Tercera parte: el director es la estrella
Ya estamos en otra generación, ahora los directores de cine no son gente que ha aprendido de la vida y expresa sus vivencias en la pantalla, sino personas que han aprendido de la vida a través de las películas. El director es un cinéfilo, que tal vez haya sido antes crítico de cine y por fin se ha decidido a haber realidad su vocación frustrada.
La noche americana nos habla perfectamente del juego de apariencias del cine. “El cine es la verdad a 24 imágenes por segundo”, dijo Godard. No es cierto. El cine es la mentira a 24 imágenes por segundo, tan falso como la “noche americana”, capaz de aparentar la noche estando de día. Pero eso nunca nos ha importado, mientras la mentira esté bien contada y nos la creamos.
Un director, Ferrand (François Truffaut), de amplias referencias cinéfilas (cahierista, para mas señas) y sordo, como su admirado Luis Buñuel, se propone dirigir una película llamada “Os presento a Pamela”. Pronto empiezan a surgir inconvenientes: la actriz que no recuerda una frase, el extra que aparece en el momento inoportuno, la luz no adecuada, un gato que no hace lo que debe... Al fin y al cabo, no son mas que pequeños problemillas como los de cualquier rodaje. Pero la cosa se complicará mas cuando la vida personal de los componentes del equipo interfiera en el proyecto: rupturas sentimentales, muertes y embarazos inesperados harán que se tenga que modificar la historia, descartar parte de lo rodado, hacer retoques, cambiar el plan de rodaje...
Si la película que se está rodando, “Os presento a Pamela” es un drama, no lo son todas las vivencias de la compañía, todos son tratados con cariño y una ligera sonrisa: el galán con nostalgia del pasado (Jean Pierre Aumont), la temperamental diva italiana (Valentina Cortese) a quien le gustaría ensayar “como con Federico”, el actor joven caprichoso y enamoradizo, que aún se cree Antoine Doinel (Jean Pierre Leàud), la bella estrella americana (Jaqueline Bisset), tan insegura que se ha casa tan sólo porque su marido le ofrece estabilidad. Cada uno de ellos, a la que explique el argumento dicen que ellos son los protagonistas (ese ego...). El director tiene que hacer de confesor, amigo y asesor de todos ellos, intentando solucionar sus problemas y tomando notas de sus reacciones, que le pueden servir para cualquier escena. Como dice Ferrand, el director es “una persona a quien todo el mundo hace preguntas”; eso no quiere decir que tenga las respuestas, ni siquiera a la de “¿las mujeres son mágicas?” (¿quien lo pregunta? ¿Harry Potter?), pero lo intenta, aunque tal vez te dé el diálogo la noche anterior y tengas que aprenderlo a toda prisa.
Al final, haciendo honor a la frase “el espectáculo ha de continuar”, la película saldrá adelante, probablemente no como había imaginado el director... pero eso ya es otra historia.
Para alguien tan cinéfilo como Truffaut, su sueño recurrente no podía ser otro: él de niño acercándose a un cine para robar las fotos de Ciudadano Kane. Y colorín, colorado, esta trilogía se ha acabado.
La noche americana nos habla perfectamente del juego de apariencias del cine. “El cine es la verdad a 24 imágenes por segundo”, dijo Godard. No es cierto. El cine es la mentira a 24 imágenes por segundo, tan falso como la “noche americana”, capaz de aparentar la noche estando de día. Pero eso nunca nos ha importado, mientras la mentira esté bien contada y nos la creamos.
Un director, Ferrand (François Truffaut), de amplias referencias cinéfilas (cahierista, para mas señas) y sordo, como su admirado Luis Buñuel, se propone dirigir una película llamada “Os presento a Pamela”. Pronto empiezan a surgir inconvenientes: la actriz que no recuerda una frase, el extra que aparece en el momento inoportuno, la luz no adecuada, un gato que no hace lo que debe... Al fin y al cabo, no son mas que pequeños problemillas como los de cualquier rodaje. Pero la cosa se complicará mas cuando la vida personal de los componentes del equipo interfiera en el proyecto: rupturas sentimentales, muertes y embarazos inesperados harán que se tenga que modificar la historia, descartar parte de lo rodado, hacer retoques, cambiar el plan de rodaje...
