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PAUL & MARTY MAKE A PORNO


A encarecida petición de Madame la Directrice, inauguro la sección de cine pornográfico de la Linterna. Me veo en la obligación de señalar que hasta ahora, en estos casi tres años de blog, me he estado resistiendo con pristina fiereza a la reiterativa insistencia de la prócer linternera en incluir una sección de este tipo en esta nuestra (y vuestra) (qué leches, mía y sólo mía) página güep; en vista de la reciente aparición de la cabeza cercenada de un saltamontes de río en mi cama, un sutil ultimátum de la Madrina, he decidido arrancar esta nueva sección, eso sí, bajo una enérgica protesta. Esta subdivisión cinematográfica, por llamarla de alguna manera, siempre me ha parecido un insulto, no sólo al séptimo arte en sí, sino a la decencia, la moralidad, el espíritu virtuoso, que han de ordenar la voluntad de un hombre de bien. ¿Perdone, señora? ¿Que qué estoy leyendo últimamente?

Antes de que a la Directrice se le salga la hernia, debería retornar al sentido común... pero dado que eso hace muchos años que los científicos lo dieron por imposible, me limitaré a hablar de cine. Y ya que estamos, de dos de mis directores prefes, uno con una carrera espeluznante sobre sus espaldas, y otro que promete construirla. Vale, estoy mintiendo, empezamos bien: vamos a hablar de “Boogie nights”, la segunda y prometedora película de Paul Thomas Anderson. Pero Marty no está tan lejos...

“Boogie nights” nace de un cortometraje del sr. Anderson llamado “The Dirk Diggler story”, que se basaba, a su vez, en un documental llamado “Exhausted” rodado a mayor gloria de John Holmes, el celebérrimo actor porno. Anderson se interesó por ampliar la historia, rodeándola de la particular estética de aquellos años, y de una mirada curiosa sobre esos días en los que, a rebufo de éxitos como “Garganta profunda” o “Tras la puerta verde”, el hasta entonces clandestino cine pornográfico alcanzó ciertos niveles de popularidad y alcance social, a través de la aburrida progresía americana, que lo consideraba chic. Así, Anderson cuenta la historia de Eddie (Mark Wahlberg), un joven camarero cuyas considerables tribulaciones fálicas le facilitan la entrada en la industria pornográfica (especialmente prolífica en el valle de San Fernando) a través del director Jack Horner (Burt Reynolds). Se convierte en la gran estrella del género, pero ya saben, jóvenes padawanes, que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Frase hecha que, ahora que pienso, encaja en TODOS los sentidos con aquello de lo que estamos hablando.

Pero “Boogie nights” no es sólo una película sobre porno. Es un retrato, estéticamente minucioso, perfecto, de los últimos setenta y los primeros ochenta. Es un fresco de corte más o menos convencional sobre el auge y caída de un ídolo que no sabe asimilar su éxito y que es devorado por el mismo. Es una crónica de la breve gloria de un subgénero al que la llegada del barato, eficaz y chabacano video dejó sin sus últimos románticos. Y es, en esencia, una fotografía familiar, puesto que el grupo de personas que nos retrata Anderson forman parte de una gran familia, en la que Jack y Amber Waves (Julianne Moore) son el padre y la madre, y Dirk el hijo díscolo. El director no se limita a estos personajes, y se preocupa de delinear con pulso firme a los demás, ramificando la narración a través de los diferentes miembros de la familia. Este es uno de los pocos puntos débiles del filme, ya que algunos de esos personajes aportan más que otros. Sin embargo, todos tienen su trascendencia y significado, ninguno es gratuito, y eso habla bien a las claras de la calidad del guión de P.T. Anderson; así como de las interpretaciones del impresionante reparto: aparte de los mencionados, William H. Macy, Phillip Seymour Hoffman, John C. Reilly, Don Cheadle, Heather Graham, Thomas Jane, Phillip Baker Hall, Alfred Molina... Todos están en estado de gracia, pero Julianne Moore compone, en pocas paletadas, un personaje adorable, cercano, con aristas, y demuestra que es una de las más grandes. Esta película también significó el comeback del amigo Reynolds (nominación incluida), y la presentación de Mark Wahlberg, a.k.a. Marky Mark, que se las arregla para construir un personaje egocéntrico y capullo, por el que, sin embargo, no puedes evitar sentir lástima. Luego se demostraría que sólo Anderson y Scorsese han sabido exprimir al limitado actor que hay dentro del cuerpo Danone. Mira, salió Marty.

Y es que el cine de Scorsese es influencia descarada de “Boogie nights”. Ya lo era en “Sidney”, el primer film de Anderson, pero aquí sus miras están mucho más altas. Ya no es que el monólogo final de Dirk recuerde al de Jake La Motta en “Toro salvaje”, es que toda la estética del largometraje nos lleva a Marty. La presencia constante de la música de la época, los planos secuencia a la espalda de un personaje que se mueve constantemente, los zooms acelerados y sincopados, la crudeza al mostrar la decadencia del mundo de las drogas (esa escena con Alfred Molina)... “Boogie nights” parece, en ocasiones, el “Goodfellas” del porno; y cuando uno cae en la cuenta de este detalle, la bondad del análisis del film cae un par de escalones. Aún así, “Boogie nights” es un excelente largometraje desde todos los ángulos, y una promesa de cine ambicioso y pantagruélico que se ha visto confirmada a posteriori.

11 comentarios:

Manuel Márquez dijo...

Fenomenal reseña, compa Marc, para una no menos fantástica película, que, por cierto, no he vuelto a ver desde su estreno en pantalla grande -será cuestión de irle echando otra mirada-. Por cierto, ¿se averiguó ya si lo de Wahlberg en la escena final era postizo o real...?

