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HERR DRACULA


Señora, los vampiros nunca dejan de estar de moda. Supongo que habrá muchas teorías al respecto de la fascinación que albergamos por estos personajes iconográficos del horreur ficcional; yo diría que la clave está en la combinación terror+sexo implícito. ¿O no está cubierto el vampirismo de varias capas de erotismo más o menos latente? Desde Terence Fisher hasta Francis Ford, pasando por, claro está, Jess Franco, todos han tenido presente este pálpito erótico que subyace en todo lo que concierne a los chupasangres. Hoy en día, con la literatura “crepuscular” y su versión fílmica (también llamada “90210, sensación de chupar”) (aunque... también podría titularse así la versión porno...), y la serie de Alan BallTrue blood” -que recomiendo encarecidamente a mis jóvenes padawanes, e incluso diría más: la recomiendo encarecidamente-, los vampiros han vuelto al primer plano pop-cultural. Así pues, dígome yo que no estaría mal trasladarnos al origen de la especie, y así, de paso, contamos una pequeña y cinematográfica historieta. La Linterna Mágica te enseña, la Linterna Mágica entretiene, y yo te digo contento, hasta el párrafo que viene.

La primera película que se recuerda sobre el legendario personaje de Bram Stoker es, en realidad, un hurto. “Nosferatu, eine Symphonie des Grauens” (1922, F.W. Murnau), que en España, con un enorme sentido del pragmatismo, titulamos “Nosferatu el vampiro”, nace de la negativa de la viuda de Stoker a cederle los derechos de la novela a la productora de Murnau. En aquellos tiempos el cine aún no era un arte respetado, y a la viudísima mrs. Florence Stoker eso de una versión germana de Drácula le sonaba a chino. Amigos, la imaginación no tiene límites, pero la desvergüenza tampoco, y al bueno de Murnau no se le ocurrió otra cosa que fotocopiar el original modificando los nombres de los personajes y las localizaciones. Lo cual convergió, curiosamente, en una de las más fieles adaptaciones de la obra de Stoker que jamás se hayan visto en pantalla, hasta la llegada de Coppola al mito. Y si no me creen, ojo a la sinopsis: Hutter, un joven trabajador en una empresa de venta de casas, es enviado por el sr. Knock, su jefe, al castillo del Conde Orlok, quien resulta ser un vampiro. Orlok, al ver una foto de Ellen, la mujer de Hutter, emprenderá un viaje en su busca y Hutter a su vez regresará a su ciudad para advertir a todo el mundo, en especial el profesor Bulwer, de la presencia de este ser maligno. Venga-va, yo dejo los nombres escritos y vosotros los ubicáis donde correspondan: Drácula, Harker, Van Helsing, Mina, Renfield. Claro, mrs. Stoker no tragó, y les puso tamaña denuncia que el Garzón de la época obligó a destruir todas las copias existentes. Por fortuna, muchos particulares guardaron algunas de ellas, y se fueron haciendo copias en video, hasta tal punto que la película pasó a tener vida propia dependiendo del país en el que se copiaban. Hay versiones más largas y más cortas, aunque no hace demasiado que se ha conseguido restaurar el original casi en su totalidad, dejando su duración oficial en 94 minutos. Hasta tal punto fue lo de la “vida propia”, que incluso algunos tuvieron el pésimo gusto de encajarle una banda sonora moden-na quetekagas, al cabo de los infumables franceses Art Zoyd, quedando un mojón de este calibre. Necesito un batido de paracetamol.

¿Y la película, qué? Pues es un referente histórico ineludible. Dicen que la primera película de terror de la historia, dicen que una muestra capital del expresionismo cinematográfico de uno de sus mayores seguidores, el pater Murnau. Lo primero no podría confirmarlo porque no llevo la cuenta, pero si lo dice la Wiki binvenido sea; lo segundo no lo tengo yo tan claro. Es expresionista, pero sólo un poco: a fin de cuentas, hay bastantes exteriores y ciertas pinceladas de realismo, quizás para horadar un poco más el sentido del pánico de los espectadores. Hay, eso sí, unas interpretaciones muy afectadas (algo inherente al cine mudo, había que suplantar la palabra), y una optimización de los recursos técnicos disponibles en aquella época que enriquecen el relato de una manera monumental para la época: aceleración de fotogramas, ralentís y empleo de película negativa para reafirmar la sensación de paranormalidad; o el uso de acusados cromatismos para reflejar los estados del día (azul para las noches, ocre para los atardeceres...). Aunque quizás lo más recordado sea esa sombra alargada y amenazante que subraya al invisible conde mientras sube hacia la habitación de Ellen para tomar su corazón y su cuello. Sin embargo, la gran baza para inculcar el terror en los corazones del prójimo era, sin duda, Max Schreck, el actor que interpretaba al conde Orlock. Muy alejado del perfil glamourizado de sus posteriores versiones, el Drác... el Orlock de Schreck es un monstruo de manos afiladas por inacabables uñas, rostro espeluznante y mirada sobrecogedora. Un Quique San Francisco calvo, vamos. La rumoreada mitología acerca de este actor se retrató en la película “La sombra del vampiro”, con Willem Dafoe interpretando a un Schreck tan vampiro como su personaje.