Si la película que se está rodando, “Os presento a Pamela” es un drama, no lo son todas las vivencias de la compañía, todos son tratados con cariño y una ligera sonrisa: el galán con nostalgia del pasado (Jean Pierre Aumont), la temperamental diva italiana (Valentina Cortese) a quien le gustaría ensayar “como con Federico”, el actor joven caprichoso y enamoradizo, que aún se cree Antoine Doinel (Jean Pierre Leàud), la bella estrella americana (Jaqueline Bisset), tan insegura que se ha casa tan sólo porque su marido le ofrece estabilidad. Cada uno de ellos, a la que explique el argumento dicen que ellos son los protagonistas (ese ego...). El director tiene que hacer de confesor, amigo y asesor de todos ellos, intentando solucionar sus problemas y tomando notas de sus reacciones, que le pueden servir para cualquier escena. Como dice Ferrand, el director es “una persona a quien todo el mundo hace preguntas”; eso no quiere decir que tenga las respuestas, ni siquiera a la de “¿las mujeres son mágicas?” (¿quien lo pregunta? ¿Harry Potter?), pero lo intenta, aunque tal vez te dé el diálogo la noche anterior y tengas que aprenderlo a toda prisa.
Al final, haciendo honor a la frase “el espectáculo ha de continuar”, la película saldrá adelante, probablemente no como había imaginado el director... pero eso ya es otra historia.
Para alguien tan cinéfilo como Truffaut, su sueño recurrente no podía ser otro: él de niño acercándose a un cine para robar las fotos de Ciudadano Kane. Y colorín, colorado, esta trilogía se ha acabado.
8 comentarios:
¡Al fin la conclusión de la trilogía! tenía curiosidad por saber qué película elegirías para completarla y, una vez más, se trata de una excelente película: una declaración de amor al cine en toda regla, por parte de Truffaut. Que pena que este hombre se nos fuera tan pronto, la de buenas películas que nos hemos perdido!
Gracias, Laura. No hay duda que Truffaut amaba el cine, y me encanta la escena en la que le traen un montón de libros sobre John Ford, Luis Buñuel, Godard.... un montón de directores.Cahierista hasta la médula.
Me gusta el analisis que haces sobre los directores y las peliculas, como que aqui puedo aumentar mis conocimientos sobre estos temas. Vendre seguido y va mi voto. Saludos.
Muchas gracias, anaccapote, la linterna está abierta a todo el mundo, aunque nosotros también aprendemos cada día, no te creas.
Hola Alicia ,aqui estoy visitando tu blog el cual no concia , ydandole un repaso me parece muy interesante
Yo no soy amante del cine y no entiendo mucho de actores ,actrices y directores , solo me quedo con los nombre de aquellos que verdaderamente me gustan , pero en tu blog voy a aprender mucho e intentare quedarme con los nombres por lo menos de algunos mas
Me ha gustado el post de American Geographic y me ha sorprendido lo hablado hacia Michael Moore ,yo lo tengo como un ídolo defensor de las injusticias , pero claro nadie es perfecto , y como dices tu , nos guste todo o no de el , por lo menos hay alguien que dice las verdades
Tienes mi voto diario y te seguire
un placer conocerte y un saludo ;)
Hola Maki. Com el post "American Geographic" lo escribí yo (soy el asalariado de Alicia, aunque parece que Alicia aún no ha entendido que para tener un asalariado ha de pagarle... algo), te doy la bienvenida. Gracias por el voto. Moore es un personaje necesario, ojalá en España tuviésemos uno similar; lo que pasa es que se ha convertido en una industria en sí mismo, y esto, junto al hecho de haber fracasado en su campaña anti-Bush, le ha quitado puntos.
saludos y mi voto para tí.
Buen blog de cine. Bucearé en él en busca de mis pelis favoritas.
Gracias
Muchas gracias, Maki y Viajero, la verdad es que todos estamos aprendiendo muchas cosas en la blogosfera, y aunque vuestros blogs sean de temática muy diferente al nuestro, creo que eso es bueno, así todos intercambiamos conocimientos. Bienvenidos.
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