LUCHINO VISCONTI

Este año se cumple el centenario del nacimiento del director milanés Luchino Visconti, un hombre inimitable, contradictorio, apasionado y amante de la belleza.
Empezó con el neorrealismo, y de hecho hizo dos de las más importantes películas de ese estilo: Ossessione y La terra trema, pero por muy de acuerdo que estuviera con los postulados del neorrealismo, y del comunismo (se le acusó de que sus obreros parecían príncipes renacentistas, pero ¿qué culpa tenía él de tener ese gusto tan exquisito para los hombres? Que yo sepa nunca criticaron el gusto de Pasolinni o Fassbinder, por ejemplo), esas historias le resultaban lejanas, necesitaba hablar de lo que conocía: la aristocracia y su decadencia. Empezó su nueva etapa un espléndido melodrama operístico, Senso, y más tarde llegó la que sería su obra maestra El gatopardo
que transcurría también en el Rissorgimiento, donde se resume perfectamente toda su forma de pensar: la aristocracia que ve como su mundo se acaba y, la pujante burguesía ocupará su lugar...”todo ha de cambiar para que todo siga igual”; la escena que mejor resume todo esto es la del baile de Burt Lancaster con Claudia Cardinale : aristocracia y vejez, frente a una juvenil y arrolladora burguesía.
A partir de aquí, ya se puede encontrar lo que se llamaría estilo “viscontiano”: decorados suntuosos, recargados, cuidados al milímetro, que nos explican muchas cosas de los protagonistas; melodramas operísticos, que nos hablan de la decadencia y la muerte, y siempre con el eterno dilema de razón o pasión.
El llamado “ciclo alemán” lo componen Muerte en Venecia, La caída de los dioses y Ludwig, llevado por su admiración por la cultura germánica.
Rocco y sus hermanos y Bellísima fueron una vuelta al neorrealismo, aunque ya tenían una vena más melodramática, pero Rocco tienes momentos de un dramatismo impresionante y es soberbia..
Desgraciadamente, al morir, no pudo llevar adelante sus próximos proyectos: adaptar En busca del tiempo perdido y La montaña mágica; no hay duda que era la persona más apropiada para ello.
Su influencia se ha notado en directores como Bertolucci ( su Novecento quiere ser su personal "El gatopardo ), o Martin Scorsese, en La edad de la inocencia, e incluso en una referencia "Bellísima en Volver de Pedro Almodóvar.