“Nosferatu” es una precursora, el Rómulo y el Remo del cine de terror, y un referente imprescindible que se hace necesario para todo cinéfilo que se precie, aunque sólo sea como experiencia. Claro que se hace difícil de ver hoy en día, pero parte de su capacidad perturbadora sigue intacta. No será que no lo pongo a huevo (to egg): aquí tenéis, enterita -ojo, con los nombres de la obra de Stoker-, “Nosferatu”. Aconsejo verla delante de un espejo, y con una bolsa de pan. De ajo.

9 comentarios:

ANRO dijo...

Je, je, je..lo del Quique St. Francis calvo está bien. Te voy a contar una pequeña anécdota si me lo permites. Cuando yo era muy jovencito y estaba en Barcelona tratando de vender material periodístico solía ir a la redacción de Fotogramas donde me recibía la Maruja Torres, que por entonces trabajaba en esa revista. Al mismo tiempo que yo, venía un tipo que se parecía enterito al vampiro de tu comentario. La Maruja, que siempre fue muy cachonda le puso el mote de Nosferatu. El pobre hombre (tenía cierta edad), al que traté más adelante, e incluso me brindó cierta amistad resultó ser un antiguo militante de la izquierda catalana, que había estado preso la pila de años, en las cárceles franquistas. Por entonces, su vida seguía siendo un drama.
A partir de entonces, y siempre que veo o leo sobre Nosferatu, el personaje tiende a producirme ternura y no terror.
El partido de baloncesto fue entre Estudiantes y Pamesa de Valencia. También hubo Atlético Madrid- Valladolid, no esta mal ¿verdad?
Un abrazote.

Castigadora dijo...

Esta película es todo un referente, aun recuerdo cuando la vi por primera vez.
El tema de vampiros es una de mis pasiones, me encanta todo lo relacionado con su leyenda, (bueno todo no porque "crepúsculo" tan de moda hoy es un "sacrilegio" contra el buen gusto)
No tenía ni idea de que fuera un hurto. Pasarse por aquí siempre me deja buen sabor de boca
Saludos

marcbranches dijo...

Anro, debes de ser el único al que Nosferatu produce ternura. Buen menú deportivo, en especial si no eres de Estudiantes o del Atleti, porque... vaya par... Saludos.

Bienvenida siempre, Castigadora. El asunto vampírico siempre ha estado más o menos de actualidad, a pesar de el peligro que siempre corre de pisotear trilladísimos caminos. Desde luego, el "crepuscular" no parece el mejor medio de evitarlos. .. Saludos.

alicia dijo...

Perdón por meterme en un post que no es el mio, pero quisiera decir a Antonio la sana envidia que me da el que conociera a Maruja Torres, y más aún en su época de Fotogramas. La admiro mucho y me enseñó a ver el cine de una manera mucho más irónica y apasionada.

Möbius el Crononauta dijo...

Joder, el Nosferatu de Art Zoyd era un pestiño de extlaoldinalia magnitud, pero le tengo cariño, fue el primer 'Nosferatu' que vi, siendo yo un impresionable imberbe.

En fin, Nosferatu una vez al año no hace daño.

Saludos

Josep Lloret Bosch dijo...

Dado que uno ya peina canas, puedo presumir de haber visto Nosferatu en el canal UHF de TVE hace la tira de años: tantos, que yo era adolescente.

Estuve como media hora sentado en el mismo sillón, en una madrugada solitaria, acojonado frente a la estufa, aterrado, aún después de la habitual "despedida y cierre" de la época. No me atrevía a levantarme, apagar la luz, cruzar el pasillo para encender otra y subir hasta mi habitación....

Impresionante.

Saludos.

marcbranches dijo...

Directrice, está ud. perdonada (qué remedio)...

Moebius, yo vi por primera vez esa versión hace poco, y estuve a punto de sufrir un aneurisma doble con hielo. Dios, qué horreur.

Josep, me haces sentir taaaaan mayor. La UHF... la "despedida y cierre"... si llegas a sacar "un globo, dos globos, tres globos" me pongo a llorar tres semanas seguidas. Saludos.

Laura Hunt dijo...

Es que Nosferatu es mucho Nosferatu, hay que ver, todavía hoy da miedo, con todo lo que hemos visto, aunque supongo que en gran medida es por culpa de Max Schreck, que si hacemos caso de La Sombra del Vampiro era todo un personaje en si (muy bueno lo del Quique San Francisco calvo, casi me da un ataque de risa).

Y tienes razón en que, por mucho que la película sea un hurto, como dices, es probablemente la versión más fiel que se ha hecho de la novela de Bram Stoker, en mi opinión bastante más fiel que la de Coppola, que a mi no me parece tan fiel en el fondo (digamos que es más de Coppola que de Stoker).

Y, para terminar, me uno a la recomendación de True Blood, que ya la he visto y me ha parecido de lo más entretenida. Ya estoy deseando que rueden la segunda temporada a ver que pasa.

Si es que siempre he sido yo muy de vampiros...

Hasta pronto!

marcbranches dijo...

Pues no sé si "Nosferatu" es más fiel a Stoker que la versión de Coppola. Su diferencia es el hálito romántico (la historia de Drácula con Mina) y la relación explícita con la historia de Vlad Tepes. Y sí, "True blood" es una gran cosa, y Anna Paquin también. Saludos.

 
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