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EL SÍNDROME DEL GENIO INCOMPRENDIDO



Gilliam el fantástico, el genio maldito, el visionario… los adjetivos pequeños no le van a este personalísimo director. Formó parte del genial grupo de los Monty Python, y eso le tuvo que marcar. Con ellos, aparte de su trabajo como actor, hizo las animaciones que aparecían en el espectáculo de Monty Python’s flying circus y dirigió Los caballeros de la mesa cuadrada y La bestia del reino, donde ya se empezaba a notar que Gilliam estaba en otra onda. Tenía el sentido de humor de sus colegas, eso sí (aunque fuera el único yanki en la corte de los Python), pero una fantasía desmesurada. Aún así, The crimson permanent assurance, el corto que dirigió para El sentido de la vida, es uno de los sketchs más recordados del grupo.

Una vez separados empezó su carrera en solitario con Los héroes del tiempo fue un éxito, lo que dio pie a su siguiente película, Brazil, con la que la crítica ya empezó a fijarse en él como en un autor totalmente personal y de delirante tratamiento visual, y que pese a no ser una adaptación al pie de la letra de 1984 de Orwell, es la que mejor ha captado el espíritu de la novela. Sus siguientes proyectos fueron El barón de Munchausen, El rey pescador y 12 monos. Todos ellos tenían algo en común: todas hablaban del enfrentamiento de fantasía y realidad, que lleva obligatoriamente a la locura; la imaginación no es lugar tan agradable como pensamos, ya que también se ha acabado contagiando de nuestros demonios personales, pero aún así la seguimos prefiriendo a la realidad. El rey pescador fue una de sus películas más encantadoras y accesibles, con unos estupendos Jeff Bridges y Robin Williams, y 12 monos fue una magnífica adaptación de La jetée con toques de Vértigo con otra magnífica pareja protagonista: Bruce Willis y Brad Pitt.

Miedo y asco en Las Vegas fue, mucho antes de que se pusiera de moda la palabrita, toda una experiencia lisérgica, y ya empezó a hablarse de que en él lo que importaba más era el continente que el contenido, y siguieron dos fracasos: Los hermanos Grimm, que al menos tenía el aliciente de ver a la Bellucci haciendo de bruja diciendo lo de “espejo, espejito mágico” (lo que no es poco), y la desaparición de cada uno de los niños estaba muy bien rodada. Tideland fue una amarga visión de Alicia en el país de las Maravillas; como él mismo reconoció, El laberinto del fauno trataba un tema muy parecido y prácticamente coincidieron en el tiempo, pero la película de Guillermo de El Toro gustó mucho más.

Y ha llegado el momento de hablar de sus proyectos fallidos. Desde Orson Welles no había habido ningún director con tantos proyectos sin acabar o que no haya podido realizar: el más emblemático es The man who killed Don Quixote, que dió lugar al documental Lost in La Mancha, donde se dejaba claro su entusiasmo y poco sentido práctico ( y tal vez algo de gafe, quien sabe). Entre los que no pudo dirigir están Historia de dos ciudades, Un yanki en la corte del rey Arturo o Watchmen. El imaginario del doctor Parnassus parecía que iba a unirse a esa lista debido a la prematura muerte de Ledger, pero el apoyo de Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell hizo que pudiera terminarse y se convirtiera antes de estrenarse en una película de culto por razones extracinematográficas.

No hay duda de que Gilliam es Munchaussen, Don Quijote o el doctor Parnassus, un mentiroso charlatán que se enfrenta a molinos de viento, pero aún así tiene la extraña cualidad de que al menos algunas de las escenas de sus películas valgan más la pena que algunas películas enteras y su imaginario parece inagotable... Quien sabe. Tal vez su suerte haya cambiado, porque parece que el proyecto de acabar Don Quijote sigue adelante

3 comentarios:

Rick dijo...

Me alegro de que vaya a retomar el proyecto de Don Quijote, aunque he leído que no va a ser con Depp sino con Colin Farrell, un actor que a mi, lo siento mucho, pero no me acaba de convencer, no se qué le ven. Creo que es una presencia negativa en la mayoría de las películas grandes que ha protagonizado. Sin embargo como secundario gana enteros. Espero que no aparezca mucho en Dr Parnassus porque le tengo muchas ganas a esta película, a ver si voy a verla esta semana.

Sobre Gilliam creo que es uno de esos directores a los que se ama o se odia. La crítica no le ha hecho muchos favores. A mi sin embargo sus películas me suelen gustar, aunque también pienso que se suele pasar de rosca y que casi todos sus proyectos son muy imperfectos. Pero no por ello dejan de ser interesantes y para mi cualquier noticia sobre proyectos de Gilliam provoca mi atención. Miedo y asco en Las Vegas, 12 monos y sobre todo el rey pescador son mis películas favoritas de su filmografía. Pero siempre tienen algo como de fallido, me dejan el sabor de que hay cierta distancia entre lo que se propone y lo que consigue. Creo que en El rey pescador esa distancia es menor y por eso me parece su mejor película. Los hermanos Grimm me parece más mediocre, pero también me gustó. Ahora bien, sus primeras películas me resultaron bastante menos agradables de tragar, haciéndoseme a ratos soporíferas, y hablo de Los héroes del tiempo (que no recuerdo si quiera si la terminé de ver), Las aventuras del barón Munchausen (esta sí la terminé pero me costó) y Brazil que me pareció sobrevalorada y a ratos ininteligible. Los caballeros de la mesa cuadrada no la considero una película de Gilliam sino un producto Monthy Python y a decir verdad me costó un segundo visionado el encontrarle la gracia a muchos de sus gags (La vida de Brian, sin embargo, me hizo reir a carcajadasdesde el primer instante).

Debería publicar un cuaderno de bitácora de sus rodajes, porque prácticamente todos han dado paraun largo capítulo anecdótico de la historia del cine

Möbius el Crononauta dijo...

Amo a Gilliam, y sus detractores deberían reconocerle al menos su visión tan personal del cine y de las cosas y su eterna lucha contra los molinos.

Ojalá tenga suerte con su Don Quijote, Chapman lo tenga en su gloria

alicia dijo...

Farrell tampoco es santo de mi devoción, Rick, pero en Escondidos en Brujas estaba francamente bien, y en El imaginario del doctor Parnassus creo que no desentona del resto de interpretes que sustituyen a Ledger. A mi también me encanta El rey pescador, y aunque probablemente a Brazil no le haya sentado bien el paso del tiempo, aún sigue siendo una propuesta muy interesante.
Esperemos que finalmente tenga suerte con su Don Quijote, Möbius; el hecho que finalmente ganara a la aseguradora demuestra que aún se puede luchar contra molinos de viento.

 
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