito quedan en deshonroso entredicho (vamos, que huele una ventosidad de abejorro a diez kilómetros de distancia y, en cambio...).

El resto de los personajes poco tiene que hacer con lo que les dan. Se está hablando bien del trabajo de Liev Schreiber, pero su Dientes de Sable tampoco tiene nada que ofrecer; su personaje está tan tristemente desaprovechado como el Stryker de Danny Huston. Tampoco el director, Gavin Hood (recordemos, “Tsotsi” y “Expediente Anwar”: ¿qué coñios hace dirigiendo esto?) se salva de la quema. Las escenas de acción no son ni malas ni buenas, ni impresionan ni dejan nada perdurable en la retina, son mecánicas e impersonales; aparte de que contienen alguna idea absolutamente descojonable, como hacer que Stryker le dicte las órdenes a su bichardo lacayo... ¡por escrito! Mientras Masacre se va dando hostias con Lobito, Stryker le escribe en un ordenador: DECAPITALO. Ya de paso, podría haberle añadido unos emoticonos, o escribirle en lenguaje SMS: KRTLE LS HVOS CN SPADA LGO KDMOS CNTRO KMRCIAL. K PASOTE TRON! Por no hablar de la acumulación de mutantes para que sean reconocidos por los fans, o algún que otro cameo gratuito que, además, confirma que los FX de este film cantan de manera inadmisible para un proyecto de 130 kilos de presupuesto.

Quizás sea la reflexión sobre este último dato lo que me enciende cual tea, y me impide desconectar el cerebro durante la proyección y, simplemente, abandonarme al entretenimiento que pueda producir una película como esta. “Iron Man” (“TDK” es otra cosa) demostró que se puede hacer una película de superhéroes sin pretensiones, digna, inteligente y respetuosa con el espectador. Así que a mí no me vale con eso de que “bueno, es mala de cojones, pero pasas el rato”. Me voy a por un soplete.

7 comentarios:

Josep Lloret Bosch dijo...

Bueno, bueno: ya veo que ni siquiera te entretuvo; me dá que pensaste que era mejor de lo que es; y me quedo con la extraña sensación que Spirit te gustó más, lo cual me deja en un pozo de desconcierto, aunque me alegra volver a discrepar (aunque sea por poco).

Saludos.

marcbranches dijo...

Nonononono. "The Spirit" es absolutamente impresentable. Tanto, que hasta me resulta simpática; ya sabes la querencia que tengo por lo trash. Así que siento decepcionarte: no discrepamos. Saludos.

Diego Faraone dijo...

Sobre lo que decís de que Wolverine no es Wolverine, estoy totalmente de acuerdo.
Al parecer Hugh Jackman, que también fue productor en este filme, pidió que el guión de David Benioff fuese suavizado para que la película pudiese ser apta para todo público. Wolverine se ha convertido en un gentleman bastante controlado, y la película en general pierde dramatismo por la notoria voluntad de rebajarla de contenidos ásperos. Los conflictos bélicos que atraviesa el joven Wolverine parecen un paseo, la dolorosa inyección de adamantium no le deja secuelas y su huida del laboratorio no tiene punto de comparación con la masacre que causaba en el comic. La película toda se convierte en un producto light, descafeinado, insulso.

Al fin de cuentas, este Hugh ya no me cae tan bien como antes.

Un abrazo!

Heitor dijo...

Cachenlamar, Batman Forever me la ves con cierto aire de perdón y me destrozas al pobre Lobezno.

Es cierto, el guión no da para demasiado, tanto mutante desaprovechado convierte partes de la peli en un simple escaparate, Lobezno está suavizado, pero sigo pensando que entretiene. No me cabreó como Spiderman 3 o los Fantastic 4 y Silver Surfer. Las escenas de acción me parecieron correctas.

No es para echar cohetes, no... pero yo me lo pasé bien. Será que me resisto a hacerme mayor (eso no, repito, NO es una cana).

Möbius el Crononauta dijo...

No puedo decir que sea una sorpresa

marguis dijo...

Vale, a lo mejor quedé deslumbrada por tanto cameo de superhéroe (es que sale Emma Frost y siempre me ha gustado), y después de ver Star Trek que me ha alucinado completamente, las comparaciones son odiosas.
algo tuvo la peli que salí del cine satisfecha... aunque después de dos semanas no consigo a cordarme de lo que era...

marcbranches dijo...

Faraway, la huida de Lobezno no sólo no tiene que ver con el cómic, lo cual es irrelevante; es que discrepa de las anteriores películas de la saga, en las que se ve esa huida, en flash-back, como un marasmo de fuego y sangre que aquí no vemos por ningún lado. Veo que habrá que echarle más culpa a Jackman de lo que pensaba, por lo que comentas. Saludos.

Heitor, yo creo que me confundes, jamás he sido displicente con "Batman Forever" (de hecho, no recuerdo haberla comentado en ningún ciberlugar), que es un truño tamaño XXXL; lo que pasa es que comparada con "Batman & Robin", es el puto "Ciudadano Kane". "Spider-man 3" es más irritante, pero "Los 4 Fantásticos", aunque mala, se salva de mi ira por su falta de autoconsciencia. Saludos.

Mobius: no, no lo es. ese es el problema. Saludos.

Marguis: ¿Los pectorales de Jackman, quizás? Saludos.

 
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