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UN, DOS, TRES, REMAKEA OTRA VEZ


No voy a soltar una invectiva sobre los remakes, la falta de imaginación de los guionistas de Jolibud, cualquier tiempo pasado fue mejor, qué bonito era el blanco y negro, etcétera. Es un tema, más que sobado, violado ya por la opinión pública cinéfila, y servidor no va a aportar, a estas alturas, más datos y más bilis al estado de ánimo colectivo. Simplemente, como para muestra, un botón (que decían en la época de la Directrice), esta semana se ha estrenado el penúltimo remake de un film antiguo, en este caso de "Pelham 1, 2, 3", un estimable largometraje de suspense que, por lo visto, solicitaba a grito pelado un lavado de cara y ojos. Y ha venido tito Scott (el hermano pequeño) con el agua y el jabón, y lo único que ha conseguido es ensuciarle más la cara, e infectarle los ojos.

"Pelham 1, 2, 3", la película original del buen artesano Joseph Sargent, es una película de la cual lo mejor que se puede decir es que el tiempo no la ha estropeado. Cuenta con un excelente guión del señor Peter Stone, del que no hace mucho destacábamos aquí mismo su labor en la escritura de "Charada", y que en este film sobre el secuestro de un tren de metro neoyorquino se luce de manera similar en la construcción de diálogos (eso sí, considerablemente más rudos, estamos ya en los setenta: los "fucks" campan a sus anchas por esas boquitas) y en el adecuado goteo de la tensión. Acompañado por una banda sonora perfecta de David Shire, el ritmo del filme avanza con considerable precisión, sin efectismos ni demasiadas concesiones al espectador, más allá de algunos inevitables sarcasmos del gran Walter Matthau, que de todas maneras se concentran en el arranque del film, en el que su personaje, el policía de tráfico Zachary Garber, se encuentra guiando a un grupo de japoneses por el centro de control del metro de New York, momento en el que se produce el secuestro del tren Pelham 123 por parte de un grupo tipos disfrazados de la misma manera. Su líder está interpretado sólidamente por Robert Shaw, que perfila un personaje británicamente seco y decidido; entre sus secuaces están Hector Elizondo, el típico secuaz de gatillo fácil, y Martin Balsam, cuyo resfriado se convertirá en una clave más de la trama. Se llaman los unos a los otros mediante nombres de colores (mr. Brown, mr. Blue, mr. Green); supongo que no tengo que decir para quién resultó esta una idea excelente... "Pelham 1, 2, 3", sin ser ninguna obra maestra, es una excelente película de acción, a la que, en todo caso, se la puede acusar de no dar con un clímax suficientemente potente; lo cual, en todo caso, queda compensado con el elegante e inesperado, por lo abrupto, final del film, en el que un estornudo y la impagable expresión de Matthau coronan las lindezas del guión.

"Asalto al tren Pelham 1, 2, 3", el remake perpetrado por Tony Scott, no es un pésimo filme, en sí mismo. Es una película de acción soportable, que, sin el recuerdo de su antecesora, podría sobrevivir con cierta dignidad, si consideramos a la mayoría de sus colegas del género que nos vienen aporreando las neuronas infatigablemente durante el año. O por lo menos esta es la primera impresión que uno se lleva recién levantado de la butaca; luego, un par de reflexiones posteriores la empeoran drásticamente. En primer lugar, es la confirmación de que el hermanísimo está perdiendo pistonada a pasos agigantados: comparado con sus últimas creaciones (recordemos, intentando no arrancarnos los pezones con un cortauñas, bodrios como "Deja Vu" o "Domino"), hasta "Enemigo público" parece una obra maestra. "Asalto al tren Pelham 1, 2, 3"tiene, de entrada, algo bueno: su ritmo narrativo apenas decae durante casi todo el metraje, y sabe manejar las escenas con suspense con los mínimos efectismos que a Scott le permite su ADN. El gran problema de la película es, quizás, la razón de su existencia.

Y esa no es otra que su genuflexión ante los dos actores que la protagonizan. El cara a cara entre Denzel Washington y John Travolta es el gancho comercial del film: el director lo tiene claro, los productores lo tienen claro, y, por desgracia, los actores lo tienen clarísimo. Travolta compone (por decir algo) un villano de pa(co)tilla larga, risas bwa-ha-ha y carácter explosivo, en las antípodas de la inquietante calma de Robert Shaw; Washington intenta alejarse, sin conseguirlo, de su habitual deje de suficiencia, tratando de dibujar a un hombre común (su personaje no es policía, sino un simple agente de tráfico ferroviario) que trata de no verse superado por las circunstancias. Ignoro, uniéndome al desconcierto de mi amigo Josep, la razón por la cual tito Denzel decidió engordar unos kilos para interpretar este papel: por mucho que se atocinara a golpe de dieta de Phoskitos, el personaje sigue siendo leve cual bolsa de plástico de "American beauty". Lo único que eleva el nivel de la función son las apariciones del inmenso James Gandolfini como alcalde de la ciudad, que roba dormido las cuatro escenas en las que aparece. Salvemos también a John Turturro, al que por fin le dan un personaje contenido y con sentido común: diría que desde su Jesús Quintana de "El gran Lebowski" no le dan un papel tan serio.

A pesar de que el parco guión de Brian Helgeland le da una vuelta de tuerca al plan del villano (hay que distanciarse del original, que se note que hemos hecho algo), esta se antoja absolutamente innecesaria y gratuita, un esfuerzo inútil que contrasta con la vaguería demostrada en ese final previsible y absolutamente a merced del deus ex machina; su contraste con el ingenioso y elíptico remate del film original resume a la perfección las diferencias, no sólo entre ambos filmes, sino, seguramente, entre el Hollywood de aquella época y el de esta. Modo Abuelo Cebolleta OFF.