Un fuerte abrazo.

P.S. por cierto, te veo en baja forma. Últimamente, las he visto todas; a ver si espabilamos y rebuscamos con un poquito de más saña...

marcbranches dijo...

M-M, no me provoques, no me provoques, que encima que te doy carretilla... En cuanto a "lo" de Marky Mark, pues se ha dicho de todo (Anderson llegó a decir que pertenecía a Burt Reynolds), pero la teoría más plausible es que, efectivamente, se trata de un postizo. Ya puedes dormir tranquilo. Saludos.

Monseñor Roca Valeron dijo...

Mi muy querido hijo, animado por la edificante lectura a la que te dedicas en los tiempos libres que te concede esa señora, por llamarla con el respeto que mandan las buenas y decentes costumbres, me atrevo a darte ciertos consejos, que de seguro aceptarás como buen cristiano.
Paso por alto el desmesurado elogio que dedicas a esa escandalosa película, que para colmo tiene un título provocativo y anglosajón, lo veo como un gesto de obediencia, que todo trabajador debe a sus jefes o jefa (Habrá que investigar si hay un pasaje en las escrituras en las que prohiba a las féminas un mando sin la sabia supervisión del varón).
Mi consejo es que si te ves inmerso otra vez en tener que hacer un comentario parecido utilices todo el poder de persuasión (con las mujeres esto es muy fácil) y convenzas a tu jefa de que te permita comentar películas como "Nuestra Señora de Fàtima" o "Marcelino Pan y Vino", obras edificantes y portadoras de altos valores.
Tu Arzobispo que te bendice

ANRO dijo...

Hace un montón de tiempo que no veo esta peli, pero haces muy bien en recomendarla porque me parece una película que muy pocos entendieron en su día y aun hoy permanece un poco empolvada por una crítica mal entendida.
Efectivamente Marky Mark, un tipo que lo único que hacía era darnos puta envidia a los tíos se tomó muy en serio su carrera y aunque sigue bastante limitado ha hecho varias cosas con cierta dignidad.
Ya veo que tu ocurrencia sobre las lecturas que te ocupan han dado lugar a un comentario, digamos, un poco extraño.
Es que, mi querido Marc, eres un provocador nato.
Un abrazote.

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias, Monseñor (¿le importa que le llame Antonio, por la confianza, derivada de su sana afición a masajearme los glúteos, que ya nos profesamos?), por estas palabras de alivio espiritual que tanto me reconfortan, y esos sabios consejos que pondré en práctica a más terminar este comentario. Observo con fruición que ud. también está escandalizado por la perversión moral de una sociedad en la que se permite (y, en algunos casos, se alienta) que una fémina descuide sus labores naturales de atención a la casa/hijos/marido para llevar a cabo unas funciones de mando para las que no han sido traídas al mundo. Arte, sí, pero con la debida sumisión. Vaya ud. con Dios, querido Monseñor.

Pablito Aznar Losantos

marcbranches dijo...

La película está algo olvidada, Anro, supongo que porque no la pasan por televisión (no vaya a ser que se escandalicen las familias españolas), pero su acogida crítica fue, y es, bastante buena.

Que sepas que el jueguecito nos va a costar muuuuuuuuuuy caro. La ira de la Directrice no tiene límites. ¿No hueles a azufre?

alicia dijo...

Veo que me toca intervenir, por alusiones.
Antes que nada, Monseñor, me alegra ver que alguien de su altura intelectual se digna echar un vistazo a este modesto blog, y más en estas fechas que se supone que ha de estar tan atareado, pero me ha parecido entender que desaprueba el que una mujer esté al mando. Tal vez haya entendido mal, ya que como sabe muy bien, la capacidad intelectual de nuestro sexo es limitada.
En el ecaso de que fuera así, de de indicarle, tanto a usted como a Anónimo, que yo no valoro a las personas para un cargo por su sexo, sino por su valía, aunque desgraciadamente no sea la norma general, ya que de ser así seguro que no habría sido elegido.
No se preocupe que pienso rezar tres avemarías y dos padrenuestros, y sepa que mis labores (ganchillo, punto de cruz...) no las tengo descuidadas.

marcbranches dijo...

Pues yo sí valoro a las personas para un cargo por el sexo: cuanto más, mejor...






Buenovaleyamecallo. Otra vez.




Otro post en el que se habla de todo menos de la película... si es que no te centras, marcbranches, no te centras...

ANRO dijo...

En completo acuerdo contigo Marcbranches. Sexo o no sexo, esa es la cuestión. Y amigo mío llega un momento de la vida......mejor no sigo, no sea que nos metamos por vericuentos oscuros.
Buena semana santa, o lo que sea.
Un abrazote.

Josep dijo...

Para que no te sientas del todo desanimado, Marcbranches, vengo a ocupar el lugar que comúnmente ocupa el compa Manuel: esta no la he visto (todavía), aunque la tengo en la estantería junto al resto de Anderson, del que sí he visto la última (que sé no te gustó demasiado) y que había querido comentar, pero no lo hago por pura vagancia y desconocimiento total e integral de la obra anterior.

¡Hala! Ya puedes dar caña, que es lo que a tí más te gusta...

(Total, los palos cibernéticos no precisan tiritas, o sea, que salen baratos...)

Saludos.

marcbranches dijo...

Buena holy week, Anro, y no, no sigas por ese camino... Josep, no sé si te confundes de blogger o, lo más probable, en su momento no me expliqué lo suficiente (http://la-linterna-magica.blogspot.com/2008/03/petrleo-sudor-y-plegarias.html), pero "Pozos de ambición" me gustó mucho, a pesar de aceptar que es una película con debilidades. Escriba ud., hombre, escriba, que ya somos suficientes vagos en el mundo. Saludos.

 
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