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Weblog dedicado al mundo del cine, tanto clásico como actual. De Billy Wilder a Uwe Boll, de Ed Wood a Stanley Kubrick, sin distinciones. Pasen, vean y, esperemos, disfruten. Si no es así, recuerden que NO han pagado entrada.
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LA SALA DE TORTURA DEL CINÉFILO (VOL. 1)


¿Qué es un cinéfilo? Según la RAE, cinéfilo significa “aficionado al cine, u.t.c.s.”. Y ya está. Con esta ridiculez de definición, queda claro que a los abuelos de la Real Academia Española el cine se la trae al pairo. Por favor... Un cinéfilo es un monstruito que vive por y para el cine: que cada situación anómala que se le presenta en la rutina diaria ya la ha vivido en el cine; que siempre tiene un diálogo de cine a punto; que nunca mira, sino que encuadra; que siempre se queda en la butaca hasta el final de los créditos; que es el único en las conversaciones de los colegas, a la salida del cine, que habla de la “apelmazada fotografía tan característica de su director” (cinéfilos del mundo, frenad vuestras ansias de expresar vuestra Sabiduría delante de la vulgar chusma que no alcanza vuestro nivel, si no queréis parecer... informáticos); que, en definitiva, es un plasta de cuidado para todo aquel que no forma parte de la Elegida Comunidad del Celuloide. Es muy duro ser un cinéfilo practicante y devoto. Estamos rodeados de incomprensión, de inmadurez, de arrogante ignorancia (“¿Cómo dices? No, Lars Von Trier no es el delantero alemán que está intentando fichar el Barça. Pero por favor, si fue el creador del movimiento Dogma... No... No, no es un baile. Dioxxxxx...”), de una sociedad agresiva e inmisericorde con los pobres y sufridos cinéfilos, empeñada en torturarnos sistemáticamente con nimios comportamientos recurrentes, con pequeños capones en el lobulillo de la oreja que nos acaban por hacer explotar cual increíble Hulk. Luego se quejan de que aparezcan alienígenas como Carlos Pumares... ¿Ejemplos?

-La cola de la máquina de DVD’s. Os ha tenido que pasar a todos. Un sábado por la noche sin plan (uséase, cualquiera de los míos), te acercas a la máquina del Cinebank de turno (seguro que en el videoclub “El laberinto del fauno” ya está cogida). Una pareja joven se te adelanta por escasos segundos y realiza la fatídica (para tus intereses) acción de introducir la tarjeta. A esperar tocan. La primera en la frente: “¿te acuerdas de la contraseña?” Esto no puede acabar bien... Una vez consiguen llegar a la pantalla de selección (pensándose detenidamente cada botón que tocan), comienza la penuria. Mientras se van parando una media de 30 segundos en cada película, los comentarios van por los siguientes derroteros: “Esta la vimos”. “No me acuerdo, ¿cómo era?” “Sí, hombre, esta es aquella en la que ella se enamora de él, que es un taxista viudo, pero él tiene una relación con su hermana, la de ella, que no puede dejar porque el padre de él va a tener un hijo con una antigua amiga de la infancia. Pero luego el avión se estrella, y ella se arrepiente, pero él...”. Mientras te cuestionas sobre las carencias educativas de este país, la mitad masculina del aparato de tortura asiente displicente, y pasan a la siguiente película. Él dice, “hostias, Infiltrados, qué buena”, pero ella contesta, con mirada modelo esta-noche-al-sofá, algo así como “no, hombre, que me apetece ver una que sea BUENA DE VERDAD, una romántica”. El tipo resopla resignado (su ideal de escena romántica es el momento en que Bruce Willis le dice a su mujer “que te follen” en “El último boy scout”), y tú estás a punto de ir zumbando a tu ordenador a pedir por E-Bay un bate de béisbol... Después de minutos que parecen horas, acaban llegando a un acuerdo para elegir una de “mucha risa”: “Esta abuela es un peligro 2. Por fin tienes el camino libre, pero el mal cuerpo no te lo quita ya nadie...

- Los terroristas de la multisala 3. No creo que sea necesario extenderme demasiado. Los Buscadores de Palomitas (no se conforman con la primera que pillan, han de rebuscar en el paquete hasta encontrar la palomita perfecta...), los Señores de los Hielos (después de sorber ruidosamente el último estertor de Coca-Cola, les resulta insólitamente tentador remover la cañita entre el hielo sobrante) (hay una ramificación minoritaria de esta banda que se dedica a chupar los hielos, y conseguir que se entere todo el cine), la facción Cómocoñoseabreesto (por lo visto, para algunos abrir una bolsa de M&M’s es inviable sin un libro de instrucciones. Pero no por ello dejan de intentarlo y dar por c... al resto de la sala), la facción infantil “Yo quiero ser Carl Lewis” (como “Pesadilla antes de Navidad” me está aburriendo mazo, me dedico a competir contra mi primo a ver quién llega antes a la fila 16. Quince veces), los Lanzadores de Penaltis (el tipo de atrás que va dando pataditas a tu asiento en progresión geométrica a medida que la tensión del film se incrementa), las Tertulianas del Día del Espectador (esas afables ancianas que van al cine los miércoles tarde con el único objetivo de charlotear sobre sus nietos. Lo cual no supondría ningún problema si no lo hiciesen DURANTE la película)... Y sólo he enumerado algunos. Son pequeñas células independientes, al estilo Al-Qaeda, cuyo único propósito es atacar frontalmente el sistema nervioso de la Comunidad Cinéfila. Se recomienda, en estos casos, ir al cine armado con toneladas de paciencia. Una sierra mecánica marca Voorhees también ayuda.

To be continued...

3 comentarios:

Laura Hunt dijo...

Por dios, que ataque de risa acabo de sufrir Marc: no he podido evitar sentirme identificada con muchas de las situaciones que comentas... y es que si no fuera por sitios como este blog o La Taberna del Turco ¿con quién iba yo a hablar de cine? Sinceramente, la cultura cinematográfica brilla por su ausencia en la gran mayoría de los casos: incluso en los concursos de televisión, donde participa gente que sabe un montón de todo lo habido y por haber... cuando les hacen una pregunta de cine ni idea, oye.

No se, a veces pienso que soy un bicho raro: por eso me alegra haber encontrado a otros bichos de mi especie, aunque sea cibernéticamente hablando.

Un saludo!

marcbranches dijo...

Es cierto lo de los concursos que comentas, vea a gente que responde, en 3 milésimas de segundo y sin pestañear, cuál es la segunda ciudad en importancia de Papua-Nueva Guinea, y luego le preguntan el director de "Pulp Fiction" y sólo aciertan a balbucear... "¿Spielberg?".

Espero que te hayas recuperado del ataque, que dentro de unos días viene la segunda parte (que no está cerrada, acepto sugerencias). Saludos, bicho raro...

Alfredo dijo...

hola
buen blog, interesantes escritos los tuyos, espero conocer mas de tu pagina...
saludos desde chile
te invito a mi blog, de seguro mas de algo te interesara
bye
www.cine-xpresion.blogspot.com

 
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