13 comentarios:

ANRO dijo...

Bueno....joven...como ya me conocía de sobra el juego trilero del Tony decidí dedicar mi fin de semana cinéfilo al vejete Carl Fredricksen y al pequeño explorador Russell. Pues ya ves, gozando como un enano y aun me quedó tiempo para un mojito.
Un abrazote.

Josep Lloret Bosch dijo...

Tienes muchísima razón en lo de la genuflexión. De hecho, salí con la sensación que ambos ¿actores? tenían algo que ver con la producción (o sea, que pusieron la pasta) pero a primera vista no lo pude comprobar y tampoco le dediqué mucho esfuerzo.

¿Y lo del galón de leche? :-)

Saludos.

Gloria dijo...

Hum, creo que debo tener por casa una parodia de "El Papus" sobre la versión primigenia dibujada por el simpar Carlos Gimenez.

A ver si la localizo y la posteo en el blog. Con un poco de suerte igual le ahorro a alguien el precio de la entrada.

Coincido con Anro que la última de Pixar (y no echar gota) es altamente disfrutable, y hasta se puede ver en compañía de fieras corrupias (=ninios y ninias)... Aunque si me ven "UP" po favó, veanse también esa maravilla llamada "Sita Sings the Blues" (Click, click) ara que vean que cine de animación estupendo haylo más allà de pelis en 3D... Y encima "Sita" es gratis total

Möbius el Crononauta dijo...

Yo aún diría más: atchís. Y gesundheit.

marcbranches dijo...

Anro, ya he visto que has disfrutado como un enano de jardín con "Up". En cuanto pueda le echaré un vistazo, para una que se puede ver este verano... taotra.

Josep, desconozco si estos dos han participado en la producción de manera activa. Lo que está claro es que son el alfa y el omega de la misma existencia del film, y sus actuaciones son muy conscientes de ello. Lo del galón de leche... bueno, es que la conversación entre Denzel y su mujer pretende ser emotiva y les sale una estupidez de órdago. Saludos.

¿Una parodia de "El Papus", Gloria? Vaya pandilla carrozas que visitan el blog... claro, a medida de la Directrice. En cuanto pueda hago click sobre el click. Saludos.

Jesús, Mobius, Jesús.

Zinquirilla dijo...

Coincido con lo que dices,sobre todo en la introducción, pero aunque sea palpable no por ello menos criticable.

La última ocurrencia es la de Spielberg, el mismo que dijo no remakear ningún clásico y ahora repite con El invisible Harvey.

Un saludo.

marcbranches dijo...

Zinquirilla, cuando he leído lo de tito Steven y "El invisible Harvey" se me han erizado hasta las pelusillas del ombligo... Lo de la "Guerra de los mundos", mira, se puede entender, pero esto... más le vale que haga otra de Indian...

No, no he dicho nada.

Gloria dijo...

Hombre, carrocilla si que lo soy, pero también he de decir que los Papus me los leía cuando iba al colegio: era un contraste bestiajo con los Zipi Zapes, pero tenían unos historietistas, caricaturistas y colaboradores de lujo: Gimenez, Usero, Ivá, Ja, Killian, Maruja Torres...

Por sierto, aquí tienen el post con los links a la historieta, los que esteis interesados: click, click

Zinquirilla dijo...

jajja

es que para empezar no hay nadie como Jimmy Stewart y para terminarnadie como sus adorables tías.

Espero que no tengas más sustos de esos, jaja.

GCPG dijo...

No tengo nada en contra de los remakes. A veces son necesarios, rescatando del olvido grandes guiones. A veces, un director suele resarcirse cumpliendo con una segunda versión lo que en la primera quedó pendiente.

Pero un remake tiene una razón de ser. La original del 74 no ha sido desgastada por el tiempo, no cuenta con interpretaciones deficientes (al contrario), no cuenta con falta de presupuesto.

Esta nueva versión sobra. No aporta nada nuevo, desgasta las pocas neuronas del realizador, aunque me imagino que sí estará aportando buenos ingresos a las arcas de sus productores. Espero que sepan invertirlo en buenos guionistas.

marcbranches dijo...

GCPC, yo tampoco estoy, esencialmente, en contra de los remakes, siempre que sirvan para algo y tengan el nivel artístico adecuado. Ejemplo de remake que no cumple ninguna de las dos condiciones: el "Psicosis" de Van Sant. Ejemplo que sí las cumple: "La mosca" de Cronenberg. Y si, por desgracia, las arcas se han llenado con esta película. Saludos.

GCPG dijo...

Lamento decir que no he visto la de van Sant, aunque es un director que suele trabajar serio. En cuanto a La mosca, te doy toda la razón.

Saludos
Ah, y enhorabuena por el blog.

Anónimo dijo...

"Hasta se perdonan excesos como la inverosímil escena (lo único que la justificaría es que fuese real, pero yo no he encontrado nada en la red al respecto) en la que Dillinger se pasea impunemente por la unidad del FBI que lleva su nombre, disfrazado con... un bigote y un sombrero. Les pregunta el resultado del partido que están viendo a unos agentes que, a pesar de llevar meses trabajando en su detención, no le reconocen. Pues vale."

esas cosas no se investigan en la red, no seas ingenuo, y no te gusto la pelucula porque a la gente de ahora, comun y corriente que no ve mas alla de balazos y explociones, solo les atrae la violencia.

 
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